Se preveía un partido intenso y de suma exigencia ante el Villarreal y así fue. Comenzó mejor el conjunto castellonense, que llegó a disponer de un 69% de posesión del balón mediada la primera mitad, pero la lesión de Giovani Lo Celso y el paso al frente en la presión de los rojiblancos cambiaron el signo de una contienda en la que el centro del campo jugó un papel determinante. Se perdió la cita por un percance muscular de última hora Iker Muniain, cuya forzada ausencia obligó a Ernesto Valverde a alterar el plan inicial y buscar un socio en la medular para Oihan Sancet. Unai Vencedor, ávido de minutos, y Oier Zarraga, que estrenó titularidad en la visita al Camp Nou, opositaron sin éxito a una plaza que se adjudicó de entrada Raúl García (Zizur Nagusia, 11-VII-1986).

El navarro, suplente en las once primeras jornadas de LaLiga para un total de 197 minutos de juego en la antesala de la visita del Villarreal a San Mamés, asomó por primera vez en el once inicial con la misión de ejercer de enganche entre la zona ancha e Iñaki Williams. Ubicado como segundo punta, el de Zizur Nagusia fue de menos a más hasta completar una notable actuación con asistencia de gol incluida. La primera del curso para él, autor también de una diana gracias al zarpazo que valió un punto frente al Getafe a domicilio. Tres puntos reportaron a los leones su pase de gol a Iñaki Williams frente a un Villarreal que sufrió en sus carnes una asociación que la parroquia bilbaina no había podido degustar en lo que va de campeonato.

Raúl García, suplente en las once primeras jornadas de LaLiga, sumaba solo 197 minutos de juego hasta la cita ante el Villarreal

Luchó por la posición Raúl García, la ganó y conectó al espacio con el mayor de los Williams para que este superara en el mano a mano a Gerónimo Rulli, quien nada pudo hacer por evitar el 1-0 en una jugada marca de la casa que puso la guinda a un buen partido de asistente y goleador. Y eso que al ‘22’ del Athletic le costó coger el punto al encuentro. Sin apenas participación en el juego en la primera media hora de partido, Raúl García fue ganando peso en el duelo paulatinamente para traer definitivamente por la calle de la amargura a la zaga amarilla tras el paso por vestuarios.

Paso al frente

Fue entonces, con el inicio del segundo acto, cuando el impacto del navarro en el choque ganó enteros de manera considerable hasta el punto de asistir en el gol a Iñaki Williams y tener hasta dos claras ocasiones para marcar también. En ambas robó la cartera a un sobrepasado Pau Torres sin acertar en la definición, su mayor virtud. En la primera de las dos acciones disparó fuerte, pero demasiado centrado desde dentro del área con la única oposición de Rulli, quien expueso a su suerte fue capaz de repeler el remate con el pie. Minutos después, ya con 1-0 en el marcador, Raúl García volvió a tener el gol en sus botas gracias a otra pelea de la que salió victorioso. Disparó demasiado desviado esta vez el de Zizur Nagusia, un auténtico dolor de muelas para un Villarreal que no le detectó desde la reanudación.

El navarro, no en vano, posee el don de de la experiencia y fútbol todavía en sus botas para dar tardes como las de este domingo y ganarse ovaciones como la que le volvió a regalar San Mamés, que se rindió por enésima vez a su trabajo. Al término del partido, Valverde señaló respecto al navarro que “puede jugar como interior o en punta. Esta vez quería que jugase un poco más retrasado y ha hecho un gran partido. Sabemos lo que nos ayuda y en ese sentido es un seguro”.