Athletic y Alavés vuelven a verse las caras esta noche en San Mamés con los hermanos Williams y Samu Omorodion frente a frente tras ver cómo sus vidas cambiaban radicalmente gracias al fútbol. Después de vivir una infancia difícil marcada por las penurias económicas, los tres brillan como futbolistas de Primera División. El último en hacerlo ha sido el joven delantero de 19 años del Alavés, debutante esta misma temporada en la máxima categoría como jugador del Granada y fichado por el Atlético previo pago de los 6 millones de euros que marcaban su cláusula de rescisión tras ver su exhibición con gol incluido en el Metropolitano en la primera jornada del campeonato.

Cedido acto seguido al conjunto gasteiztarra, la historia de superación de Samu, que guarda ciertos paralelismos con la de los Williams, proyecta a día de hoy a un delantero de planta imponente que agradece día sí y día también el coraje y la valentía que mostró su madre Edith 19 años atrás. Fue entonces, con Samu dentro de su vientre al estar embarazada de ocho meses, cuando Edith Aghehowa decidió dejar Nigeria y emprender un largo viaje desde el Golfo de Guinea para llegar en patera a Melilla en busca de un mundo mejor.

Lo encontró, pero le costó sangre, sudor y lágrimas. Sobre todo, esto último, pues la experiencia vital, tras alojarse durante un tiempo en un centro de acogida y llegar después a Sevilla, donde tuvo otra hija de nombre Precious, no fue ni mucho menos sencilla para una madre que lo apostó todo a una carta sin saber qué le depararía el destino. Tampoco lo sabían los padres de Iñaki y Nico cuando cruzaron descalzos el desierto desde Ghana para saltar la valla de Melilla ya con Iñaki en el vientre de su madre. De sacrificios, en el sentido más grande y explícito de la palabra, saben muy bien en ambas familias.

El caso de Samu, que visitará San Mamés por segunda vez después de hacerlo también en Copa el pasado 16 de enero, es el de un futbolista forjado a base de esfuerzo y fe, tal como reivindicó su madre recientemente al echar la vista atrás y comenzar el relato desde aquel angustioso viaje a Melilla. “Yo pensaba que ese bebé se iba a perder en el camino y no iba a llegar a nacer. Cuando nace lo que me sale es ponerme Samuel, porque es el nombre de la Biblia”, desveló Edith en Movistar.

Años después fue cuando Edith, que comenzó a trabajar como costurera y limpiando casas, inició otra aventura junto a su hijo al desplazarse hasta Sevilla. Fue allí donde Samu, al abrigo de su madre, soltera, creció a pasos agigantados con el balón como amigo inseparable en el barrio de La Macarena. Después de un breve paso por la cantera del Sevilla, donde fue cortado a los 10 años de edad por no dar el nivel, el ahora delantero del Alavés llegó al Nervión, donde aterrizó con la cultura del esfuerzo como principal virtud y con el inquebrantable sueño de ser futbolista costara lo que costara. Mientras, en casa, las necesidades económicas marcaban el día a día.

“Llega una época que no hay dinero. No hay dinero para recargar el bonobus, Samuel caminando y vuelta caminando. Yo aquí por la noche esperando a que venga”, recordaba entre lágrimas Edith, sabedora de que la presidenta del Nervión, conocedora de la más que delicada situación económica que atravesaba la familia, ideaba primas de cinco euros por cada gol que Samu marcaba para que el joven pudiera sufragarse el transporte durante la semana.

Extremadamente humilde durante su formación como futbolista, así como distante y receloso de primeras, pero sociable una vez roto el hielo en un entorno seguro, el joven delantero internacional con España sub’21 se incorporó al Juvenil A del Granada en julio de 2021 para explotar sus virtudes a la velocidad de la luz.

La llamada a su madre

En agosto de 2023, un día antes de firmar por el Atlético, el jugador de origen nigeriano nacido en Melilla telefoneó a su madre para darle la noticia que cambiaría definitivamente sus vidas. “Mamá, dentro de poco vas a tener que dejar de trabajar”, fue el mensaje que envió Samu, quien reconocía días atrás a Relevo que “tenía claro cuál era mi objetivo. Quería que mi madre tuviese una vida más tranquila. Que descansase estos años que le quedan para que pudiera vivir mucho mejor. Gracias a Dios lo conseguí, aunque ella no puede estarse quieta”.

En su primera temporada en la élite Samu suma nueve goles y una asistencia en liga. Con el Alavés, donde se ha ganado la confianza de Luis García Plaza para asomar como titular habitual por delante de un veterano curtido en mil batallas como Kike García, logró además el joven ariete firmar el pasado noviembre el gol más tempranero en la historia del conjunto babazorro en Primera División. A los 18 segundos de partido marcó en la visita al Barcelona Samu, que visita al Athletic en San Mamés con el poder de la superación como aval.