Probablemente Carlos Gurpegi le haya trasladado en los últimos días las sensaciones únicas que supone levantar un trofeo como capitán. El de Andosilla lo hizo el 17 de agosto de 2015 en el Camp Nou cuando el Athletic conquistó aquella Supercopa a manos del Barça y el domingo Iker Muniain le quiere emular en La Cartuja. La misión es muy complicada, pero no imposible. “Aquella vez me estaba recuperando de una operación de rodilla. Ahora me toca poder vivir esta sano y con muchas ganas, como todo el equipo. La exigencia es máxima, pero veo al equipo capacitado para sacar algo favorable”, expresó ayer el capitán rojiblanco, que desveló que Marcelino, con el que ha charlado, “me pide que me involucre en el juego con cierta libertad de meterme por el centro”.

Sobre el Real Madrid dice que “es uno de los equipos más potentes del mundo”, pero avisa que a este Athletic: “Vamos a intentar hacer lo que hemos trabajado. Ser un equipo organizado en defensa, intenso, agresivo y con ritmo y ser además muy cuidadosos cuando ataquen, porque tienen jugadores con una capacidad altísima para resolver”.