Aquel Real Sociedad-Athletic en lo que fue la primera victoria de la era Bielsa (02-10-2011)
El argentino tuvo que esperar al sexto partido de liga para estrenarse en un derbi que decidió Fernando Llorente con su doblete
Aquella mañana calurosa del 2 de octubre de 2011 en Anoeta, con una temperatura de 430 grados más acorde al verano que al otoño, marcó un antes y un después para el nuevo Athletic comandado por Marcelo Bielsa en el banquillo y presidido por Josu Urrutia desde Ibaigane, después del que el excapitán rojiblanco superara tres meses ante a Fernando García Macua en una reñidas elecciones que pusieron fin al cuatrienio de Joaquín Caparrós como entrenador de los leones. El nuevo Athletic no arrancó precisamente con buen pie, ya que en sus cinco primeros encuentros de liga no había sido capaz de vencer y anidaba en puestos de descenso tras sellar solo dos empates y sufrir tres derrotas consecutivas, un inicio desolador que generó que emergieran las dudas e incluso sonó un cierto runrún sobre un hipotético ultimátum a Bielsa en caso de que el Athletic sucumbiera en el derbi de una Real Sociedad que ya olía la sangre para ahondar en la crisis del que es su máximo rival en el partido del año en clave txuri urdin.
El vestuario rojiblanco se conjuró en el objetivo de saborear ese triunfo que necesitaba como el comer. Y lo cierto es que el Athletic no falló en una prueba de altísima exigencia, sobre todo en el factor mental. Los leones cogieron el mando del derbi desde el minuto uno, con un dominio de juego que les permitió crear ocasiones por medio de Andoni Iraola, con disparo al palo incluido, Fernando Llorente e Iker Muniain, que se encontró con una gran intervención de Claudio Bravo, el meta realista. El conjunto de Bielsa, que ya dejaba el sello de su alegre propuesta futbolística, no cejó en su empeño y el premio llegó a los 34 minutos cuando Llorente cazó un centro de Óscar de Marcos, se giró ante el marcaje de Demidov y batió al meta chileno.
El derbi cogió color bilbaino, aunque la Real de Philippe Montanier no arrojó la toalla y encaró el segundo acto del derbi con una vocación más ambiciosa, tanto que llegaron las ocasiones realistas, hasta que fue Iñigo Martínez, por entonces recién llegado al primer equipo donostiarra, el que se sacó un golpeo desde campo propio para sorprender a Gorka Iraizoz, que no se esperaba semejante ocurrencia el que años después se convirtiera en futbolista del Athletic. El 1-1 hizo un poco de pupa a los rojiblancos, que, sin embargo, reaccionaron y a falta de veinte minutos para la conclusión Fernando Amorebieta sirvió un balón de lujo a Llorente para que este ganara la espalda a la zaga local y armara una volea que supuso el 1-2 definitivo.
La victoria 14 años atrás en el derbi aportó otra energía al Athletic de Bielsa, que quizá empezó a escribir en Anoeta la primera página de un curso que ilusionó a la parroquia rojiblanca en cuanto a juego y, sobe todo, al camino exitoso que los leones, más irregulares en liga, recorrieron en la Europa League y en la Copa, dos competiciones en las que llegaron a la finalísima en ambas, pero que fueron capaces de afrontarlas con garantía para optar a dos títulos que se esfumaron en Bucarest ante el Atlético de Madrid y en el viejo Vicente Calderón frente al Barcelona.
