Bilbao - El Athletic se enfrentará en las semifinales de Copa a un impetuoso y correoso Granada al que bien podría catalogarse como la horma de su zapato. El conjunto nazarí, de vuelta a la Primera División después de descender a Segunda en el curso 2016-17 y de recuperar su lugar en la élite el pasado verano, ha encontrado la vía hacia el éxito al calor de un fuerte entramado defensivo sustentado en un sobrio centro del campo. Son pocos, sin ir más lejos, los equipos que han conseguido esta temporada imponer sus virtudes a las de un rival que siempre compite, más allá de la suerte del resultado. Tanto es así que no se aprecian destacados borrones en la hoja de ruta marcada por el cuadro andaluz desde el comienzo de un ejercicio en el que, lejos de coquetear con la zona roja de la tabla y de dejarse llevar en la Copa, llegó a figurar como el equipo revelación en el campeonato de la regularidad para ir avanzando rondas en el torneo del K.O. haciendo gala de una capacidad de sufrimiento y superación similar a la del Athletic, sobreviviendo, no en vano, a tres prórrogas ante L'Hospitalet, Badalona y Badajoz y eliminando al Valencia en cuartos de final con un gol de penalti en el tiempo de añadido.

En liga, décimos clasificados con un punto menos que los bilbainos tras estrenarse con un sorprendente 4-4 en su visita al Villarreal, morder el polvo por la mínima ante el Sevilla (0-1) y firmar tres triunfos consecutivos a costa de Espanyol (0-3), Celta (0-2) y Barcelona (2-0), el plantel dirigido por Diego Martínez se ha ganado a pulso el respeto del resto de adversarios, que vieron cómo el Granada solo sumaba una derrota en las siete primeras jornadas. Perdió cierto fuelle a partir de noviembre el cuadro granadino, con cuatro tropiezos y un único empate hasta golear al Alavés (3-0) el pasado 7 de diciembre, con derrota incluida en su visita a San Mamés por 2-0, pero en ninguno de los cinco encuentros perdió la cara al partido el Granada, siempre dispuesto a presentar batalla sobre el verde con un técnico marcado por su intensidad y riqueza táctica.

Diego Martínez, no en vano, figura como el principal artífice de los últimos logros firmados por un equipo que ha convertido las jugadas a balón parado en una de sus grandes fortalezas. Se trata, de hecho, del aspecto del juego en el que más se diferencia del conjunto rojiblanco, con notables dificultades para sacar tajada de las jugadas de estrategia. Todo lo contrario sucede con el Granada, sabedor de que los pequeños detalles acostumbran a desnivelar los partidos, como bien podría ocurrir en una inminente semifinal de Copa en la que los leones deberán extremar las precauciones para contrarrestar el poderío aéreo de los nazaríes, que hasta el pasado 24 de noviembre habían firmado la mitad de sus goles en acciones a balón parado.

POTENCIAL OFENSIVO No solo de la defensa y de la estrategia, sin embargo, vive el equipo andaluz, que también encuentra sólidos argumentos ofensivos para agujerear las porterías rivales. Roberto Soldado, autor del doblete que tumbó en los cuartos de final de Copa al Valencia, su exequipo, asoma como la principal referencia en ataque de un Granada que tiene en Carlos Fernández a otro ariete capaz de golear. Futbolistas como Álvaro Vadillo, Darwin Machís o Antonio Puertas, además, dotan de profundidad y verticalidad al bloque nazarí por ambas bandas, con los defensas Domingos Duarte y Germán Sánchez convertidos en dos de los centrales más férreos del curso.

El segundo, al que Diego Martínez ha dejado fuera de la convocatoria para el choque liguero de esta noche ante el Atlético en el Wanda Metropolitano pensando en la semifinal contra el Athletic, al igual que ha hecho con el veterano centrocampista Maxime Gonalons valiéndose de la incorporación invernal de Jesús Vallejo, formará parte de un once inicial que saltará a San Mamés con el cuchillo entre los dientes con el objetivo de resolver la eliminatoria en el Nuevo Los Cármenes, donde habita la horma del zapato del Athletic.