Si se ha de señalar al culpable de que el Athletic no ganase este domingo al Betis, quizás haya que aludir directamente al fútbol mismo, a sus caprichos. Cómo explicar si no que el equipo que más y mejor jugó, el que coleccionó un abrumador número de remates tuviese finalmente que conformarse con un punto. Se presumía un pulso complejo, había alguna duda en torno a cuál sería la respuesta de los hombres de Valverde después de varias actuaciones por debajo del nivel habitual. Los temores se revelaron infundados desde el comienzo, pues el Athletic cuajó un encuentro brillante, al menos hasta el descanso. No es que fallase posteriormente, pero en ese período acumuló méritos sobrados para noquear al adversario, que puede darse con un canto en los dientes por no volver a Sevilla de vacío, humillado incluso ante su manifiesta incapacidad para frenar una puesta en escena formidable.

La reanudación fue otra historia, es posible que el anfitrión acusase anímicamente el hecho de no resolver cuando alcanzó la perfección en sus evoluciones. Asimismo, se ha de considerar que el esfuerzo físico fue haciendo mella en sus filas. El Betis pudo sacar la cabeza del agujero y aprovechó su primera combinación de fuste. Un revés del que costó reponerse, pero al menos el Athletic consiguió equilibrar la desventaja con margen aún. Y en adelante, dispuso de suficientes opciones para coronar la remontada. Compensó la menor fluidez de su fútbol con el espíritu que le caracteriza, pero tampoco entonces la fortuna se dignó a hacer su aparición para que el desenlace premiase a quien opositó al éxito durante el partido al completo.

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Las notas de Aitor Martínez: Iñaki Williams, trabajo sin premio Aitor Martínez

Desde luego, no fue el caso anoche, pero la expectación y el espectáculo no siempre se llevan bien. Y a veces, el espectáculo alcanza su máxima expresión y sin embargo lo único que genera es frustración, desesperanza. Qué otra sensación podía rumiar el Athletic después de completar un primer tiempo formidable e irse al descanso con el mismo resultado del inicio. No se recuerda una exhibición semejante de verticalidad, dinamismo y fútbol alegre concentrada en una mitad de partido. Tampoco cabía esperar que se produjese precisamente ante el Betis, que llegaba como un bloque acreditado y al alza. Pero sucedió y en las gradas no dejaron de llevarse las manos a la cabeza mientras asistían a la sucesión de acciones profundas, oportunidades sucesivas, nítidas, una tras otra, que cantaron como gol para enseguida exteriorizar su incredulidad.

El Athletic voló sobre el césped, le metió no se sabe qué marcha, si la quinta, la sexta o la séptima, a sus evoluciones e hizo un destrozo que increíblemente no obtuvo reflejo en el marcador. Sin incurrir en exageraciones, fueron seis situaciones francas para marcar, la mitad de ellas repelidas por la madera de la portería de un Rui Silva que también puso algo de su parte para evitar el castigo. Pero al portero luso únicamente le cabe el honor de haber interceptado un remate, cierto que fue a bocajarro, de Iñaki Williams. En los demás lances nada pudo hacer ante la impresionante ofensiva rojiblanca.

Como se ha señalado, fueron los dos postes y el larguero los encargados de mantener a flote a un Betis que no se enteró de la fiesta. Sancet, Paredes e Iñaki Williams estuvieron implicados en dichas acciones. Además, Sancet envió fuera un remate a un metro de la portería. La velocidad y un pronunciado afán por liquidar el asunto por la vía rápida pusieron en evidencia al conjunto de Pellegrini. Djaló, más participativo, alternó posiciones con los Williams, lo que descolocó del todo a un Betis que anduvo con las costuras al aire hasta el paso por vestuarios.

Se diría que al Athletic alguien le había echado mal de ojo, algún tipo de maldición. Así que el Betis, consciente de que necesitaba transformarse sin más demora, probó con tres sustituciones para gestionar la reanudación. Se notaron, así como el paso adelante que efectuó y que le rindió un beneficio desproporcionado: primera subida y Fornals empalmó a la red el buen servicio de Diao. Mira que el gol parecía una quimera, al menos desde la perspectiva local; al Betis le bastó con un intento. 

Costó un ratito reaccionar. El Betis tuvo más posesión, pero paulatinamente volvieron los acercamientos a Rui Silva, que hasta la conclusión se erigió en el salvador de los suyos. Una salida a pies de Sancet, otro chut cruzado del mismo jugador que ni olió y se fue por centímetros, Vivian que tiró a romper tras revolverse en el área. La igualada se mascaba, pero tanto ímpetu dejaba espacios para que los andaluces intimidasen a la contra. Agirrezabala realizó su particular aportación al detener el derechazo sin oposición de Losada. Se trataba de insistir y el cansancio iba haciendo mella. Entró Berenguer y enseguida se asoció con Iñaki Williams, quien cedió a De Marcos, cuyo centro conectó el refresco anticipándose a defensas y portero.

Alivio y de nuevo a empujar, era cuestión de exprimir el factor psicológico. Y no anduvo lejos el Athletic de rentabilizar su inconformismo. Seguro que en su interior bullía el convencimiento de que la justicia terminaría por prevalecer. Para entonces, el Betis no disimulaba que estaba encantado con el empate, tenía razones para no descuidarse y prefirió rebajar las revoluciones del encuentro con combinaciones entre sus defensas. Ello no aplacó al Athletic. Menos inspirado, pero igual de insistente. La tuvo Iñaki Williams, luego Herrera en un doble remate, también Gorosabel, la más clara en una contra, pero en las tres salió vencedor Rui Silva. En medio, hubo un sobresalto en el lado opuesto, resuelto a medias entre Yuri y Agirrezabala. Y para cerrar el capítulo de ataques, Martón no llegó a tiempo para empujar el pase de la muerte de Gorosabel en el noventa. Una auténtica lástima. Ay, los caprichos del fútbol.

ATHLETIC: Agirrezabala; De Marcos (Min. 79, Gorosabel), Vivián, Paredes, Yuri; Galarreta (Min. 69, Herrera), Prados (Min. 79, Unai Gómez); Iñaki Williams, Sancet (Min. 69, Martón), Nico Williams; y Djaló (Min. 65, Berenguer).

BETIS: Rui Silva, Bellerín (Min. 46, Sabaly), Bartra (Min. 88, Natan), Llorente, Perraud; Fornals, Johnny Cardoso, Altimira (Min. 46, Iker Losada), Abde; Chimy (Min. 46, Diao), y Vitor Roque (Min. 72, Bakambu).

Goles: 0-1: Min. 52; Fornals. 1-1: Min. 68; Berenguer.

Árbitro: Alberola Rojas (Comité de Castilla-La Mancha). No mostró ninguna tarjeta.

Incidencias: Partido correspondiente a la décimo segunda jornada de LaLiga EA Sports disputado en San Mamés ante 46.898 espectadores, entre ellos medio millar de seguidores del Betis. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la dana y ambos capitanes portaron sendas camisetas con mensajes de apoyo a los damnificados.

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