Un Athletic todavía en chanclas
El Athletic acusa el temprano estreno liguero con un partido muy flojo ante el Getafe en el que muchos de sus jugadores evidenciaron estar lejos de su mejor condición física
Qué bonito luce San Mamés cuando el tiempo, un sol radiante y una buena dosis de calor, lo permite. La de ayer fue una de esas tardes de verano en las que las camisetas rojiblancas poblaron las gradas del campo, dándole a La Catedral un colorido distinto, especial, si se compara con el de las frías jornadas de invierno, en las que las bufandas son las únicas que ponen la nota de color entre chamarras y abrigos varios. Y menos mal que el día acompañó, porque el desempeño del Athletic en su estreno liguero no ayudó a crear un clima de calor. Las ovaciones a Oihan Sancet por su notable gol, los merecidísimos aplausos a Alex Padilla tras su gran intervención ante Carles Aleñá y las atronadoras ovaciones a Nico Williams, que seguirá en Bilbao, fueron los momentos más destacados de una tarde de verano en la que el Athletic pareció seguir en chanclas, de vacaciones.
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Ernesto Valverde avisó en la previa que a su equipo le tocaba ponerse en situación de competir. “Hasta ahora las balas han sido de fogueo y ahora ya nos llegan las balas de verdad”, lanzó en forma de señal, consciente de que LaLiga le ha llegado muy pronto a su equipo –también al Getafe, su rival de ayer, dicho sea de paso–, que ha tenido varios contratiempos a lo largo de la pretemporada en forma de lesiones y ausencias y que, para colmo, le tocó estrenar el torneo de la regularidad un jueves. No pareció querer ponerse la venda antes de la herida el técnico, que es poco amigo de las excusas, aunque quizá algo intuía. Para colmo, aguardaba un siempre rocoso Getafe, bajo las órdenes de un José Bordalás experto en sacar el máximo rendimiento de sus futbolistas –muy pocos en el día de ayer, pues no ha podido inscribir a todos y aún debe encontrar más jugadores en el mercado de fichajes– y no menos especialista en acabar con la paciencia del rival.
Con un centrocampista fichado este verano del Ceuta reconvertido a delantero centro, el desconocido Chrisantus Uche, al Getafe le bastó para mantener a raya al Athletic, al que le faltó muchísima frescura y una buena dosis de ideas para superar a un conjunto azulón muy bien plantado en el verde y muy sacrificado. Los leones, en chanclas, sufrieron en cada disputa con el rival, que lució botas de tacos bien afiladas para la ocasión. No hay prisioneros con Bordalás, que sumó su segundo empate consecutivo frente al Athletic en San Mamés.
El Getafe dominó el partido a placer, aunque los rojiblancos, en botas de Sancet, demostraron que siguen teniendo pegada. A falta de fútbol, pues lo del centro del campo ayer fue un despropósito, bien con los titulares –Beñat Prados y Mikel Vesga– y casi peor aún con quienes les sustituyeron –Ander Herrera y Unai Gómez–, buenos son los goles. Menos mal. Sin llegar a comprometer en exceso a Padilla, que se lució en un mano a mano, el tanto del empate de los madrileños llegó en una jugada a balón parado en la que Herrera dejó saltar muy cómodo a Uche, lo que vino a evidenciar que las dudas exhibidas en defensa de la pretemporada siguen sin resolverse.
Queda el consuelo de que el estreno del curso pasado, a excepción del resultado, guarda mucha similitudes con el actual y no hace falta repetir cómo acabó aquello. La calidad del Real Madrid fue una losa insalvable doce meses atrás en el mismo escenario; ayer, al Getafe le faltó esa pegada de la que presume su vecino rico, pues el desempeño del Athletic dejó mucho que desear en ambos casos. Al menos, San Mamés sigue siendo un feudo inexpugnable y ya son doce meses sin caer en casa. Ahora, el Athletic tiene algo más de una semana para terminar de guardar las chanclas en el armario y ponerse las botas de jugar a fútbol. Esto no ha hecho más que empezar. Se vienen curvas y una temporada más que atractiva.
La cifra
8
Ernesto Valverde y José Bordalás se enfrentaron ayer por octava vez en Primera División. El técnico del Athletic aún no ha perdido frente a su homólogo en el banquillo del Getafe, con el que tiene un bagaje de cinco victorias (cuatro de ellas con el Barcelona y una con el Athletic) y tres empates (dos con el conjunto rojiblanco).