El 22 de julio fue el día en que Yuri Berchiche entró en el quirófano de un centro radicado en París para ser operado de pubalgia. Mañana jueves se cumplen por tanto tres meses desde que fuera intervenido, que era el período aproximado que los médicos estimaban necesitaría para su recuperación. Hace ya un tiempo que Yuri y avanza con sesiones específicas en Lezama, pero todavía va a necesitar varias semanas para conseguir la puesta a punto que le permita entrar en los planes de Marcelino Si todo discurre con normalidad, es probable que su regreso a la competición se produzca a mediados de noviembre.

El hecho de que su progresión no le haya posibilitado integrarse en la dinámica del grupo, unido al calendario de partidos que afronta el Athletic en el corto plazo, invita a prolongar su ausencia un mes más. El equipo juega este sábado en San Mamés contra el Villarreal, el martes viaja al campo del Espanyol y para el domingo 31 está fijado el derbi con la Real Sociedad en Anoeta. Lo lógico es que Yuri no llegue a tiempo para participar en alguna de estas citas y tampoco extrañaría que se perdiese la siguiente, en Bilbao ante el Cádiz, anunciada para el viernes 5 de noviembre. Luego, el campeonato para de nuevo, toca otra vez un paréntesis de un par de semanas previo al duelo con el Levante, cuya celebración aún está por precisar en el tercer fin de semana de noviembre. Con estos datos en la mano, sería entonces cuando se registrase la reaparición de Yuri.

De confirmarse lo apuntado, el lateral zurdo completaría más de medio año sin tomar parte en un encuentro oficial, puesto que su última actuación se remonta al 17 de abril. Yuri saltó al terreno rebasada la hora de juego para relevar a Unai López, en ese instante el Athletic iba perdiendo por dos goles y recibió otros dos más por parte del Barcelona, que se alzó así con el título de Copa. Yuri no asomó en los ocho compromisos que cerraron la temporada. Se incorporó a la pretemporada el 7 de julio y pronto se dio a conocer que sufría problemas de pubis. El club anunciaba el día 16 la decisión de que fuese operado tras pasar consulta con un especialista.

El tratamiento conservador se había revelado insuficiente para que el defensa dejase atrás una pubalgia que no solo le limitó a lo largo de la campaña anterior, sino que le acompañó durante un tramo del curso 2019-20. Optar por el recurso del bisturí en plena pretemporada para resolver una dolencia tan antigua, no solo causó perplejidad, también enojo. Las manifestaciones de Marcelino al respecto fueron bien elocuentes. Reflejaban el sentir general porque, pese a que en medicina dos y dos no son cuatro, no suena muy allá que se desaprovechasen las vacaciones de dos veranos consecutivos para zanjar el asunto.

buen remedio

El entrenador lamentó la pérdida de un hombre fijo en sus planes, pero no tendrá queja del remedio que ha utilizado en todo este tiempo con Yuri fuera de combate. En catorce de los dieciséis partidos sin Yuri, el elegido para ocupar el costado izquierdo de la zaga ha sido Mikel Balenziaga, prototipo de fiabilidad. En los dos restantes, la misión recayó en Iñigo Lekue.

Sin duda, el equipo nota la ausencia de un futbolista que destaca por su capacidad para desdoblarse e influir en la faceta ofensiva. Balenziaga posee un perfil distinto, se prodiga menos en ataque, sus incorporaciones son más esporádicas y no tan profundas. En sus registros, los centros al área rival o el remate quedan en un segundo plano; sin embargo, a cambio, ofrece todas las garantías a la hora de tapar su parcela.

La presencia constante de Balenziaga en la alineación inicial ayuda a comprender el excelente balance en la contención que luce el Athletic. Forma parte de una línea que se ha encaramado al segundo puesto en el ránking de solidez en la categoría. Desde agosto, únicamente el Sevilla ha recibido menos goles que los rojiblancos, que han concedido cuatro al cabo de ocho jornadas y mantenido en cinco su portería cerrada a cal y canto. Balenziaga seguirá acumulando minutos en los próximos encuentros, hasta que Yuri vuelva y esté en condiciones de rendir a satisfacción. Quizá al de Zarautz le cueste coger el ritmo, pues es un jugador que precisa estar a tono para desplegar sus virtudes, fundamentadas en la potencia en carrera y los esfuerzos de largo recorrido.