No corren tiempos tranquilos en can Barça, donde la sucesión de noticias de carácter polémico marca el día a día de un club con importantes frentes abiertos en todas las áreas bajo la presidencia de Joan Laporta (Barcelona, 29-VI-1962). Solo en la parcela deportiva, con el equipo dirigido por Xavi Hernández como líder de LaLiga con nueve puntos de margen respecto al Real Madrid y con ventaja frente al propio cuadro blanco en las semifinales de la Copa tras vencer 0-1 en el Santiago Bernabéu, encuentra motivos para sonreír el Barcelona, que, en medio de la doble eliminación en Champions y Europa League, celebró con especial énfasis la Supercopa ganada ante los de Carlo Ancelotti en la final disputada el pasado 15 de enero en Arabia Saudí.

Fue el segundo título del segundo mandato de Laporta, quien cumplió el martes otros dos años de gobierno al frente de una entidad a la que presidió con éxito entre 2003 y 2010 y a la que volvió el 7 de marzo de 2021 tras arrasar en las urnas con el apoyo de 30.184 socios, lo que se tradujo en un 54,28% de los votos emitidos. Nació entonces, entre tinieblas, el segundo proyecto como presidente de un hombre siempre enérgico y visceral que cogió las riendas de un club “clínicamente muerto” con el objetivo de que la entidad consiguiera hacer “vida normal” en un futuro cercano.

El reto está en proceso, pues la vuelta de Laporta al palco del Camp Nou, envuelta en todo tipo de problemáticas tras encontrarse a su llegada una deuda de 1.350 millones de euros a la que hizo frente rompiendo su promesa electoral de renovar a Leo Messi e hipotecando varios activos del club a través de cuatro palancas por valor de 867 millones para poder fichar el pasado verano, se ha visto zarandeada a última hora por el caso al que da nombre y apellido José María Enríquez Negreira.

El excolegiado catalán llegó a cobrar no en vano alrededor de siete millones de euros como vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros por una colaboración continuada con el Barça entre 2001 y 2018. La sombra de la sospecha salpica directamente al primer mandato de Laporta, quien aumentó los pagos a Negreira según diversas informaciones al registrarse un aumento en las facturas que emitía el exárbitro por unos presuntos informes arbitrales. Negreira pasó de ingresar 145.758 euros en la temporada 2003-04 a los 573.398 euros de la campaña 2009-2010.

Laporta, sin embargo, no afrontará como investigado la causa penal pese a la denuncia de Fiscalía al Barcelona por corrupción continuada en el deporte, puesto que los hechos ya están prescritos. “El Barça nunca ha comprado árbitros, ni ha tenido intención de comprar árbitros. Volvemos a ir bien y nada es casual. Hay una campaña para perjudicar los intereses del Barça y orientada a comprar el club”, lanzó Laporta el martes en un acto al referirse al caso Negreira, quien volvió a ofrecerse en 2020 al Barça con una propuesta después de ser despedido en 2018: “Puedo ayudaros con el VAR. Conmigo os habría ido mejor”.

En guerra con Tebas

Al margen de Negreira, el presidente blaugrana tiene abiertos más frentes. Uno de ellos tiene que ver con la financiación del macroproyecto Espai Barça y la remodelación del Camp Nou y otro, todavía de mayor enjundia, implica directamente al presidente de LaLiga, Javier Tebas, con quien Laporta está en pie de guerra mientras tiene a Florentino Pérez como aliado al estar embarcados ambos en el proyecto de la Superliga.

“LaLiga no acepta que el Barça no firmase el contrato de CVC”, remarcó el martes Laporta, mientras que Tebas señaló ayer miércoles directamente al presidente culé por el caso Negreira al afirmar que “la excusa inicial ya se dio cuenta que no le ha servido, el monstruo se va haciendo más grande, cada vez se van haciendo las cosas más y más grandes y él sigue sin dar explicaciones. Mi consejo es menos victimismo y más claridad en lo que pasó y si es una actividad sucia, tendrá que atender a las consecuencias”. Es el campo de minas de Laporta, al frente de una gestión marcada por las polémicas.