Un grito por Palestina en San Mamés

El Athletic, club único en el mundo, demostró mirar más allá del fútbol en una tarde en la que se solidarizó con el pueblo palestino. Honey Thaljieh, excapitana y cofundadora de la selección de fútbol de Palestina y embajadora del 125 aniversario de la entidad bilbaina por su lucha en favor de la igualdad de género y de la paz, así como un grupo de once personas refugiadas palestinas en Euskal Herria, y representantes de UNRWA, la agencia de la ONU que asiste y protege a la comunidad refugiada palestina, salieron al centro del campo de San Mamés en los prolegómenos del encuentro ante el Mallorca para recibir el inmenso cariño de una afición que rompió a aplaudir al unísono.

Mientras en los videomarcadores del estadio se leía “Athletic Palestinaren alde. Stop genozidioa”, mensaje que la Fundación Athletic Club transmite a la comunidad refugiada palestina, en el verde y en las gradas brotaba la emoción y la esperanza de paz después de que solo unas horas antes Israel anunciara que detenía su ofensiva en Gaza iniciando así la implementación del plan de paz de Trump después de que Hamás aceptara liberar a todos los rehenes para lograr un alto el fuego. Iñaki Williams, capitán con una marcada sensibilidad social, saludó afectuosamente uno por uno a todos los representantes palestinos que recibieron el reconocimiento de San Mamés. La retransmisión, mientras tanto, omitía cualquier imagen del acto limitándose a enfocar a los aficionados que aplaudían desde sus asientos.

Ondearon en la Herri Harmaila banderas del pueblo palestino al grito de “Palestina askatu” en medio de una jornada con manifestaciones en toda Europa. Por la mañana, además, se presentó en el Museo de la Paz de Gernika el amistoso de carácter reivindicativo que disputarán la Euskal Selekzioa y Palestina el próximo 15 de noviembre a partir de las 20.30 horas en San Mamés, que arropó también a los leones en una tarde en la que se congregaron 47.098 espectadores en las gradas. 

Alivio final

Ernesto Valverde pidió en la previa el apoyo de la afición y esta, como es costumbre, no falló. Tampoco lo hizo Iñaki Williams desde los once metros para romper su sequía y adelantar a los rojiblancos en el marcador. Lo celebró desde la grada Beñat Prados con la rodilla izquierda recién operada antes de que el propio Iñaki cayera lesionado en los primeros compases de la segunda mitad y fuera sustituido por su hermano Nico. 

Enmudeció San Mamés con el 1-1, pero la reacción llegó de inmediato para dar un aliento extra al conjunto bilbaino, que tiró de orgullo para reponerse a la adversidad y ganar el partido con el estreno goleador de Alejandro Rego, válido para sumar los tres puntos y aliviar a una entregada afición que celebró con sumo entusiasmo el triunfo, pitada al colegiado incluida, tras lanzar un grito al mundo por Palestina.