Con la llegada del nuevo milenio, el Ludogorets, creado en 1945 como club de la ciudad de Razgrad, la trigésimo primera de Bulgaria en el orden de habitantes con alrededor de 33.000 –poco más que por ejemplo Leioa–, cayó en bancarrota. Así, en 2001 se refundó adoptando el nombre de Ludogorie, que significa Bosque loco, correspondiente a la región donde se encuentra la ciudad de Razgrad, un lugar construido sobre las ruinas de la ciudad romana de Abritus, donde se desarrolló una batalla históricamente reconocida por ser la primera en la que un emperador romano murió ante un ejército extranjero.
Entonces, la entidad del noreste de Bulgaria comenzó un pasaje por el fútbol regional. El equipo competía vestido con una equipación verde identificativa de los frondosos bosques de la zona de donde proviene. Una época alejada del profesionalismo hasta que en 2008, el magnate búlgaro Kiril Domuschiev, amante del fútbol, decidió empezar una carrera de aportación de fondos, en un inicio de forma filantrópica, anecdótica. Todo comenzó con una donación de 25.000 euros para sentar las bases de un equipo que empezó a escalar categorías mientras Domuschiev, cuya riqueza engordaba con la farmacéutica Huverpharma –Forbes le sitúa como la persona más rica de Bulgaria, con una fortuna estimada en cerca de 2.300 millones de euros y es conocido como El Abramovich búlgaro–, siguió aportando financiación para soportar los acelerados ascensos, hasta que finalmente adquirió el club en propiedad. Domuschiev adoptó la idea del fútbol español para desarrollar la entidad. El multimillonario, amante de Marbella o Ibiza, inició un proceso de contratación que ha incluido hasta al cetrero encargado de hacer volar un águila los días de partido del Ludogorets, al estilo del Benfica, el gaditano Víctor Barrios.
En 2011 el club alcanzó la Primera División búlgara. Sobre el césped del reformado y rebautizado estadio Huverpharma Arena, con capacidad para 10.500 espectadores tras una inversión de 3 millones de euros, echó así a rodar una apisonadora. En su primer año el Ludogorets certificó el triplete. Era el tercer equipo de la liga búlgara tras los capitalinos CSKA Sofia y el Levski Sofia en lograr los títulos de Liga, Copa y Supercopa en una misma temporada.
Desde aquel primer curso entre los mejores equipos de Bulgaria no ha dejado de conquistar la competición doméstica, siendo el único club de Europa que ha alcanzado 13 ligas en sus trece primeros años en la máxima categoría. Además, todo parece indicar que el éxito se prolongará aún más. No en vano, Las Águilas de Razgrad ocupan actualmente el liderato de la clasificación. Después de 13 jornadas disputadas en un torneo de 16 equipos, el plantel que dirige el croata Igor Jovicevic ha ganado todos los partidos excepto uno, contado por empate, que se dio el pasado 1 de septiembre ante el Cherno More (0-0). El Ludogorets presenta una ventaja de 8 puntos sobre el segundo y el tercer clasificado, el Botev Plovdiv y el Levski, respectivamente. Su balance es abrumador: ha anotado 25 goles y solo ha encajado uno.
Jovicevic, que como jugador llegó a vestir la camiseta del Real Madrid en encuentros amistosos, posee una plantilla valorada en 52 millones de euros, según Transfermarkt, casi una novena parte del valor del total de los jugadores de la primera división búlgara (442). El plantel cuenta con 28 jugadores, 20 de los cuales son extranjeros –figuran hasta seis con nacionalidad brasileña entre sus filas– y 11 son internacionales. Destacan en cuanto a números el delantero centro brasileño Rwan Cruz (6 goles y 3 asistencias), el extremo derecho búlgarobrasileño Rick (5 goles y 6 asistencias) y el lateral derecho sevillano Francisco Javier Hidalgo (2 goles y 3 asistencias), conocido como Ron, que llegó a estar enrolado en el Barakaldo (2017-18) o el Levante (2020-23) ante de fichar por el conjunto de Razgrad.
Desde que se consumaran los éxitos de la campaña 2011-12, el Ludogorets ha concursado en Europa de manera ininterrumpida. Sus momentos álgidos se dieron en las campañas 2014-15 y 2016-17, cuando tras superar tres eliminatorias previas llegó a disputar la fase de grupos de la Champions League. En la segunda de estas ocasiones logró arrancar un empate a dos goles en el campo del Paris Saint-Germain y acabó tercero de grupo. Desde entonces su presencia ha sido constante en la Europa League, aunque solo en dos ocasiones ha conseguido superar la fase de grupos.
El Ludogorets no ha sido capaz de trasladar su estado de forma a nivel local a la presente edición de la Europa League. Hoy en día es uno de los doce equipos que se quedarían sin acceder a la siguiente ronda. Las Águilas de Razgrad ocupan la trigésimo tercera posición entre los 36 equipos participantes. Se estrenaron con derrota frente al Slavia Praga (0-2), firmaron un empate en la visita al Viktoria Plzen (0-0) y sucumbieron contra el Anderlecht (2-0) en la cita más reciente. De ahí que el encuentro de este jueves ante el Athletic se antoje vital para cobrar esperanza de seguir creciendo. Los leones se opondrán al deseo de una loca emboscada búlgara.