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QUIEN no se consuela es porque no quiere. La victoria del Bilbao Basket en Valladolid sirvió para aflojar la soga del cuello y para poder ver las cosas desde un punto de vista más optimista. Los hombres de negro solo llevan dos victorias en ocho partidos, pero es que el séptimo clasificado lleva cuatro. Con todo ese nutrido grupo de equipos que le preceden tendrá que pelearse el Bilbao Basket en el momento en que logre enderezar su trayectoria, opuesta a la que firmaba la pasada temporada a estas mismas alturas.

Hace un año, el conjunto que dirigía Fotis Katsikaris llevaba seis victorias tras un calendario muy similar, aunque algo más benigno. Había jugado también contra el Barcelona y el Unicaja en casa y contra el Gran Canaria, el Gipuzkoa Basket, el Real Madrid y el Valladolid como visitante. La diferencia de un curso a otro es la capacidad del Bilbao Basket de sacar adelante los partidos igualados. La pasada temporada llevaban los bilbainos en este tramo dos victorias por un punto y otras dos por debajo de los ocho puntos. Y es que, a veces, los tópicos se cumplen y la raya entre la victoria y la derrota se marca por cuestiones que no pueden controlarse.

En este inicio de temporada, también se está poniendo en cuestión el reparto de minutos que está haciendo Rafa Pueyo que tampoco es tan diferente del que llevaba a cabo su predecesor. En las ocho primeras jornadas de la campaña pasada, Katsikaris había usado a seis jugadores por encima de los 20 minutos por partido y otros tres estaban entre 16 y 17. Ahora, son diez jugadores los que rotan habitualmente con cuatro (Mumbrú, Raúl, Bertans y Hervelle) entre 26 y 30 minutos y los otros seis entre 11 y 22. Durante las primeras semanas de la temporada anterior, también se censuró a Katsikaris el jugar solo con ocho jugadores, sobre todo porque algunos partidos coincidieron con las cortas ausencias por lesión de Raúl López y Moerman.

Conviene recordar que Vrkic y Bertans se perdieron el inicio de este curso y ahora son dos los nombres propios asociados a eso que se ha dado en llamar minutadas. Mumbrú juega con Pueyo 30 minutos por partido, los mismos que con Katsikaris. El técnico griego usaba a Vasileiadis 29 minutos mientras que el bilbaino emplea durante 28 a Raúl López. El base de Vic está en el centro del debate, sin pretenderlo, a cuenta de la falta de un relevo de garantías. De todas formas, Rafa Pueyo ya comentó en verano que esta temporada quería potenciar la figura del junior de oro y lo está cumpliendo.

El cortoplacismo manda en el deporte profesional y ningún entrenador en su sano juicio limitaría la participación del mejor Raúl López que se ha visto, al menos, en Bilbao. Sobre su fragilidad física, cabría recordar que el base catalán la pasada temporada solo jugaba seis minutos menos por partido y que en las últimas ocho temporadas ha jugado una media de 48 encuentros, que son los que vienen a corresponder a un equipo como el Bilbao Basket, y que en su primera campaña en Utah disputó 82 encuentros, todos los posibles. Raúl no está libre de lesionarse, como cualquiera, pero mientras eso ocurra el técnico entiende que debe utilizarle en el rol protagonista que le ha adjudicado. Tras dos temporadas a la sombra de Jackson y Zisis, el jugador lo está disfrutando.