BILBAO

VOLVIÓ Axel Hervelle y durante los casi diez minutos que estuvo en cancha se vio un Gescrap Bizkaia reconocible. El belga, al que le tiene que faltar fondo físico, no se cortó, sin embargo, a la hora de saltar, de poner el cuerpo, de llegar a las ayudas. Todas esas cosas, en definitiva, que le convierten en una pieza clave del equipo de Fotis Katsikaris. En apenas un cuarto, el de la Lieja coleccionó 5 puntos y 5 rebotes, se cobró 4 faltas de los jugadores del Asefa Estudiantes y contagió a sus compañeros de ese espíritu guerrillero que esta temporada solo ha aparecido a ráfagas.

Los deseos del técnico de que la buena salud acompañe a Hervelle de aquí en adelante fueron compartidos por la grada del Bilbao Arena que ha hecho del belga uno de sus favoritos. Jugadas como la que le permitió salvar un balón imposible junto a la línea de banda tras tocarlo tres veces son muestra de ese ardor que, en ocasiones, cambia la tónica de los partidos porque involucra a todos.

Nadie en la plantilla puede hacer lo de Hervelle, pero tampoco conviene forzarle más de lo necesario. El propio jugador lo da todo cuando está en la cancha y pone en riesgo su integridad. Vamos, que no se dosifica ni protege como harían otros. En todo caso, el Gescrap Bizkaia tiene que encontrar la manera de ser sólido cuando el belga se tome un respiro. Ayer D'Or Fischer volvió a hacerse notar en la faceta intimidadora, con tres tapones y muchos más tiros desviados, porque defendió en las inmediaciones del aro. Y Dimitris Mavroeidis también sumó puntos y rebotes ante un juego interior con escasa sangre.

Con esta propuesta más cercana a lo que se espera del Gescrap Bizkaia, la victoria parecía llegar por la vía de la tranquilidad que tanto se está echando en falta. Solo el día del UCAM Murcia los de Katsikaris han logrado ganar sin sufrir y sin hacer sufrir a su parroquia. El conjunto bilbaino acusó de nuevo el mal del último cuarto que le está complicando la vida en una temporada en la que, de momento, los triunfos holgados están muy caros.

parciales muy dañinos Los vizcainos entregaron ayer los últimos diez minutos por 11-18. Poco antes del final del tercer parcial, Grimau había colocado un 61-44 muy jugoso de cara al average general que decide las plazas para la Copa. El problema es que el Gescrap Bizkaia solo ha conseguido ganar cuatro veces el último cuarto en los quince partidos que ha disputado esta temporada entre la Liga Endesa y la Euroliga. Parciales como ante el UCAM Murcia (18-31) o el Cajasol (14-26) mantienen aún a los hombres de negro con un diferencial negativo de 14 puntos, a un partido de la octava plaza que ocupa el Fuenlabrada, precisamente su próximo rival, con siete puntos negativos.

Por su parte, en la Euroliga los de Katsikaris entregaron al Nancy en el último cuarto once puntos (26-15) de los que se pueden acordar este miércoles. Ante el Fenerbahçe en casa el resultado fue de 12-20 y también en el último duelo ante el Olympiacos en Atenas el parcial final fue de 28-20 para los griegos, aunque al menos quedó a salvo el average particular.

El técnico heleno dijo ayer que con un poco más de acierto de sus tiradores el resultado habría sido otro. Y qué podría decir Pepu Hernández después de que su equipo firmara un 33% en sus lanzamientos. Aún así, el Asefa Estudiantes tuvo un balón para empatar el partido en el último minuto. El Gescrap Bizkaia, por unas cosas u otras, no está logrando cerrar los partidos a tiempo, firmar esos tres minutos en los que con tres buenos ataques y tres buenas defensas se echa el candado y se tira la llave sin que el rival tenga tiempo para buscarla.

No es solo cuestión de acierto, sino de tener claridad de ideas y cierto atrevimiento ante la desconfianza. Los partidos duran 40 minutos y al Gescrap Bizkaia se la están yendo demasiados por el sumidero. Ayer pudo darse el primer paso hacia esa buena racha que Fotis Katsikaris espera para dejar las dudas a un lado y recuperar la contundencia.