La vida sigue igual para el Athletic, con la salvedad de que ayer gastó una nueva bala y ya solo le quedan siete en la recámara para asaltar la séptima posición, que tras el empate ante el Villarreal en La Cerámica sigue en manos de los castellonenses, de los que únicamente les separa un punto. La incógnita sobre si el séptimo puesto otorga o no pasaporte europeo para la próxima temporada se desvelará en dos semanas, con la resolución de la final de Copa que disputarán el próximo día 23 Betis y Valencia en La Cartuja; antes, hoy mismo, los leones podrían despedirse casi con total seguridad de la sexta plaza, puesto que la Real Sociedad podría abrir un hueco de nueve puntos si hoy le gana al Elche cuando únicamente quedarán 21 por jugarse.

Y la vida sigue igual para el Athletic porque volvió a desperdiciar una gran ocasión para dar un golpe sobre la mesa, como le ocurrió frente al Betis en el Benito Villamarín y ayer mismo en La Cerámica. Al menos, logró un empate, aunque no puede pasarse por alto que Unai Emery dispuso un once totalmente renovado -cambió hasta al portero- con respecto al que alineó el pasado miércoles en el encuentro de ida de los cuartos de final de la Champions contra el Bayern Múnich. Lejos de beneficiarse de ello, a los leones les costó un mundo entrar en el partido, tuvieron una activación tardía y echaron al traste la primera media hora. Demasiado tiempo perdido.

La vida sigue igual para el conjunto rojiblanco porque una vez más su falta de acierto le impidió obtener un mejor resultado. Casualmente, tras un cabezazo franco de Óscar de Marcos, que no atinó a mandar el balón lejos de la posición de Sergio Asenjo, llegó la mejoría en el juego del Athletic, cuestión esta en la que la entrada de Alex Petxarroman por el lesionado Mikel Vesga tuvo una incidencia positiva. Minutos después Iñaki Williams desaprovechó un mano a mano ante el portero y poco antes, por si fuera poco, Carlos del Cerro Grande le birló un clarísimo penalti al equipo bilbaino por una mano clarísima de Serge Aurier dentro del área. Tan pocas dudas existieron en torno a la acción, que desde la sala VOR le instaron al colegiado a que detuviera el partido y se acercara a la pantalla del VAR para chequear la acción. Sorpresivamente, no señaló nada.

Si bien a las puertas del descanso, tras una acción de pillo de Iker Muniain Raúl García adelantó a los rojiblancos, la vida en el Athletic sigue igual porque volvieron a encajar un gol en un nuevo desajuste defensivo. Los leones le concedieron demasiadas facilidades al Villarreal justo cuando mejor plantados estaban sobre el verde de La Cerámica y Alfonso Pedraza no desperdició el mano a mano ante Unai Simón. Después del empate, con el partido abierto, los porteros de ambos equipos se convirtieron en los grandes protagonistas gracias a sus intervenciones, que evitaron males mayores para sus respectivos equipos.

Y por último, la vida sigue igual en el Athletic porque en un partido de suma importancia, en el que ganar era prácticamente obligado, Asier Villalibre no fue una alternativa para buscar el gol. Marcelino García Toral apostó por otros futbolistas y no por el atacante de Gernika, que vio puerta el pasado domingo contra el Elche, en un encuentro en el que un triunfo habría colocado a los bilbainos en la séptima posición y dos puntos por delante del Villarreal. Sin embargo, el deberá esperar una nueva oportunidad mientras ve cómo otros futbolistas siguen negados de cara a gol. La vida sigue igual.

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Son los partidos que lleva el Athletic sin dejar su portería a cero, todos los que ha disputado desde la goleada a la Real Sociedad (4-0) en el derbi disputado en San Mamés. Desde entonces, los rojiblancos han jugado seis encuentros de liga y otro de Copa, el de las semifinales ante el Valencia.