EO a Arrasate como el Ferguson de Osasuna; estará aquí hasta cuando él quiera”. La contundente afirmación corresponde a Braulio Vázquez, director deportivo del club rojillo, a la finalización de la pasada temporada. Un año después, las palabras no se las ha llevado el viento. Jagoba Arrasate (Berriatua, 22-IV-1978) continúa al frente del conjunto navarro convertido en el líder natural de un equipo en el que la figura del vizcaino como técnico no se discute. Está prohibido. Si hay alguien indispensable en el proyecto deportivo de Osasuna, ese es Arrasate, forjado como jugador en los campos de Segunda B y Tercera siendo un delantero con alma de profesor de primaria. Ese, no en vano, era su trabajo hasta que decidió coger una excedencia y convertirse en entrenador al alcanzar la treintena de edad. La Real Sociedad, tras su paso por el Berriatuko y el Elgoibar, fue su primera aventura profesional en los banquillos, de donde se trasladó al Numancia para recalar en Osasuna en junio de 2018.

Nació entonces una exitosa alianza con la entidad rojilla que se mantiene inquebrantable tres años después con un ascenso a Primera en 2019 y una posterior permanencia en la máxima categoría de por medio. Esta temporada, con una pandemia dificultando al máximo cualquier tipo de tarea, Arrasate volverá a dejar a Osasuna en la élite para satisfacción de un club que no dudó en mantener la confianza en él en los peores momentos. Los rojillos, sin ir más lejos, lo pasaron realmente mal en la recta inicial del presente ejercicio, consiguieron sobreponerse a unas dificultades que alcanzaron su máxima expresión el pasado diciembre. El cuadro iruindarra, peleado con los resultados, se vio entonces como colista de LaLiga tras sumar un punto de los últimos dieciocho posibles con la decimotercera jornada ya disputada.

momento crítico

Con solo once puntos en el zurrón y a dos de la permanencia, la continuidad de Arrasate pudo correr peligro, pero nada más lejos de la realidad. El presidente Luis Sabalza se encargó personalmente de eliminar cualquier atisbo de duda al asegurar tras la derrota sufrida en la visita al Valladolid el 11 de diciembre que “la confianza en el entrenador es total”. Esta vez, a diferencia de lo que ocurre en multitud de equipos y situaciones similares, la confirmación del técnico no fue el preludio de su destitución. A Sabalza, de hecho, ni se le pasó “por la cabeza” prescindir de Arrasate en tan delicado momento, de quien llegó a asegurar que “no le hemos dado ningún ultimátum, ni le hemos puesto ningún margen de partidos porque no tenemos que hacerlo”.

No lo hizo y Osasuna, con el de Berriatua al mando de las operaciones, reaccionó. Se repuso con bravura, determinación y una fantástica secuencia de resultados para escalar posiciones en la clasificación hasta firmar la salvación virtual el pasado 11 de abril en la visita al Villarreal en el marco de la trigésima jornada liguera. El 1-2 con el que se impusieron los navarros tranquilizó definitivamente a un grupo de futbolistas liderados por Arrasate y con los deberes hechos en la antesala de su visita a San Mamés.