Viaja el Athletic al Martínez Valero, un destino que se le da mal pese a que en teoría el anfitrión sea un conjunto modesto, de los que habita en la segunda mitad de la tabla. En esta ocasión, la situación del Elche podría incluso calificarse de delicada, pues aunque solo se hayan disputado cuatro jornadas en su casillero aparece un único punto, lo que le ubica en plaza de descenso. Urgencias que se convierten en un factor clave y cuyo reflejo en el partido está por ver. Su influencia dependerá de la capacidad ilicitana para gestionar una ansiedad justificada, así como de la oposición que ejerzan los rojiblancos, quienes a su vez saldrán espoleados por el contratiempo sufrido el fin de semana anterior en San Mamés.

Sentó mal la derrota contra el Espanyol, resultado que frenó una trayectoria sugerente y puso sobre el tapete deficiencias que se suponía estaban en vías de solución. La pegada del equipo fue pobre y se combinó con un único error en defensa para rebajar expectativas y generar el primer disgusto del curso. El deseo de enmendar cuanto antes el tropiezo será el motor de la propuesta del equipo de Ernesto Valverde, lo cual significa que sus necesidades han de prevalecer sobre las que arrastra el Elche. No hay otro camino para volver a la buena senda. Ganar y, si es posible, convencer, aunque normalmente lo primero suele ser consecuencia directa de lo segundo.

La obligación de lograr un marcador favorable es algo positivo, en opinión del entrenador. La verdad es que en competición oficial siempre hay razones para sentir el impulso de vencer al rival. En el caso actual del Athletic, que acaba de iniciar un proyecto nuevo y, para decirlo todo, arrancó con cierta prestancia, puntuar a costa del Elche equivale a consolidar la idea con la que pretende superar los registros de las últimas campañas. Y por muy apurado que esté, el Elche no es el Sevilla, por escoger un conjunto de primer nivel al que también se le acumulan los problemas en el primer mes del calendario. El potencial de la plantilla que dirige Francisco Rodríguez le niega el favor del pronóstico, siempre y cuando el Athletic sea capaz de dar la talla.

Valverde anticipó en la rueda de prensa previa al partido que baraja alguna modificación en un once que permanece casi invariable desde el primer encuentro. Por supuesto, no descendió al detalle, pero al menos habrá un cambio en la zaga, donde reaparecerá Iñigo Martínez. Su presencia estaba cantada, pero el azar ha querido que ocupe el lugar de Yeray Álvarez, quien víctima de un proceso febril se quedó en casa. Apuntar que tampoco se desplazó Ander Herrera, a causa de una dolencia muscular leve, si bien el centrocampista aún no ha tenido minutos.

Ante la imposibilidad de penetrar en la mente del técnico, hay que suponer que lo que vaya a tocar afectará al centro del campo o a la delantera. Quizá, por qué no, a ambas líneas. No fue causalidad que ayer tuviese que responder a varias preguntas alusivas al papel que desempeñan Oihan Sancet, especialmente, e Iker Muniain; a la coincidencia de los dos en los compromisos previos, con un efecto que se presta al debate. Desde luego, no deja de ser una apuesta valiente por el perfil ofensivo de la misma, si bien tampoco ha servido para que el bloque se muestre más incisivo, o mejor dicho, más resolutivo. Valverde valoró la frecuencia con la que el Athletic se planta en el área contraria o el capítulo rematador, pero el cupo goleador contradice lo que dichas estadísticas sugieren.

Por otro lado, la elección mencionada, que se completa con Mikel Vesga en labores de ancla, por lógica no es la más eficiente a la hora de sujetar, presionar, recular o robar; en definitiva, de protegerse. Para articular una alternativa ahí están aguardando turno Unai Vencedor y Oier Zarraga. Y si Valverde cree que precisa algo distinto arriba, pues no extrañaría que descansase Nico Williams, poco acertado en dos de sus tres presencias como titular. Su hermano es un candidato a pasar a la banda y hay un abanico de delanteros dispuestos: Gorka Guruzeta, Raúl García y Asier Villalibre, en orden de aparición durante el mes consumido de competición.