bilbao - Primero fue Iñaki Williams, le siguió Iker Muniain y un minuto después le tocó el turno a Asier Villalibre. Gaizka Garitano prescindió casi de golpe de sus tres jugadores más ofensivos y, curiosamente, los que fabricaron la acción del único tanto de su equipo. La sustitución del primero quizá fue de manual, porque Williams no tuvo su día y asomó síntomas de cansancio físico, por lo que la entrada de Raúl García buscaba dotar de más músculo competitivo en este tramo final del partido. No resultó igual de comprensible el recambio del capitán, que firmó un gran partido, cuando era el encargado de liderar todas las acciones de peligro y cuando solo restaban ocho minutos para la conclusión. Beñat no aportó nada en la media punta. El derioztarra también retiró del césped a Villalibre, que trabajó de lo lindo, pero la apuesta por Kenan Kodro salió rana, porque el donostiarra tocó solo un balón en sus diez minutos de concurso. Garitano quiso otorgar frescura en una fase que podría ser determinante, pero no dio el fruto esperado.