San Mamés, que saboreó una nueva victoria del Athletic en la Europa League, no pudo presumir de un ambiente de gala durante los treinta primeros minutos del partido ante el Elfsborg, tramo del encuentro en el que Iñigo Cabacas Herri Harmaila llevó a cabo la huelga de animación que anunció el miércoles a través de un comunicado en protesta por la "represión" que, a su juicio, sufren por parte de los responsables del Athletic y de la Ertzaintza. En silencio permanecieron hasta el minuto 31 los integrantes de una grada de animación que vieron mientras tanto cómo el conjunto rojiblanco marcaba por partida doble. Solo para celebrar los tantos de Adama Boiro en el minuto 6 y de Beñat Prados en el 24 ondearon sus bufandas en una Herri Harmaila que pasó a la acción cumplida la primera media hora de juego entre los silbidos de una parte del público. 

Recuperó entonces San Mamés su tono habitual después de que el capitán del Elfsborg, Sebastian Holmén, realizara en los prolegómenos del partido la tradicional ofrenda floral al busto de Pichichi con motivo de la primera visita del equipo sueco a ‘La Catedral’, que disfrutó de una plácida tarde continental. Lo hizo, eso sí, en medio de la asistencia más baja del curso al coliseo rojiblanco, que reunió a 46.325 aficionados en las gradas. 

Horario y rival

Solo tres seguidores más, no obstante, se registraron en la cita europea ante el AZ Alkmaar (46.328) el pasado 3 de octubre. El horario del encuentro ante el Elfsborg (18.45 horas) y el escaso tirón del cuadro sueco propiciaron una entrada a la baja que, sin embargo, no resultó ni mucho menos pobre en medio de un curso plagado de partidos en el que el derbi disputado contra la Real Sociedad el pasado domingo dio pie a la quinta mejor asistencia en la historia del nuevo San Mamés con 50.719 espectadores. 

Al término del partido ante el Elfsborg, con los jugadores de Ernesto Valverde preparados para celebrar el triunfo delante de la grada de animación, desde la Herri Harmaila se cantó “Ez, ez, ez, errepresiorik ez”, a lo que volvió a responder con silbidos una parte de San Mamés.