bilbao - Si el deporte es un estado de ánimo, el Bilbao Basket se cree capaz de todo ahora mismo. “La afición puede imaginar lo que quiera”, contestó Sito Alonso cuando se le preguntó tras el partido por la ilusión que se ha instalado en el público del Bilbao Arena, que ya ha empezado a pensar en cotas mayores después de que su equipo le haya ofrecido tres victorias del tirón en el mejor inicio de temporada desde que está en la Liga ACB. Para venir el club y el equipo de donde venían, ni siquiera los más optimistas habrían apostado por esta situación que se parece a un paraíso.

Hace apenas cinco meses, la gente abandonaba Miribilla con rostro serio y preocupado. Los jugadores, después de ganar o perder, solo tenían que responder a cuestiones extradeportivas. Ahora, abundan las sonrisas, las caras de satisfacción y de tranquilidad, aunque todavía hay mucha gente que sigue albergando dudas sobre el futuro económico del Bilbao Basket. Pero lo que se muestra hacia el exterior es confianza, ganas de disfrutar del momento y de seguir siendo partícipes de una historia a la que nadie quiere poner fin. Las victorias son el mejor alimento para el espíritu de cualquier competidor y, por eso, hay que rescatar también las palabras de Diego Ocampo, técnico del UCAM Murcia: “El Bilbao Basket es un equipo muy peligroso porque tiene jugadores de gran nivel con ganas de desquitarse de lo que han sufrido y con mucha hambre. No tengo duda de que si les respetan las lesiones, harán muy buena temporada”.

El comienzo de los de Sito Alonso es, desde luego, impecable. El Bilbao Basket ha sacado los dos partidos de casa con solvencia y en Andorra le sonrió la suerte que la pasada temporada, en idénticas circunstancias, le volvió sistemáticamente la espalda. Es el estado de ánimo, eso que se llaman las dinámicas, y que hace que ocurran unas cosas o las contrarias. Los hombres de negro han empezado esta temporada con “viento en espalda”, como decía Marko Banic, y el trabajo semanal está ayudando a que la velocidad del avance sea mucho mayor. Hay jugadores que no están aún a su mejor nivel físico, pero lo compensan los que sí lo están y, sobre todo, un trabajo global que ha conseguido que, de momento, nadie sea imprescindible ni haya que depender de nadie para que el equipo funcione.

alternativas Marko Todorovic no hizo ayer números de MVP ni nadie se los pide, pero Latavious Williams ofreció sus mejores minutos de la temporada para mantener el tono en el juego interior. Lo mismo ocurrió con Bertans o con Dejan Todorovic, que ayer jugó diez minutos tras quedar inédito en Andorra. Sito Alonso ha repetido quinteto titular en los tres partidos, pero por encima de eso en su ideario figura el colectivo por encima del individuo. Da igual quién esté en la cancha mientras el equipo funcione, incluso si eso supone mover las piezas en periodos de tiempo muy cortos o colocarlas en posiciones que pueden parecer extrañas.

Cada jugador tiene una misión y debe cumplirla durante el tiempo que corresponda. De esta manera, también se involucra el público -”se está metiendo en la dinámica del equipo”, dijo Sito Alonso- porque debe estar atento a lo que pase porque en la cancha pasan muchas cosas, muchos detalles que pueden pasar inadvertidos y acciones que revelan que a nadie se le cortan las alas. No en vano, el técnico madrileño ha usado ya trece jugadores en los primeros tres partidos. Todos los que han estado disponibles han podido participar, aunque la mayor responsabilidad esté recayendo todavía en un grupo más reducido.

Este nuevo Bilbao Basket se ha levantado de sus cenizas con el pie derecho y ha conseguido devolver a la gente las ganas de ver baloncesto. Las filas que conducen a las salidas del Bilbao Arena ya no son procesiones de aspecto fúnebre, sino filas de ilusión, de semblantes relajados y satisfechos. Lo mismo que las que conducen al túnel de vestuarios.