Estuvo 18 años gestionando, entre otras cosas, entrevistas con los jugadores del Athletic. ¿Se le hace raro que ahora se las hagan a usted?

—Sí, bueno... Pero no siempre he estado al otro lado. Trabajé en Egin, en Gara...

Pero ha llovido desde entonces...

—Sí. Para bien y para mal. Pero no es una tarea desagradable hacer lo que sé hacer, coordinar, concertar entrevistas, poner horas y responder a las preguntas de la gente.

Ha sido padre y ha escrito un libro. ¿Ha plantado un árbol?

—También. Tengo el pack completo.

¿Por qué eligió a la figura de Iker Muniain?

—Era una idea que hablamos cuando yo estaba todavía en el Athletic. De hecho, comenzamos a trabajarla estando yo dentro. Partiendo de la premisa de que un jugador, como cualquier deportista de élite o un político, incluso, creemos que su biografía, independientemente de su procedencia, de su edad o de sus características, tiene más validez cuando el protagonista está en activo haciendo X actividad.

¿Por qué?

—Porque luego cualquier tipo de propuesta biográfica puede ser siempre entendida desde el punto de vista de saldar cuentas, del resentimiento... Que no sea un análisis del momento y sea más ventajista. Evidentemente, hay gente que cuando acaba una actividad puede tener muchas cosas que decir y hay biografías muy interesantes, pero siempre he pensado eso. Teniendo en cuenta la biografía que hicimos con Julen Guerrero a mitad de la década de los 90, con el jugador en activo. Eso también, dependiendo del personaje te puede constreñir a la hora de explayarte, pero en el caso de Iker no ha ocurrido eso porque Iker es como es.

¿Quién hizo más fuerza para que la biografía saliera ahora y no una vez se retirase?

—No fue una cuestión de fuerza. Los dos teníamos claro que era ahora. De hecho, la pandemia retrasó la publicación. Iba a llegar antes incluso de las finales (abril de 2021), pero la pandemia cortó mucho las relaciones personales, sobre todo en el caso de los futbolistas. Una parte fundamental del libro es la charla continua, meter horas, con Iker. Siempre hemos sido partidarios de ver qué cara ponemos, tanto él como yo, sobre todo él. En una conversación cara a cara captas muchos más matices que haciéndolo de forma telemática.

¿Cuál es la esencia del libro?

—No es un libro de datos, por ejemplo. Porque eso con un par de clics todo el mundo los tiene a mano. Es un libro humano para que la gente conozca cómo es Iker, qué camino ha transitado en vida personal, qué sensaciones ha tenido, qué piensa de determinadas cosas... Porque Iker es en ese sentido un jugador que nunca se calla lo que piensa, para bien o para mal, y eso le ha granjeado, evidentemente, tanto amores como odios creo que en parecida proporción. Luego, con el tema de Iker o de cualquier otro jugador, siempre se da la circunstancia de que el aficionado, o el socio o socia, quiere verse reflejado en el capitán. Pero todas las personas no somos iguales. Y en el Athletic, que para mí es un reflejo de la sociedad, tiene que haber de todo. Muchas veces creo que se comete ese defecto. Queremos vernos reflejados en alguien que es de otra manera. En mi recorrido por el Athletic, con las personas con las que más he discutido es con las que mejor me llevo.

Deduzco que con Muniain ha discutido mucho, ¿no?

—Un montón.

¿En qué cosas?

—En que yo desde mi responsabilidad de jefe de prensa y él en sus responsabilidades como futbolista, a veces chocábamos en las visiones, en el tratamiento de redes sociales, etc. Pero si eso lo llevas bien, a un terreno no personal, estrictamente profesional, no pasa nada. Eso también me ha permitido conocer a Iker, y eso es lo que he intentado hacer. No quería hacer una biografía pastel, llena de loas, alabanzas... Iker, como todas las personas, tiene sus escalas de grises, puntos buenos, otros peores. Eso es lo que he intentado reflejar. Y en ese aspecto es de agradecer la sinceridad de Iker, cómo se ha abierto a tratar temas que otros no habrían tratado.

Supe hace unos cuántos meses que estaba trabajando en este libro. Y entonces lo pregunté si tocaría temas de la vida de Muniain que han generado cierta controversia. Me respondió que sí. ¿Lo ha hecho?

—Se habla del caso Torbe, del puro, que es una anécdota, de las finales perdidas, de los sentimientos... No se excluye nada. No voy a hacer espóiler. Luego, evidentemente, al lector o a la lectora le gustará o no le gustará, como cualquier producto literario. En ese aspecto estoy contento. Habla de los toros, de su aversión a la política tal y como está entendida actualmente. Pero no voy a hacer espóiler (se ríe).

"En el libro se habla del 'caso Torbe', del puro, de las finales perdidas, de los sentimientos... No se excluye nada?