Lo mejor y lo peor del Athletic-Qarabag
El Athletic se conjura para sumar los primeros puntos en Champions
El Athletic ya puede sonreír en Champions. El conjunto rojiblanco sumó sus primeros tres puntos en la máxima competición continental en un partido que se le torció a los 54 segundos y que se vio obligado a un esfuerzo extra para consumar una remontada que llevo la firma de Gorka Guruzeta, pero sobre todo de Mikel Jauregizar, un futbolista excelso pese a su corta edad y cuyo crecimiento no tiene techo a día de hoy.
Lo mejor: Una ofensiva constante para fraguar la remontada
Casi nadie se podía imaginar un arranque de partido tan desalentador cuando el Qarabag, un equipo de inferior potencial pese a haber sorprendido en las dos primeras jornadas de la Champions con sus sendas victorias ante el Benfica y el Copenhague, se adelantaba en el marcador sin haberse llegado a un minuto de juego. Para echarse las manos a la cabeza, como así lo entendieron las más de 50.700 almas que se reunieron en San Mamés. Así las cosas, no quedaba otro remedio que espabilar y conjurarse para hacer realidad una remontada que esperaba todo athleticzale. El colectivo rojiblanco se puso manos a la obra y se enfocó en una ofensiva constante en busca de esos goles que tardaron más de lo razonable en llegar.
Esa actitud, a la que le faltó aptitud en más ocasiones de las necesarias, suele tener premio, porque es esa la genética del Athletic, consciente de que era superior al cuadro azerí y que no se le podía escapar la primera victoria en la Champions, que además también celebra la Junta Directiva de Jon Uriarte por los dineritos que aporta, con la nada despreciable cifra de 2,1 millones de euros. Los leones asediaron la meta defendida por Kochalski, sumando hasta catorce remates, muy pocos a los tres palos, hasta que Gorka Guruzeta dio en la diana en su tercer intento. El donostiarra repitió en el tramo final y reafirma su idilio con la Champions, ya que tes de los cuatro goles de su equipo en esta competición llevan su firma.
Lo peor: Los desajustes defensivos y la falta de más pegada
No todo fueron buenas noticias en la necesaria victoria sobre el Qarabag. La Champions League exige mucho y no perdona nada. Os sea, no tiene piedad. Ni aunque enfrente esté un rival que lidera con abrumadora superioridad la liga azerí, una competición menor. El Qarabag rentabilizó el error compartido entre Paredes y Laporte para batir a un desconcertado Unai Simón cuando no se había cumplido ni un minuto y el Athletic puede agradecer que un desajuste tan incompresible se produjera ante un conjunto de menor caché y no ante un Newcastle o un PSG. En estos casos la penalización sería desastrosa, por la dificultad que entrañaría dar la vuelta ante equipos del poderío de los mencionados y que son los dos próximos rivales de los de Valverde, que probablemente pondrá el acento puertas adentros en estos descuidos fatales y hasta infantiles.
El Athletic ganó, pero debe detenerse en las razones por las que no logró una renta mayor, ya que hay que tener en cuenta que el gol average general puede ser determinante para meterse en la siguiente fase de la Champions, ya sea con el billete directo a los octavos de final o a las eliminatorias de play-off. Es ya un mal endémico de este Athletic, como ya le ocurriera en las comparecencias de liga en Mestalla y en el Estadio de la Cerámica, en las que los leones no acertaron de cara a la meta rival en sus claras ocasiones de goles y que a al postre les pasó factura con sendas derrotas. Ayer el Athletic produjo mucho, se hinchó a generar ocasiones, pero su punta de mira fue defectuoso en la mayoría de ellas, hasta el punto de que el triunfo peligró en el minuto 85, cuando Berchiche salvó en la misma línea de gol el golpeo de Kashchuk y que ya estaba festejando el equipo azerí. Guruzeta puso la tranquilidad, pero lo cierto es que el Athletic necesita un mayor impacto ofensivo si quiere lograr cosas bonitas en una competición que tanto engancha.