Tal vez sea verdad aquello de que los equipos acusan jugar sin público en sus propios estadios, o que el Athletic le ha perdido el miedo, un mal que le ha acompañado en su centenaria historia, a jugar fuera de casa, pero lo cierto es que el equipo muta cuando actúa lejos de San Mamés. Esa es, al menos, la tónica de las últimas semanas de competición. Las buenas sensaciones de las visitas al Getafe, el Valencia y el GetafeReal Madridtuvieron continuidad, e incluso mejoría, anoche en el Estadio de la Cerámica, donde el conjunto rojiblanco tuteó durante buena parte del encuentro a un Villarreal en estado de gracia que no conoce la derrota en los tres últimos meses. Sin embargo, pese a esa buena imagen, el triunfo fuera de casa, algo que solo consiguió en Eibar, se le sigue resistiendo a un Athletic que tampoco sabe lo que es ganar dos encuentros seguidos.

En Vila-Real, en una cita de quilates, a los bilbainos les sobraron los 30 minutos posteriores a la reanudación. El gran trabajo realizado por todo el equipo, entrenador incluido, se fue diluyendo poco a poco, hasta que Yeremy, omnipresente desde su entrada al campo para disputar la media hora final, fusiló a Simón, que el martes sí se ganó el sueldo, y con creces además.

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El Villarreal - Athletic en imágenes

Iker Muniain, Iñaki Williams, Mikel Vesga o Iñaki Williams Mikel VesgaUnai Vencedor ofrecieron motivos suficientes para creer que el Athletic puede realizar un fútbol distinto al que acostumbra, más vistoso, buscando las cosquillas a la espalda de las defensas rivales -cierto es que no todos los días uno tiene enfrente a dos centrales entre cuyas mejores virtudes no asoma la velocidad-, pero en cuanto el físico les dejó de lado, especialmente en el caso de los dos primeros, el equipo no encontró soluciones en ataque y quedó en manos de un Villarreal que lo intentó de mil maneras hasta encontrar el premio del empate, aunque fácilmente pudo irse a casa con una derrota. Pero le faltó una pizca de suerte al conjunto rojiblanco en algunas acciones protagonizadas por Alex Berenguer, Yuri Berchiche o Jon Morcillo.En la Cerámica no se cumplió el deseo de Gaizka Garitano de lograr una segunda victoria seguida, pero al menos encontró argumentos para defenderse ante la crítica, si bien también se le puede acusar de no haber gestionado del todo bien los cambios en la segunda mitad, cuando se vio que el equipo iba a menos. Con todo, el técnico refuerza su delicada imagen. Ya no se hablará de ultimátums ni cosas por el estilo, al menos a corto plazo, y seguro que tanto él como la plantilla agradece una mayor tranquilidad para preparar lo que se viene en el próximo mes. El técnico ha sobrevivido el temporal y la marejada se traslada ahora a la Asamblea del domingo.

Quien también deberá esperar para ver realizado su anhelo es Williams, que no pudo compartir terreno de juego con su hermano, Nico, quien siguió el choque desde la grada. El mayor de los hermanos, eso sí, ofreció su mejor rendimiento en semanas, se reencontró con el gol mes y medio después y, aunque el físico no le acompañó en la segunda mitad, lo de anoche debe servirle de punto de inflexión. El Athletic necesita al mejor Iñaki en 2021, un año cargado de ilusiones. Antes, eso sí, aguarda la Real para cerrar el 2020.