"¿EUROPA? Lo que hay que hacer es disfrutar de la victoria". Rubén Baraja quiso rebajar la euforia tras el triunfo ante al Cádiz (2-0). El técnico es consciente de que a estas alturas de la temporada un puñado de resultados positivos puede desvirtuar la realidad de un equipo. “La clasificación es anecdótica”, añadía El Pipo, que captado como leyenda de la entidad che ha logrado traer la paz a Mestalla pese a ser un recurso de urgencia, el señalado para alcanzar la salvación la campaña anterior llegando con un contrato para los 17 partidos que dirigió, lo que afianza la idea de que era eso, un parche para los males de un conjunto que cesó el pasado curso a dos entrenadores, Gennaro Gattuso y Salvador González Voro. Baraja selló la permanencia en la última jornada y con ello se ganó una ampliación hasta 2025. Seis victorias, cuatro empates y seis derrotas (una media de 1,2 puntos por partido) le sirvieron para continuar en el banquillo. 

Más allá del logro de seguir en Primera División, a Baraja se le alabó por su valentía, por sentar a Edinson Cavani o Samu Castillejo y conceder oportunidades a canteranos procedentes del Valencia Mestalla como Fran Pérez (21 años), Diego López (21), Alberto Marí (22) y Javi Guerra (20), este último convertido ya en el faro que ilumina el futuro de la entidad. Guerra, con apenas una veintena de partidos disputados con la camiseta del primer equipo, se postula como la próxima gran venta del club che. Ya existen varios integrantes de la Premier League interesados en su contratación. A todos estos jóvenes ya se les conoce como la Quinta del Pipo. 

La escasez económica y el fair play financiero han mermado la inversión en fichajes del conjunto de clubes de LaLiga, pero además el Valencia en concreto atraviesa una situación complicada. En mayo de 2022 presentaba una última deuda auditada de 391 millones de euros, según publicó el diario Las Provincias. Pese esta tesitura, Baraja miró hacia la cantera y protagonizó una reconversión cuantiosa de cara a la presente campaña. El primer equipo incorporó a diez jugadores con un gasto de 10,4 millones de euros -Özkacar y Pepelu costaron 5 millones cada uno- y dio salida a quince efectivos, con los que ingresó 24,4 millones -solo Musah ya fue traspasado por 20-.

A Bilbao, con motivación

Con todos estos movimientos, Baraja ha instalado al equipo en la octava posición. Así llegará a San Mamés el próximo domingo (18.30 horas). El Athletic recibirá a un combinado que posee 14 puntos -tres menos que los leones, que son sextos-, con cuatro victorias, dos empates y cuatro derrotas, y que incita a preguntar a los periodistas sobre el posible reto de clasificarse para competición europea. Esto sucede pese a que la media de puntos del equipo bajo las órdenes de Baraja se mantiene en 1,2 puntos por partido después de los 26 encuentros de liga que ha dirigido el técnico vallisoletano, una media que, de prolongarse, proyecta un total de 49 puntos, insuficientes a juzgar por los 53 que necesitó Osasuna como último clasificado para competición europea el pasado curso.

En cualquier caso, el Valencia de Baraja transmite confianza, con un once reconocible si respetan las lesiones, con Mamardashvili defendiendo la portería; con una línea de cuatro en la zaga, conformada por Correia, Özkacar, Paulista y Gayà; con tres mediocampistas, Pepelu, Javi Guerra y André Almeida; con dos extremos que suelen ser Fran Pérez y Diego López, y con un nueve que es Hugo Duro. Diakhaby, Mosquera y Foulquier también aparecen como jugadores recurrentes en las alineaciones. 

En este sentido, uno de los futbolistas que ha sufrido una gran pérdida de protagonismo desde la llegada de Baraja es Hugo Guillamón, que esta campaña ha disputado cuatro compromisos en los que solo ha sumado 72 minutos de juego. El polivalente jugador donostiarra, que se postuló como una posibilidad para recalar en el Athletic el pasado verano, no está gozando de oportunidades y ha perdido su condición de internacional con Luis de la Fuente. Asimismo, los recién incorporados Canós, Amallah y Yaremchuk tampoco han terminado de dar frutos, pero esto no parece estar siendo un problema para el Valencia ni para Baraja, que está siendo una especie de bálsamo para el propietario del club, Peter Lim, tras años convulsos, con catorce cambios de técnicos desde su llegada en 2014.

El Valencia está destacando principalmente por su capacidad defensiva. Baraja llegó con la idea de minimizar riesgos y apostar por la simplicidad, y eso se proyecta en los números. Es el sexto equipo que menos goles recibe (11) y, por ejemplo, lleva tres encuentros dejando la portería a cero en Mestalla. En la faceta ofensiva se presentan ciertas carencias: es el sexto menos goleador (12). En este apartado resaltan Hugo Duro, máximo artillero con cuatro tantos, y Javi Guerra, con tres dianas; ambos suman además una asistencia. Queda por ver de qué es capaz este Valencia de Baraja. Bilbao será un test importante ante un rival en la pugna por Europa.