"Estuve en Bilbao hace dos años. ¡Qué maravilla de ciudad, cómo ha cambiado! ¡Y cómo se come!". Isabel, taxista sevillana, remarca su última expresión. Porque en la capital andaluza también se aprecia la gastronomía vasca. No en vano, son varios los restaurantes con raíces vascas sitos en Sevilla. Uno de ellos es el Oido Cocina, sito en la localidad de San José de la Rinconada, muy cercana a la capital andaluza, que regenta el vizcaino Jorge Sabido, que ha tenido un rato para atender la cita con DEIA en una jornada "de temporada alta, porque el Viernes Santo es una fecha sagrada aquí pese a que no haya procesiones, ya que las familias suelen comer fuera de casa". Lo confirma Peio Aranburu, un azpeitiarra ya jubilado y que fue propietario del antiguo restaurante Ordago de la ciudad sevillana.

Los dos conversan y se retan para la final de Copa del sábado en el barrio de Triana. No hay ni una mesa libre en las terrazas exteriores. Jorge, lógicamente, es del Athletic y Peio, de la Real Sociedad. El primero lleva poco más de dos años al frente de los fogones del Oido Cocina aunque reside en Sevilla desde hace dos décadas. El segundo llegó a esta ciudad en 1972 y aquí sigue con su mujer.

Un cocinero del Athletic y uno de la Real hablan sobre la final de Copa

Un cocinero del Athletic y uno de la Real hablan sobre la final de Copa

El diálogo, en buen rollo, versa sobre el menú que cada uno pondría a su respectivo equipo. Jorge lo tiene claro: "Un buen bacalao al pil pil, especialidad de la casa". Peio lo rebate: "Donde estén unos buenos txipirones al Pelayo". El debate está abierto. Sabido defiende su receta: "Si está al buen punto, seguro que el Athletic no falla". "Si están bien hechos y trabajados, la Real se come al Athletic", se vanagloria Peio.

Sabido, nacido en Bilbao, no duda del éxito de los rojiblancos. Equipado con una camiseta del Athletic, apunta que en la carta de su restaurante se fusionan la cocina vasca y la andaluza, y recomienda a los jugadores de Marcelino García Toral un "salmorejo natural refrescante para entrar bien al partido", ante lo que Aranburu, que se presenta con una bufanda de la Real y una txapela en la que asoma el escudo realista, se inclina "por un plato de jamón y lomo ibérico para hacer hambre de gol".

El cocinero bilbaino, que también presume de hacer un buen txuletón, prepararía para el equipo rojiblanco "un marmitako, sin duda" en su deseo de "saborear el partido y superar a la Real, porque estoy seguro de que será así", en tanto que su colega azpeitiarra tiraría de "piparras de Ibarra y queso de Idiazabal, que nos ofrecerá un sabor genuino para domar a los leones". Los dos están convencidos de que sus respectivos toques culinarios empujarán a sus equipos, aunque lamentan la ausencia de las aficiones, "que darían más salsa".

Jorge también le prepararía a Marcelino, como buen asturiano que es, "unas estupendas fabes con chorizo de Orozko, para que aliente a sus jugadores lo máximo posible", al mismo tiempo que Peio es rotundo respecto a Imanol Alguacil: "Como buen oriotarra, le prepararía un sabroso pescado a la parrilla, un besugo y de seguido una chuleta". Los dos se muestran contundentes: "La clave de la final también estará en los banquillos".

Toca el momento de mojarse, de sacar el gen de forofo que tiene cada uno de ellos. El propietario del Oido Cocina, que presume de sus putxeras de alubias en su restaurante, va por lo alto: "Ganaremos 2-0 con goles de Muniain y Villalibre", ante lo que el ex del Ordago, donde se degustaba unas milhojas caseras "de rechupete", se muestra más benévolo en su pronóstico: "Victoria por 2-1, con tantos de Isak y Oyarzabal". La suerte está echada.