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El Estudiantes ha mirado al pasado para encaminarse hacia el futuro. El histórico club del Ramiro de Maeztu, el que con el Real Madrid y el Joventut ha disputado todas las temporadas de la máxima categoría, lucha por su supervivencia y ha recurrido a sus raíces en busca de un anclaje para un presente cada vez más complicado. Este pasado verano regresaron al patio del colegio Pepu Hernández y Carlos Jiménez, dos hombres formados en una filosofía que sufre en medio de un escenario ultracompetitivo. A ellos se unió el viernes Rodrigo de la Fuente, otro producto estudiantil que voló libre en su día. "Compartimos la misma forma de ver el baloncesto. Todo va evolucionando y mantenerse fiel a esas ideas es más complicado, pero estamos en el esfuerzo de conseguirlo", asegura el de nuevo capitán del Asefa Estudiantes.

Esa filosofía, a medio camino entre el romanticismo y la locura que encarna su afición, se puede resumir en "la ilusión, el deseo de trabajar todos los días para que las cosas salgan mejor, ese saber que todo lo que hagas nunca va a ser suficiente, que siempre hay que hacer un poco más. Eso se respira desde el primero al último. Esa es una idea con la que siempre me he identificado y de la que me gusta volver a formar parte".

Jiménez ha vuelto al redil después de cinco temporadas en el Unicaja Málaga. "Me llenó de ilusión la llamada del Estudiantes, la que fue mi casa durante tantos años. Era un cambio más fácil de afrontar. Son como de la familia y vuelvo a estar entre ellos", explica. Este volver atrás, a los tiempos en que el Estudiantes apostaba por la gente de casa y por "americanos que pudieran ser referencia", choca con los tiempos actuales "en los que la competición te deja poco margen para la paciencia que se necesita para mejorar".

Además, la historia puede distorsionar la visión de la realidad. Jiménez dice que "es evidente que nos persigue y está ahí. Pero las circunstancias van cambiando en cada temporada. Con el paso del tiempo todos somos conscientes de dónde estamos. Pero siempre estamos obligados a dar el máximo y luego ya veremos cuáles son nuestras posibilidades. En eso no podemos fallar".

tiempo y resultados Las cosas no han comenzado como se esperaba en el Ramiro, más por sensaciones que por resultados, algo que el capitán estudiantil admite: "Es difícil que tantas cosas nuevas puedan funcionar desde el primer momento. Hace falta algo más de tiempo, pero debes acompañarlo de resultados porque si no llegan los nervios". Para controlar la situación, la presencia en el vestuario de dos emblemas del club como Pepu Hernández y Carlos Jiménez debe suponer una garantía de confianza del entorno cercano y una ayuda para esos jóvenes que siguen creciendo. El alero lo asume con toda naturalidad ya que "somos los más visibles en todas las situaciones. Yo no tengo problema en dar la cara en los malos momentos y dar un paso atrás en los buenos. Nunca lo he tenido y no lo voy a tener ahora".

Esa mentalidad es la que ha hecho de Carlos Jiménez un elemento irreemplazable en todos los equipos en los que ha estado. Aunque los protagonistas sean otros, él es la argamasa que sella todos los agujeros. Ahora le vuelve a tocar ese papel, quizás junto a Germán Gabriel y el recién incorporado De la Fuente. "Si lo hago, es de forma natural, no porque se me exija por contrato. Simplemente la experiencia y los años en el club y en la Liga te llevan a ello", confiesa.

Después de 17 temporadas y 608 partidos en la ACB, Jiménez se ha hecho un hueco en muchas de las listas históricas. Los números son una consecuencia de esa constante presencia en cancha -26 minutos de media en toda su carrera- ya que el jugador del Estudiantes nunca se ha movido para su lucimiento personal. Y a estas alturas, no va a hacerlo, pese a que las necesidades del equipo invitaran a ello. "Mi planteamiento siempre ha sido el mismo. Todo el mundo sabe lo que puedo hacer y nadie me va a pedir que haga lo que no he hecho hasta ahora. No siento esa responsabilidad, sino la de estar bien cada día porque sé que soy importante para el equipo. En general, no en nada en particular". El Estudiantes ha recuperado a su guía espiritual para que le indique el camino hacia el futuro. En el Ramiro lo que diga Carlos Jiménez es ley.