Real Madrid 1

Barcelona 3

REL MADRID: Courtois; Carvajal (Min. 72, Nacho), Militao, Rüdiger, Mendy; Modric (Min. 65, Ceballos), Camavinga (Min. 46, Rodrygo), Kroos (Min. 72, Asensio); Valverde, Benzema y Vinicius.

BARCELONA: Ter Stegen; Araujo (Min. 86, Eric García), Koundé, Christensen. Balde; Busquets, De Jong (Min. 87, Kessie); Dembélé (Min. 78, Raphinha), Pedri (Min. 90, Sergi Roberto), Gavi (Min. 90, Ansu Fati); y Lewandowski.

Goles: 0-1: Min. 33; Gavi. 0-2: Min. 45; Lewandowski. 0-3: Min. 69; Pedri. 1-3: Min. 93; Benzema.

Árbitro: Burgos Bengoetxea (Comité Vizcaino). Amonestó a Mendy y Valverde, por el Real Madrid; y a Christensen y Araujo, por el Barça.

Incidencias: Encuentro final de la Supercopa estatal disputada en el estadio Rey Fahd ante 57.340 espectadores.

El Barça vuelve a conquistar un título. Han tenido que pasar 21 meses de su anterior, cuando se alzó la Copa en la final de La Cartuja frente al Athletic de Marcelino, para que la entidad azulgrana vuelva a presumir de su gen campeón y lo hace a costa del Real Madrid, lo que pone aún más al entorno culé, en una final en la que el Barça fue de largo muy superior al conjunto merengue, muy lejos de su mejor versión y que retrató penurias que le dejó en evidencia. La Supercopa, por tanto, regresa a las vitrinas de la entidad azulgrana, que tiene una deuda con su canterano Gavi, el gran protagonista por el impacto que tuvo en el desenlace. Fue el autor del primer tanto de su equipo y dio las asistencias en los goles de sus compañeros Lewandowski y Pedri, que también sacaron los colores al Madrid, que selló su único gol en el minuto postrero. Fue, sin más, también el éxito de Xavi que ganó en la pizarra a Ancelotti.

Se trataba de un duelo ad hoc, o sea el deseado para justificar esta caprichosa Supercopa diseñada para que la Federación Española de Fútbol haga caja a más de 6.600 kilómetros de distancia de Las Rozas, su sede. Poderoso caballero es don dinero. Por ello un Real Madrid-Barça tapa la polémica que causan estas decisiones lucrativas. Genera morbo, evidentemente, por lo que los dos conjuntos, que se metieron en la final por la misma vía de la tanda de penaltis, eran conscientes de que hay más en juego que el mero trofeo. Es una cuestión de orgullo, de dejar herido al rival. Los dos equipos, además, encabezan la liga, con ventaja para los azulgranas, con lo que el choque ofrecía su punto de advertenciaa para el corto y medio plazo. Sea como fuere, tanto Ancelotti como Xavi fueron fieles a sus respectivas ideas, que son innegociables para los dos entrenadores, aunque en el caso del catalán reforzó un pelín la medular con la presencia de Gavi, mientras que Balde compareció en lugar de Jordi Alba y Araujo lo hizo en el lateral derecho. Ancelotti, sin los lesionados Alaba y Tchouaméni, tiró de lo previsible, con el matiz de prescindir de inicio de Rodrygo.

La batalla táctica la ganó Xavi en el primer acto, en el que el Barça noqueó en todos los matices a un Madrid vulnerable, poco creíble y que no encontró a su grandes referencias. Los culés impusieron su plan y su presión en bloque medio atoró al cuadro merengue, que cometió numerosas pérdidas cuando quiso salir. Lewandowski avisó con un derechazo que respondió Courtois con una mano prodigiosa y que acentúa el rol que asume el belga en su equipo. Ya fue el héroe en la semifinal ante el Valencia. Benzema, poco después, tuvo su ocasión, pero el francés no acertó por centímetros en su remate de cabeza. Ya no hubo más noticias ofensivas de un Madrid, vendido ante un rival que creyó en su idea. Y así fue. Un robo de Busquets inició la acción coral del tanto de Gavi, que ejecutó a la perfección los movimientos, control y golpeo. El hambre del Barça, activado por Pedri, no se quedó ahí y Lewandowski culminó una nueva llegada a servicio limpio de Gavi, que se convirtió en todo un dolor de muelas para Carvajal, que se equivocó en su decisión defensiva. El 0-2 dejaba prácticamente sentenciada la Supercopa.

El Madrid se fió a la épica de la Champions, pero no siempre suena la flauta. Sobre todo, porque el Barça se blindó en su causa y no mostró debilidad alguna, una de esas desconexiones que podría dar chance al Madrid. Pero el equipo de Ancelotti no estaba para machadas. El Barça, en cambio, quería más. La tuvo Dembélé, pero se topó con la inspiración de un Courtois que después ya no pudo evitar el tanto de Pedri a asistencia de Gavi en el enésimo robo del colectivo de Xavi, que ya no cedió para sumar el primer título del de Terrasa al frente del equipo azulgrana, que aumenta su palmarés en esta competición.