L relevo generacional está servido en el Athletic. Si al término de la pasada temporada fueron Markel Susaeta, Ander Iturraspe y Mikel Rico quienes abandonaron la disciplina rojiblanca, una vez concluido el presente ejercicio serán Aritz Aduriz, Mikel San José y Beñat Etxebarria quienes digan adiós al conjunto bilbaino. Casi nada. En total, seis pesos pesados menos en un vestuario llamado a regenerarse a marchas forzadas y que obligará a otros futbolistas a dar un paso al frente a fin de ejercer como veteranos y referentes de los más jóvenes. Lo eran, a pesar de haber tenido un escaso impacto sobre el terreno de juego esta temporada, San José y Beñat, dos hombres que en tantas ocasiones han formado pareja de mediocentros y que tienen en la consecución de la Supercopa de 2015 su principal gesta como leones.

El centrocampista iruindarra, para más inri, firmó desde el centro del campo uno de los cuatro goles con los que el Athletic vapuleó al Barcelona en el choque de ida celebrado en San Mamés, resultado que puso en bandeja un título 31 años después. Lo celebraron por todo lo alto, con el resto de la plantilla y cuerpo técnico, dos jugadores que supieron ayer que no dispondrán de ninguna oferta de renovación para continuar en Bilbao más allá de esta temporada. San José, con once campañas, 397 partidos y 37 goles a sus espaldas como león, pondrá punto final a su trayectoria en el Athletic tras dos etapas como rojiblanco, toda vez que militó en los juveniles del club entre 2005 y 2007 para poner rumbo al Liverpool y regresar al primer equipo bilbaino en 2009.

Desde entonces, como central o en funciones de centrocampista, el navarro, autor del primer gol del Athletic en el nuevo San Mamés, había contado con la confianza de todos sus entrenadores hasta la llegada del presente ejercicio, en el que su participación en liga se reduce a nueve partidos. El último lo disputó el pasado 9 de febrero ante la Real Sociedad en Anoeta y es, curiosamente, la última cita liguera que ha disputado también Beñat, quien le acompañará en el adiós al Athletic. El de Igorre, que ha disputado once encuentros de liga esta campaña, debutó como león en partido oficial en octubre de 2006 tras pasar por todas las categorías inferiores del club desde su ingreso en Lezama en edad alevín y recuperó su condición de jugador rojiblanco en 2013. Lo hizo después de tener que salir de Bilbao para buscar fortuna como jugador de Conquense y Betis, donde explotó en Primera División.

Ninguno de los dos, con un marcado peso específico en un vestuario que sentirá la marcha de ambos, podrá mejorar unos números individuales notables de por sí y que pasarán a formar parte de los libros de historia de la entidad rojiblanca, donde otros jugadores deberán suplirles dentro y fuera de los terrenos de juego.

nuevos tiempos

Con Unai López con un creciente protagonismo en la sala de máquinas como aliado de Dani García y con Mikel Vesga apretando al guipuzcoano por la titularidad, los nuevos tiempos que corren en el Athletic llaman a filas a jóvenes promesas como Unai Vencedor y Oihan Sancet. El primero, debutante como león el pasado 16 de febrero ante Osasuna en San Mamés, formará parte de la primera plantilla próximamente para reforzar la competencia en el doble pivote, mientras que Sancet, titular en dos jornadas de liga tras el parón que experimentó la competición, podría incluso ser de la partida mañana de nuevo frente al Sevilla.

El joven centrocampista navarro, que se bautizó como goleador en la reciente victoria contra el Mallorca en La Catedral, está actuando como media punta bajo las órdenes de Garitano, pero podría retrasar su posición en caso de necesidad para ejercer como organizador al abrigo de una poderosa llegada al área rival que ya ha demostrado en el Bilbao Athletic. Las condiciones de ambos cachorros, destinadas a tener un mayor impacto en el equipo a medida que avance el tiempo, sucederán a las mostradas durante las últimas campañas por hombres de máxima relevancia como San José y Beñat.

Los dos, a punto de ser pasado en el Athletic, dejarán una imborrable huella en un equipo que deberá aclimatarse a los nuevos tiempos que corren y a la paulatina marcha de auténticos pesos pesados en la caseta rojiblanca.