Enrique bunbury cantaba: "...por cada momento de gloria del que podamos disfrutar. Bienvenido al club de los imposibles, de balas perdidas con siete vidas...". Esta canción define muy bien al Gescrap Bizkaia. Está claro que los hombres de negro tienen siete vidas, que nunca hay que darles por muertos. Que, desde luego, dan su mejor nivel cuando se enfrentan a misiones que parecen imposibles. Y que, al final, otorgan ratos de gloria a sus aficionados como puede ser ese derbi fratricida que ya aparece en el horizonte de la próxima semana.
El pase al Top 16 de la Euroliga estará en juego después de que el Gescrap Bizkaia firmara ayer ante el Fenerbahçe Ulker el partido perfecto que le reclamaba su técnico. Durante 32 minutos los de Fotis Katsikaris bordaron el baloncesto por entereza mental y preparación táctica. El que después de alcanzar 22 puntos de ventaja en el último cuarto se quedaran más de cinco minutos sin anotar no empaña el magnífico esfuerzo anterior y la victoria nunca estuvo en peligro. No es atrevimiento afirmar que fue una de las mejores actuaciones del equipo bilbaino en los últimos años y se produjo cuando todo apuntaba a un desenlace en sentido contrario.
Fotis Katsikaris superó a Neven Spahija en el duelo de banquillos y por ahí empezó el Gescrap Bizkaia a edificar su imprescindible victoria. El griego metió a Hervelle de titular para marcar el listón defensivo al resto de compañeros. El belga cumplió a la perfección, negó la circulación de balón al perseguir a Gist hasta muy arriba y con los primeros errores del conjunto turco, los visitantes pudieron asegurar el rebote y ponerse a correr. Cayeron las primeras ventajas y a partir de ahí, era cuestión de carácter para superar el fuerte ambiente y la presión que en cualquier momento tenían que ejercer los turcos.
Fischer y Jackson dieron sus mejores minutos del curso, Blums y Grimau sacaron a relucir su coraje y todo el Gescrap Bizkaia dominó la situación con la templanza que se espera de una plantilla tan cuajada. Los bilbainos cuidaron el balón como se les había pedido -solo cuatro pérdidas en el primer tiempo- y siguieron las consignas marcadas. En ataque fueron verticales para desnudar la flojera defensiva de los exteriores y la lentitud de los interiores del Fenerbahçe y abrir espacios. En defensa alternaron distintas disposiciones que confundieron a los locales, colapsaron la zona con buenas ayudas y forzaron a los de Spahija a buscar soluciones individuales de las que solo salió triunfador Emir Preldzic.
El triple a la desesperada que anotó Blums para cerrar la primera mitad tuvo continuidad en el inicio de la segunda. Un parcial de 1-10 en apenas dos minutos hundió las esperanzas de los turcos, que solo apuntaron una reacción cuando Gist quedó como único jugador interior acompañado de cuatro exteriores. En el partido del Bilbao Arena fue determinante y ayer al Gescrap Bizkaia le costó adaptarse, pero otro triple lejanísimo y afortunado de Grimau dejó claro que hasta la suerte estaba de su lado. Katsikaris respondió con Banic y Mumbrú, una disposición habitual en su equipo, y en el inicio del último cuarto los hombres de negro mataron el partido. No anotar no supuso un problema porque se mantuvo el rigor defensivo ante un rival que ya solo buscaba el maquillaje de una derrota que no esperaban.
las opciones La proeza del Gescrap Bizkaia abre el grupo A de la Euroliga a nuevas e imprevistas posibilidades, con el SLUC Nancy ya eliminado y el Cantú y el Olympiacos ya clasificados. Tras el triunfo ayer de los griegos, los bilbainos tienen que derrotar al Baskonia para seguir avanzando. Los gasteiztarras, por su parte, se quedarán fuera si pierden y gana el Fenerbahçe. Del mismo modo, los turcos estarán eliminados si caen en Cantú y gana el Gescrap Bizkaia. Total, que uno de los tres equipos a los que se suponía más fuertes verá el Top 16 por televisión. Los hombres de negro han llegado vivos a la última jornada, lo que no era fácil. Como reza una pancarta en Miribilla: "Sigamos soñando".