La actual no es la mejor racha de resultados en la presente temporada, pero el detalle carece de importancia. En los cinco partidos que siguieron a la inauguración del campeonato, saldada con derrota ante el Madrid, el Athletic sumó trece puntos, mientras en los cinco más recientes han sido once. En lo que hay que fijarse es que el paso de las jornadas no ha mermado la capacidad competitiva, sino que refleja un rendimiento sostenido, justo lo que se le ha reclamado al equipo en los últimos tiempos.

Van quince partidos nada más, pero al margen de los números, se aprecia una actitud diferente. Se diría que los jugadores creen en lo que hacen y saltan al campo convencidos de que pueden medirse a cualquiera con grandes probabilidades de éxito. Y el término cualquiera engloba a la inmensa mayoría de los conjuntos que militan en la categoría: desde el Rayo, el rival más reciente, hasta Osasuna, al que visitaron en la segunda fecha, todavía en agosto. Luego, tras viajar a El Sadar, en orden cronológico, superaron al Betis, empataron en casa del Mallorca, golearon al Cádiz y conquistaron Mendizorrotza.

A continuación, no pasaron del empate en San Mamés con el Getafe, jugando en inferioridad numérica la mitad del encuentro. Llegó entonces el segundo revés (3-0), en Anoeta, otra victoria holgada a costa del Almería y la derrota por la mínima en Montjuic, contra el Barcelona. Luego, el Athletic ha enlazado tablas con el Valencia, triunfos sobre Villarreal y Celta, el punto obtenido en Montilivi y la paliza a los de Vallecas. Fruto de todo ello, los 28 puntos que le ubican en la quinta posición. Registro que invita a rebuscar antecedentes. Un ejercicio que, aparte de saciar la curiosidad, tampoco permite extraer conclusiones fiables.

Cada temporada es una historia, con particularidades dispares que desvirtúan toda comparación. Desde luego que el lugar que hoy ocupa el equipo y las sensaciones que emite inducen al optimismo, pero de ahí a deducir que todo irá rodado y en mayo certificará las expectativas, va un trecho. En concreto, 23 partidos.

Es verdad que en el curso 2013-14, el Athletic protagonizó una hazaña y a estas alturas poseía solo un punto más que ahora. Entonces, a las órdenes de Ernesto Valverde terminó cuarto, se clasificó para la Champions gracias a los 70 puntos acumulados. No ha vuelto a suceder nada parecido a esto. Conviene recordar el contexto: Valverde le cogió el testigo a Marcelo Bielsa e imprimió la cordura que reclamaba la propuesta del argentino, apoyándose para ello en una plantilla asentada que agradeció el cambio de timonel. El Athletic ascendió a la cuarta plaza antes de las navidades y ahí se mantuvo, firme hasta la finalización del calendario. El paradigma de la regularidad. Un dato que ayuda a entender semejante comportamiento son los 66 goles marcados, veinte o más que en las temporadas que van de 2017 hasta hoy.

Por seguir con el entretenimiento de la hemeroteca, en la liga 2019-20, el Athletic se plantó en la decimoquinta jornada con 26 puntos, dos menos de los 28 que luce en este preciso instante. ¿Qué sucedió? Pues que disputados todos los partidos, se quedó varado en 51. Esta tendencia a atascarse, a perder fuelle en las segundas vueltas, ha sido una constante con Garitano, con Marcelino y también con Valverde (en la 2018-19 con el de Derio, fue justo lo contrario).

Está por ver si de una santa vez se corrige. Por de pronto, la impresión de lo presenciado desde agosto introduce un factor esperanzador en el cálculo: 30 goles en quince partidos. Palabras mayores. Con esta cadencia rematadora, el Athletic se hallaría en disposición de emular al de diez años atrás, el de los 66 goles. Quedaría por revisar el capítulo de los recibidos, menos llamativo, aunque asumible. En definitiva, se trata de lograr un equilibrio entre lo que se obtiene en área ajena y se concede en la propia. Los 18 goles recibidos poco tienen de extraordinario, pues el equipo acostumbra a cerrar el campeonato con una cantidad que fluctúa en torno a los 40.

El Athletic actual ha perdido solidez en la contención por razones fáciles de detectar, pero no lo ha acusado en exceso. Al margen de que lo contrarresta parcialmente con la formidable aportación del portero, en estos cuatro meses se ha beneficiado de su acierto en ataque. El índice de resolución del colectivo ha minimizado la factura de la debilidad defensiva.

Para ilustrar esta reflexión ahí quedan los resultados ante Valencia (2-2), Villarreal (2-3) y Celta (4-3). Tres citas que pudieron deparar desenlaces muy negativos y sin embargo sirvieron para que los rojiblancos refrendasen una trayectoria al alza. Podría agregarse lo ocurrido el día del Betis en San Mamés, que arrancó con un 0-2 y acabó en 4-2. Hablamos de doce puntos en juego, de los que el Athletic se llevó diez.

La actualidad

A tres puntos de la Champions

Afianzado en la zona noble. El Athletic ha cerrado la décimo quinta jornada de LaLiga afianzado en la quinta posición y cerca de la cuarta plaza, que da acceso a la Champions League. Los rojiblancos están a tres puntos del Atlético, que permanece en el último puesto que permite jugar la máxima competición europea.

Mikel Vesga, a la espera de más pruebas. El Athletic, que vuelve esta mañana al trabajo para preparar el duelo de Copa del jueves ante el Cayón en El Sardinero, está pendiente de conocer el alcance exacto de la lesión de Mikel Vesga, que será sometido a pruebas complementarias. El centrocampista abandonó el calentamiento ante el Rayo debido a unos problemas en la musculatura isquiosural del muslo izquierdo.