Andoni Zubizarreta (Aretxabaleta, 23 de octubre de 1961) es un buen conversador. Le apasiona el fútbol, el Athletic La entrevista se prolonga durante poco más de 45 minutos y el que fuera guardameta del Athletic de los últimos títulos de liga y Copa, del Barcelona y del Valencia, además de director deportivo del Athletic, del Barça y del Olympique Marsella, entre otros cargos, no duda en reflexionar sobre la final de Copa de este sábado, sobre la del pasado día 3, sobre su trayectoria como león€ Y realiza su propio análisis: "Me da la sensación de que Marcelino, porque contra la Real está siempre quién domina más el juego, quién va a tener más posesión de balón; mientras que contra el Barça sabe que lo va a querer tener, que esa es su forma de jugar, y la idea sería repetir el mismo plan de la Supercopa".

¿Qué es de Andoni Zubizarreta? ¿Qué hace a día de hoy?

—Estoy en Bilbao. Estuvimos en Marsella hasta finales de septiembre por todos los temas del covid y volvimos a Bilbao. Intentamos con todas las limitaciones que tenemos estar con la familia, una parte en Barcelona, otra en Madrid, y los padres en Mondragón.

¿Se ha desligado, entonces, del fútbol tras cerrar su etapa en el Olympique?

—Hago tele y escribo en El País los viernes y esa es mi forma de seguir la actualidad del fútbol, pero de lo que es el día a día de un club sí que estoy desligado.

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Y en el Olympique eliminó al Athletic de Ziganda en la Europa League hace tres años y ese curso quedaron subcampeones tras perder en la final ante el Atlético de Madrid.

—Sí, ganamos en Marsella (3-1) y luego vinimos aquí, jugamos una eliminatoria de cuartos de final ante el Leizpig que aún se recuerda en Marsella, porque nos ganaron 1-0 y parecía que eran los favoritos, y ganamos en casa con un gol en el último minuto. Eran como esos partidos en San Mamés de locura total y nos metimos en la final ante el Atlético de Madrid.

Ante el que perdieron, como le ocurrió al Athletic en la final de 2012 en Bucarest.

—Se pareció un poco, la primera parte acabamos 2-0 en contra. Jugamos veinte minutos interesantes, pero a los 25 marcó Griezmann tras el robo de un balón y nos pesó mucho.

El sábado llega una nueva final de Copa entre el Athletic y el Barcelona, la cuarta entre los dos equipos en los últimos doce años. ¿Cómo analiza esta cita en La Cartuja?

—Es difícil analizarlo sin hablar de la de hace dos sábados. Si cojo solamente la final de este sábado, el Barça venía con una dinámica importante, lo había ganado todo aunque perdió en Madrid y siempre puede generar algunas dudas; y el Athletic viene de esa situación deportiva con el último empate en casa. Me da la sensación de que Marcelino tiene un plan más claro ante el Barça que contra la Real, porque contra la Real está siempre quién domina más el juego, quién va a tener más posesión de balón; mientras que contra el Barça sabe que lo va a querer tener, que esa es su forma de jugar, y la idea sería repetir el mismo plan de la Supercopa.

¿Le llamó la atención la versión del Athletic en la final ante la Real, incluso le decepcionó?

—Las decepciones y las desilusiones vienen en la misma medida que las expectativas. Seguramente, en la final contra el Barça, porque ha ganado todas las anteriores, parece que es el que tiene que dominar y una final ante la Real es más una final de tú a tú. Desde ese punto de vista sí tienes la sensación de que el Athletic, con sus armas y su juego, puede tener sus opciones, y luego surgen los nervios. Tampoco la Real tenía más experiencia. Generó una expectativa mayor y al perder, la decepción es mayor y porque tampoco en el registro del partido encuentras muchas ocasiones de gol. El tiro al inicio de Iñigo Martínez o la acción de Raúl García, y esos últimos veinte minutos en los que esperas a que pudiese llegar algo en un córner o en una acción aislada. También tiene que ver con esa ilusión que siempre el seguidor del Athletic pone en la Copa y todo lo que pones tú, te genera una sensación contraria.

¿Le ve tocado al Athletic? ¿Le ve capaz de sacar el espíritu de la Supercopa?

—Una final siempre es un partido raro, aparte de la dinámica de los equipos. Esta es un poco rara también porque se juega en medio de la liga, el sábado se juega la final, luego el miércoles juegas el partido de liga pendiente del sábado, sin público€ Es verdad que si llevas una buena dinámica en liga, te da una convicción y sensación de que si pasas momentos difíciles, puedes volver a recuperarte.

Por eso la pregunta de si le ve tocado, porque encadena seis partidos sin ganar y las sensaciones de los últimos tampoco son buenas.

—El mayor problema que le veo es que el juego que produce, sobre todo el otro día en el primer tiempo ante el Alavés, es que no acaba en gol y eso sí te crea una frustración grande, pero también es verdad que en una final te vale con un gol. Imagino que Marcelino, conociendo como gestiona a sus equipos, habrá hecho desde la final ante la Real un trabajo de ajuste de la decepción, de convertirla en realismo y el realismo convertirlo en ilusión. Es un ajuste que se hace poco a poco, a nivel de vestuario, de conversaciones€ hacer que sea energía sea positiva.

¿Ve a Marcelino, salvando las diferencias, un motivador como podía ser Javi Clemente?

—No sé, hay que verlo desde dentro. Me pongo en la situación contraria. Mucha gente hubiese dicho aquí que después de ganar la liga en el último partido y prepararte para una final ante el Barça€ Javi lo contaba, hasta el miércoles estábamos de celebraciones, cuando quedaba por jugar una final. Podríamos decir que el equipo estaba descentrado, no sé qué€ Depende del feeling que tenga el entrenador con los jugadores y da la sensación de que con Marcelino, cuando habla del equipo y los jugadores hablan de él, hay cosas que funcionan. La decepción de la final fue enorme para todos y eso hay que reconstruirlo. Me imagino también a Koeman intentando rehacer tras perder en Madrid. Javi Clemente para eso tenía mucha mano, era, por edad, casi el jugador veterano de la plantilla y eso también le ayudaba.

Lo cierto es que Marcelino ha ganado sus dos finales ante el Barça, una con el Valencia, por lo que le tiene muy bien estudiado.

—Sabes que el Barça va a querer dominar el partido, porque es su forma de jugar. Lo raro es que el Barça salga a defender y rife el balón. Con las variantes que pueda tener, puedes analizar su juego y los jugadores que tiene el Barça son muy conocidos. Ese enfrentamiento de los centrales contra Messi, Dembelé, Griezmann€ ya se conocen, no es una situación nueva para ellos. Dentro de eso, tienes que explicar menos a los jugadores qué es lo que te puede producir el contrario, porque el futbolista tiene esas mismas referencias en la cabeza.

¿Está mejor el Barça que el 17 de enero y peor al Athletic que entonces?

—Veo que el Barça ha ido cogiendo desde navidades confianza, la verdad es que ha ganado partidos jugando muy bien al fútbol y otros, como ante el Valladolid, sufriendo. Ha encontrado a Messi, a Dembelé€ Ves también que los equipos, como pasa incluso en Champions, no están hechos del todo, ya sea por la pandemia o las lesiones. El hecho de ganar la Supercopa con Marcelino produjo un chute importante de energía y luego en la liga vuelves en el día a día. Mantener ese chute con el público de San Mamés habría ayudado y ahora todo es más neutral.

¿Debe el Athletic mirar a las finales de 2009, 2012 y 2015 o quitarse esa ansiedad que puede generar esos antecedentes?

—Comparar las finales y quitarle el público es muy difícil. Por suerte estuve en Valencia, estuve en la final de Madrid y en la del Camp Nou, y hay el elemento de 40.000, 45.000 aficionados con una bandera y una camiseta del Athletic que te empujan, aunque es verdad que lo que se decide se decide en el césped. Deben servir para aprender, sobre todo para que el jugador aprenda de él mismo, de cómo te has encontrado en una final, cómo me he acercado€ Los del Athletic tienen ese aprendizaje hace nada.

Varias generaciones no han visto al Athletic ganar la Copa y el último título se remonta a 37 años atrás. ¿Ve el momento de que se deje de aludir, entre comillas, a ese éxito?

—El día en que se vuelva a ganar. Cuando fuimos a Las Palmas a jugar aquel partido donde nos jugábamos la liga, había mucha gente que nos decía que el Real Madrid no fallaba nunca, que hacía 25 o 28 años que no habíamos ganado la liga. Y falló. Un día llega y las cosas pasan. Nos pasa un poco como a los equipos grandes, muy grandes, estamos en las finales pero parece que nos falta algo, que es ganarlas. Nos falta esa parte, pero si no estás en las finales y nos hubiera eliminado el Levante, sí diríamos que hemos hecho un camino muy bonito, pero ves la final desde la tele. La posibilidad de ganarlas es porque las juegas.

La final de 1984 acabó como acabó, como el rosario de la Aurora y dos años después recaló en el Barcelona. ¿Tuvo la oportunidad de referirse a aquella final con los que eran sus nuevos compañeros?

—Lo más curioso fue que una semana más tarde estábamos concentrados con la selección para la Eurocopa de Francia. Estábamos Santi Urkiaga, Goiko, yo; y del Barça estaban Marcos, Carrasco, Víctor. Tienes un primer momento de cierta tensión, pero luego hablas, tomas un café y ves que todo ha pasado. Cuando llegué al Barça, muchos de aquella final no estaban, como Maradona o Schuster.

Ha jugado dos finales de Copa con el Athletic, otras dos con el Barça y una con el Valencia. ¿Qué le suponía jugar una final de Copa?

—Es diferente en cada equipo y en cada momento. Para el Athletic es su torneo y yo había estado en una final de pequeño del Athletic que me había llevado mi padre ante el Castellón en el Calderón. Pues esa primera final de Copa después de la liga y al año siguiente la final ante el Atlético de Madrid son cosas diferentes, pero con el Barça la primera final ante la Real, un miércoles metido en medio de la temporada con todo el lío que teníamos en el club, fue singular. Esa Copa en Barajas con la plantilla en un lado y la directiva, en otro. O la final que ganamos al Madrid cuando el proyecto de Johan (Cruyff) no iba bien. Con el Valencia, la posibilidad de ganar un título ante el Deportivo y que se suspendió por la tromba de agua.

Y 35 años después ¿cuál es el recuerdo imborrable que le queda del Athletic?

Andoni Zubizarreta desvela su recuerdo imborrable del Athletic

Andoni Zubizarreta desvela su recuerdo imborrable del Athletic

—Me queda más, al margen de los títulos, la imagen de la final ante el Atlético de Madrid que perdimos y la grada nuestra cantando "si hoy hemos perdido, mañana ganaremos". Con esa sensación, no tanto con la de Piru Gainza que le decía a Franco "nos veremos el año que viene", pero sí con esa de que hemos jugado, no el mejor partido de nuestra vida, pero hemos sido nosotros. Ser nosotros ganando, con la gabarra, es más fácil, es un hito extraordinario, pero ser nosotros cuando pierdes, no es tan fácil.¿Maradona o Messi?

—He jugado contra Maradona y teniéndolo enfrente solo ha sido contra él. Estoy de acuerdo con una frase del periodista Santi Segurola de que Messi es Maradona todos los fines de semana. Maradona cuando le vimos en aquella época, con las faltas que se hacían, cómo era el juego, si vemos los campos de ahora y el del Azteca del Mundial del 86, la temperatura, la altura; era un ídolo.

Creo que continúa siendo socio del Athletic, ¿y del Barça?

—Lo sigo siendo, pero del Barça, no.

Entonces está claro con quién va en la final del sábado, ¿no?

—Soy un bicho un poco raro. Soy socio del Athletic, pero también soy accionista, tengo una acción, de la Real, del Alavés, del Eibar, de la UDA, evidentemente porque es el equipo de Aretxabaleta. En la final de Valencia me pasó una cosa que pensaba que no me pasaría. Fui con mi hijo, el segundo, que es del Barça y mi hija, que es más del Athletic, y cuando marcó Toquero, que nos puso por delante, mi hija y yo lo celebramos, pero cuando empató Yayá Touré de repente me vi de pie celebrándolo. En el descanso tenía la cabeza como si tuviese dos cerebros. Que celebres un gol de tu equipo que le mete a tu equipo, te genera una sensación muy rara. Sé que con esa final gano, con uno o con otro, pero también sé que pierdo. Mi equipo es el Athletic, siempre lo he dicho, pero cuando juegan los dos€ Con el Valencia me pasa lo mismo, pero menos, porque mi relación afectiva con el Valencia es menor. Es como cuando te preguntan a quién quieres más, a tu padre o a tu madre.

"Marcelino habrá hecho un ajuste de la decepción de la final con la Real, de convertirla en realismo y el realismo, convertirlo en ilusión"

"No olvido la final del 85 ante el Atlético de Madrid que perdimos y la grada cantando: Si hoy hemos perdido, mañana ganaremos"

"En la final de Mestalla celebré el gol de Toquero con mi hija y el empate de Yayá Touré con mi hijo. En el descanso, tenía como dos cerebros"