En el enorme aeropuerto de la isla de Mallorca miles de turistas se entremezclan con los residentes, que apuran la vuelta a casa para retomar sus quehaceres. Es lunes de Pascua, festivo también en baleares, y el aeródromo calienta motores para lo que se le viene encima, pues entre el viernes y el sábado, a su habitual trajín, añadirá un buen puñado de vuelos chárter con destino a Sevilla y Madrid. Todo, claro, por la final de Copa que enfrentará al Athletic y al Mallorca. “Ha sido una odisea”, relata a DEIA Toni Vallespir, vicepresidente de la Unió de Penyes Mallorquinistes.

En la tarde del martes, en consonancia con el club, repartieron 500 banderas del club de manera gratuita y que recogieron muchos de los aficionados del Mallorca que seguirán el partido desde la capital andaluza. Vallespir relata que cuentan con unos 5.000 socios, “en torno al 25% de los abonados mallorquinistas”, y que han fletado “nueve aviones” con capacidad para unos 180 pasajeros cada uno de ellos que operarán directamente a Sevilla, aunque otros pararán en Madrid, donde les esperarán autobuses para llegar hasta Sevilla.

Pancarta de apoyo al Mallorca en las instalaciones del club balear. DEIA

Además, también habrá varios barcos operativos para trasladar a unas 8.000 personas entre Palma y Denia. “Y desde ahí, en autobús hasta Sevilla. Unas ocho horas más o menos, a las que hay que sumar las cinco que tarda el barco entre la isla y la península”, cuenta Vallespir.

El gol de penalti de Sergi Darder que clasificó al Mallorca para la final de Copa se vivió con locura entre los aficionados mallorquinistas. Muchos de ellos, ante la imposibilidad de encontrar vuelos directos a buen precio hasta Sevilla, se las ingeniaron para buscar enlaces asequibles que, aunque no son del todo cómodos, se han convertido en una opción interesante. Así lo expone Toni Vallespir: “Tengo conocidos que van a Londres o a alguna isla Canaria primero y de ahí, a Sevilla. Ha sido una locura”.