Es importantísimo la interpretación que haga el CSD de estas pérdidas objetivas, auditadas por LaLiga y auditadas por el club”. La reflexión que lanzó Aitor Elizegi en su larga comparecencia ofrece hasta un punto de auxilio. La pandemia del covid-19 hace estragos en las cuentas de todos los clubes profesionales y el Athletic no es ajeno a esa realidad. Por lo menos es en esa excepcionalidad donde quiso poner el acento el presidente rojiblanco, que desveló que el primer balance de su legislatura (compartió el anterior a partes iguales con la Junta Directiva precedente) arroja un déficit ordinario de 20 millones de euros, que se suscribe, según explicó, “en el cierre del estadio, a la falta de explotación del anillo, a la falta de la capacidad de nuestra restauración, a la falta de eventos, a servicios que no están en marcha, a la falta de vender una entrada y a la renuncia que hace la Junta de los medios días del club”. Un escenario financiero que ocupa y preocupa en Ibaigane, que someterá sus cuentas a la Asamblea Ordinaria de Socios Compromisarios, que tendrá lugar fuera de los plazos marcados por los Estatutos debido a la crisis sanitaria. El ajuste extraordinario a base de decreto de la normativa por parte del Gobierno vasco permite convocar al órgano soberano más allá del tope del 31 de octubre, por lo que en esta ocasión tendrá lugar el 15 de noviembre, domingo, y en un fin de semana de parón de la liga, en las instalaciones de San Mamés, sede por primer vez de este acto que decide el recorrido de la entidad.

La letra pequeña de estos números, es decir, la ingeniería contable, se conocerá con anterioridad a la Asamblea en una comparecencia de Jon Ander de las Fuentes, contador de la Junta Directiva, si bien Elizegi no proyectó sensaciones halagüeñas. Cabe recordar que en la temporada pasada ya sobrevoló la espada de Democles sobre la Junta debido a la Ley del Deporte de 1990, que exige en las sociedades deportivas -cuatro en el caso estatal, Athletic, Real Madrid, Barcelona y Osasuna- a las directivas entrantes el depósito del aval del 15% del presupuesto -19,3 millones en el caso del Athletic- de cara a hacer frente a posibles déficits ordinarios. Entonces, el equipo de Elizegi espantó esta lacra cuando LaLiga le permitió imputar en su contabilidad 40 de los 80 millones ingresados por la entidad bilbaina por la marcha de Kepa Arrizabalaga al Chelsea, lo que dio aire a sus primeras cuentas. Pudo echar mano de la hucha, en la que había provisionado 60 millones de euros del superávit anterior y de estos provisionó 20 millones en el capítulo de ingresos del actual para evitar pérdidas. El presupuesto se elevó a 132,8 millones.

Elizegi insistió en la interpretación que haga el Consejo Superior de Deportes, al que los cuatro clubes afectados por la Ley del Deportes han solicitado que “se interpreten las perdidas objetivas covid sin imputar la responsabilidad de esta gestión a las junta directivas”. “Estamos hablando de una modificación de una ley y desde luego sigue su curso, no es sencillo. Confiamos en que se dé. ¿Por qué? Porque es el objetivo de esta Junta. ¿Cuál? Salvaguardar el máximo posible una herramienta que es esta previsión que nos ha permitido, una, gobernar y llegar a Ibaigane, y, dos, ser competitivos a pesar de las circunstancias que vivimos. Esa hucha es sagrada para esta Junta y lo va a ser para la próxima que venga a este club, porque es una herramienta que permite afrontar estas circunstancias”, añadió Elizegi, que anunció que se había reunido con Irene Lozano, secretaria de Estado para el Deporte, de la que “tenemos sensaciones positivas sobre su opinión de esta situación extraordinaria”.

El presidente del Athletic no dio detalles de las cuentas para el curso 2020-21. “Es un presupuesto que, desde luego, va a marcar muchas incertidumbres y muchas revisiones. El club siempre ha estado a la altura y seremos capaces todos juntos de sacar y salir adelante de esta situación, de este momento”, sentenció Elizegi.

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