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La lágrima del 'Titán'

Ayón, ala-pívot mexicano del Fuenlabrada, fue MVP de noviembre en la ACB No jugó a baloncesto hasta los 17 años y su progresión puede llevarle a la NBA

La lágrima del 'Titán'ACB PHOTO

BILBAO. ME creo capaz de lograr lo que quiero y lo que quiero es la NBA". Cuando un jugador de 24 años que todavía ni siquiera ha emigrado de la Liga mexicana se muestra así de tajante en sus declaraciones solo puede haber dos opciones: o es un fantasma o está muy seguro de sus posibilidades. En el caso de Gustavo Ayón era, claramente, lo segundo. Han pasado dos años de aquellas palabras y el ala-pívot mexicano del Fuenlabrada va camino de hacer buena tan optimista sentencia. Cumple su segunda temporada en la mejor Liga continental y si el ejercicio pasado ya fue considerado el jugador revelación este curso ha dado otro paso al frente al promediar 15,9 puntos y 8 rebotes y haber sido elegido MVP de la Liga Endesa en el mes de noviembre. Hoy será el Gescrap Bizkaia el que sufra su juego después de que en la pasada jornada el Titán, apodo por el que es conocido, se fuera a los 43 puntos de valoración ante el Cajasol tras anotar 34 puntos.

No está nada mal, desde luego, para un jugador que no jugó su primer partido de baloncesto hasta los 17 años. Nacido en Tepic, capital del estado de Nayarit y criado en Zapotán, un pueblo de unos 600 habitantes, Gustavo practicó voleibol antes de caer en las redes del deporte de la canasta. Aprendió rápido, muy rápido, a base de trabajar, de meter horas en los entrenamientos, una cultura del esfuerzo que aprendió de sus padres. "Mi madre era maestra de primaria. Siempre tenía trabajo, hacía lo que podía. El resto lo hacía mi padre, que después se iba al rancho a trabajar, sea con las vacas, macheteando o sembrando", recordaba hace años en el diario Compostela Nayarit. Coordinado para su 2,06 de altura y con un físico rocoso, con 18 años recién cumplidos fue sometido a una prueba por el Universidad de Puebla, que le contrató de inmediato. Ayón reconoce que nunca olvidará ese 4 de agosto de 2003 en el que su padre le llevó a su nuevo destino. "Fue la primera vez que vi llorar a mi padre. Fue una lagrima, pero eso para mí era como si llorara. Esa lagrima es la que me sigue dando fuerzas para seguir escalando", asegura, para añadir que "lo mas difícil fue salir de mi casa, salir de un pueblo donde no se tiene mucho futuro mas que la posibilidad de pasar a Estados Unidos. Estaba muy ilusionado porque, de tener un mundo muy pequeño, en poco tiempo mi vida cambiaría, aunque tenia miedo porque no sabía si era para bien o para mal. Llegue a una universidad donde lo que sobraba eran vicios: alcohol, drogas y discotecas".

Tras permanecer tres cursos en Puebla y un breve periplo de seis meses en la universidad estadounidense de San José State, Ayón debutó en 2006 como profesional con los Halcones de Xalapa y su progresión fue ya imparable. El Fuenlabrada le ficho en 2009 y, tras foguearse en LEB Plata (Illescas) y Oro (Tenerife), debuto en la ACB el pasado curso. Su rendimiento fue tan notable que no tardó en llamar la atención de la NBA. De hecho, el pasado verano visitó los campus de diversas franquicias, entre ellas Lakers, Spurs y Suns. La posibilidad de dar el salto a la mejor Liga del planeta no es descabellada pues este curso ha seguido progresando. Él siempre confió en sí mismo, en la fuerza que le da aquella lágrima de su padre.