El regreso de Aymeric Laporte (Agen, 1994) al Athletic desde el Al-Nassr estuvo plagado de contratiempos, bloqueos e interrogantes. Desde que el club rojiblanco firmó los papeles de su traspaso hasta que finalmente pudo inscribirle en liga pasaron casi dos semanas.
Es más, la Junta Directiva de Jon Uriarte tuvo que presentar un recurso, que finalmente fue aceptado por la FIFA, para que la Federación española de Fútbol pudiera recibir el Certificado de Transferencia Internacional por parte de su homólogo saudí.
Porque, según lo que transcendió y el propio Athletic contó, los papeles del fichaje de Laporte no llegaron a tiempo, esto es antes de las 23:59.59 del 1 de septiembre, debido a un error. Ya que existía el compromiso y el deseo de las tres partes -jugador y ambos clubes- de ejecutar el traspaso.
Ahora, con las aguas calmadas y feliz en el Athletic, Laporte habla en ‘El Chiringuito’ de Mega cómo vivió todo lo sucedido. De cómo tuvo que gestionar que su fichaje encauzado casi se frustrara por causas ajenas a él: “Fue muy complicado, tanto yo como mi entorno lo vivimos bastante mal porque nos pilló por sorpresa”.
“Estábamos confiados porque a las 11 de la noche estaba casi todo hecho, yo había firmado lo que tenía que firmar y a las 00.02 me llama mi abogado y me dice que ha habido un problema, un fallo técnico y que a lo mejor se va a complicar la cosa”, recuerda.
Responsabilidades claras
El central explica que “pasamos de estar todos felices y celebrando a casi estar todos amargados”. Asimismo, Laporte reconoce que “pasamos dos semanas demostrando que por mi parte estaba todo bien hecho”.
De hecho, el internacional señala al Al-Nassr como responsable de todo lo ocurrido porque dice estar “convencido de que el Athletic lo ha hecho bien”.
Esta opinión concuerda con las explicaciones que dio el Athletic en su tiempo, ya que desde el club rojiblanco manifestaron que el proceso se alargó más de lo debido porque el club saudí reemplazó a sus interlocutores: su director general y su director deportivo.