El Athletic encara la vuelta a LaLiga tras el parón por la pandemia de COVID-19 ya sin poder contar con su emblema de la última década, Aritz Aduriz, que se ha visto obligado a una retirada inmediata por una lesión de cadera, y con el objetivo de lograr un billete europeo para la próxima temporada.

El pasado 20 de mayo ('20', como el dorsal que ha portado en su época dorada, ya pasados los treinta) sorprendió una noticia que ya se conocía pero que no se esperaba hasta el final de la temporada: Aduriz colgaba las botas.

Pero el ariete internacional acortó plazos. Tenía que operarse para colocarse una prótesis en la cadera porque los médicos le aconsejaban hacerlo y además de inmediato.

La perspectiva de dos meses más, para aguantar y ser útil hasta el final de este cierre exprés del curso al que ha abocado la pandemia era demasiado. La cadera no daba para más y Aduriz asumió que había llegado el "momento".

El donostiarra llevará a cabo su recuperación en Lezama, al lado de sus compañeros, pero el Athletic que verá será el postAduriz.

Ya se iba barruntando ese nuevo Athletic durante lo que se ha jugado de curso, dos tercios de campeonato en los que su estrella principal apenas si había podido participar unos pocos minutos un día, otros pocos al siguiente y así partido a partido.

Pero como en la primera jornada ante el poderoso Barcelona había dejado un gol de ensueño, una medio chilena que abatió al conjunto blaugrana al filo del tiempo reglamentario -la guinda a su enorme legado-, aún se le esperaba alguna que otra aparición a esa altura.

Pero ya no podrá ser, Aduriz es historia y entre Iñaki Williams, Raúl García y el joven Asier Villalibre deberán hacer llevadera su ausencia. Los dos primeros son, junto al capitán Iker Muniain, las piezas básicas ofensivas de un equipo reconstruido por Gaizka Garitano desde la defensa y la solidaridad para darle el músculo competitivo de siempre.

El tercero, Villalibre, es uno de los dos futbolistas que recupera Garitano tras superar una lesión de espalda de la que estaba a punto de reaparecer cuando llegó el parón. El otro es Oscar de Marcos, que durante el confinamiento cumplió los plazos de recuperación de la lesión de tobillo que le ha tenido casi toda la temporada de baja.

Por contra el técnico, además de a Aduriz, casi seguro ha perdido a Iñigo Lekue, por una lesión muscular, para los primeros partidos.

Unas primeras citas -en la primera semana Atlético de Madrid y Betis en San Mamés y en medio el Eibar en Ipurua- en las que el Athletic quiere empezar a reducir la desventaja de cuatro puntos con la séptima plaza -ocupada por el Valencia, que ya ganó en Bilbao-, que es la que quiere alcanzar para estar el año que viene en Europa.

Pensar en más arriba se antoja precipitado ante los 8 puntos en los que le aventaja el sexto, el Atlético, y los 9 en los que le supera el cuarto, la Real Sociedad. Porque también tiene por delante, aunque a solo un punto, a Villarreal y Granada.

El equipo nazarí, por cierto, le evoca al Athletic la inolvidable semifinal de Copa con Yuri Berchiche de héroe. El mejor momento de la temporada junto a aquel de la medio chilena de Aduriz ante el Barça y otro similar con Iñaki Williams de verdugo del equipo de Leo Messi en cuartos de una Copa cuya final se jugará el próximo curso para que haya público en las gradas.

Precisamente fue ese aplazamiento el que dejó al Athletic sin opciones de billete europeo a la espera de que pueda conseguirlo vía LaLiga. Y ese es su objetivo para lo que será ya la era postAduriz.