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Athletic 0-0 Osasuna

El Athletic se pierde en la red de Osasuna

Al equipo de Valverde le faltó fluidez y pegada en un partido marcado por el plan diseñado por Moreno

Nico Williams se lamenta tras errar una ocasión ante Osasuna.Oskar González

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El Athletic se perdió en la tupida red que montó Osasuna y tuvo que resignarse a sumar un punto. Apenas extrajo nada en limpio del gran esfuerzo realizado, se estrelló constantemente contra un adversario que vino con una única idea a San Mamés, evitar la derrota a toda costa, y supo mantener la compostura de principio a fin para proteger a su portero, quien en última instancia acertó a repeler los escasos remates que le obligaron a intervenir. Decimotercer empate del conjunto de Vicente Moreno, consciente de que plantear un partido abierto no era aconsejable dada la precaria situación clasificatoria por la que atraviesa. El resultado estrecha los márgenes del Athletic en la defensa de la cuarta plaza y eleva la trascendencia del desplazamiento del próximo fin de semana al feudo del Villarreal, que este domingo le recortó dos puntos.

El monumental atasco provocado por Osasuna con un planteamiento muy conservador puso en evidencia durante toda la tarde la falta de imaginación y precisión de los hombres de Ernesto Valverde. Obligados a partirse la cara en cada lance del juego ante la formidable aplicación defensiva de Osasuna, muy intenso en cada disputa, brindaron un ejercicio de impotencia salpicado por un puñado de intentos, contados, más fruto de la insistencia que del acierto. Sin fluidez en el manejo del balón en un escenario donde los espacios para correr no existieron, el ansia de los rojiblancos derivó en un quiero y no puedo que terminó en un lógico reparto de puntos.

La confección del once dejó patente que la prioridad de Osasuna no era sino impedir que el Athletic se sintiese a gusto, pudiese asumir la iniciativa y dar continuidad a la misma. Moreno colocó tres centrales, que se hartaron de derribar a Maroan, y cuatro hombres por la franja central para impedir que los medios locales participasen. Ni Prados ni Jauregizar recibieron la pelota en condiciones para distribuir y los intentos de Berenguer, retrasando su posición, resultaron asimismo estériles. Torró, con la colaboración de Moncayola, Rubén García y Aimar, se erigió en el jefe de la operación de barrido desplegada unos metros por delante de su zaga. De modo que la suerte del Athletic quedó a expensas de que los Williams rompiesen por las alas, pero con el apoyo permanente a los laterales de un central o un medio, esta posibilidad se reveló muy complicada. 

En suma, el Athletic no consiguió dotar de ritmo a su fútbol y quedó abocado a implicarse en un desgaste por ganar posesiones en batallas que afrontó a menudo en inferioridad numérica. Un panorama frustrante que pudo ser peor incluso en el mismo arranque del encuentro, al que Osasuna entró con mayor decisión. Su premio consistió en una serie de cuatro córneres en apenas cinco minutos, el último de los cuales permitió a Torró cabecear sin oposición en el primer poste el centro que puso Moncayola. Fue la única situación de auténtico peligro para Simón, pero también una advertencia sobre las dificultades que hallarían los rojiblancos hasta el descanso.

Casi media hora tardó el Athletic en hilar acciones ofensivas. Antes se asistió a una sucesión de pérdidas y nulo dominio. Era el guion que interesaba a Osasuna, que tampoco quiso arriesgar lo más mínimo. Ni siquiera explotó la amenaza que suponían las subidas de Areso y Bretones, el primero anulado por el nervio de Yuri. El 0-0 le iba bien mientras no sufriese atrás y no lo hizo. Un par de tiros desde la frontal a cargo de Nico Williams y de Yuri, ambos perfectamente desviados por Aitor fue cuanto produjo en ataque el anfitrión, demasiado ocupado en no perder la posición y pagando la factura de los duelos individuales.

La cosa mejoró algo en el segundo acto. Hubo una fase en que el Athletic combinó con mayor intención y agilidad. Osasuna empezó a flaquear, pero fue una impresión pasajera. De Marcos acarició el gol en una internada con pase de la muerte que Aitor repelió tras leve toque de un defensor. Seguido, dispuso Nico Williams de una posición ventajosa para superar a Aitor, pero conectó el remate muy forzado y el portero volvió a hacer gala de su rapidez de movimientos. Aún hubo una tercera oportunidad a continuación, pero lo que no se sabe si era un pase o un remate de Iñaki Williams, salió lamiendo el poste opuesto sin que Maroan, muy castigado ya, llegase a tiempo.

¿Has estado en San Mamés viendo el Athletic-Osasuna? Búscate en nuestra galeríaMiguel Acera | Oskar González

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Daba la impresión de que el Athletic se había soltado un poco y Valverde refrescó filas, con un cambio por línea que a la postre no sirvió para desequilibrar el derbi. A cada minuto el campo se inclinaba más hacia el área de Aitor, pero Osasuna reaccionó, no estaba por la labor de malgastar todo el trabajo realizado previamente. Incluso se benefició de la ansiedad local para estirarse, lo que hasta otorgó a Budimir, totalmente anulado por Nuñez y Yeray, la opción de un remate que se le fue muy desviado.

En el último tramo, la impotencia del Athletic para penetrar en la férrea estructura rojilla fue meridiana. Solo se pudo rescatar un cabezazo sin fuerza de Guruzeta, perjudicado por una leve peinada de Bretones que restó fuerza al centro trazado por el incombustible Yuri. Para entonces, había pocas dudas de que las tablas permanecerían inamovibles, pero todavía sacó fuerzas Osasuna para consumir el añadido cerca de Simón, que abortó un potente disparo a bote inglés de Peña. Hubiese sido una recompensa excesiva para el equipo que lo fío todo a su consistencia sin balón, así como un castigo desproporcionado para un Athletic que trató en vano de compensar su déficit de eficacia con sudor.