INTENSO, disputado, pero sano dentro y fuera del terreno de juego. Así fue el derbi de anoche entre Athletic y Real Sociedad en San Mamés, donde 46.697 seguidores se dieron cita para disfrutar de un ambiente especial con victoria incluida de los leones por 2-0. Porque las citas entre el conjunto rojiblanco y el txuri-urdin, más allá del momento y del lugar, acostumbran a deparar exactamente eso, un entorno distinto en el que poder disfrutar y saborear el fútbol sin más pretensión que imponerse al vecino. En los días previos al partido, miembros de los dos equipos se encargaron de recordar y subrayar que un derbi no es un partido más. Ni en Bilbao, ni en Donostia, ni en cualquier otra parte del mundo. Impregnados de dicho sentimiento, numerosos aficionados de la Real decidieron aprovechar el buen día en el aspecto climatológico para desplazarse hasta la capital vizcaina y vivir una agradable jornada entre amigos, familiares o en pareja a la espera de que el balón dictara sentencia a partir de las 22.00 horas.

Las camisetas de la Real, con todo tipo de nombres y dorsales a la espalda en recuerdo de quienes estuvieron en primera línea en el pasado y en apoyo de quienes asoman al pie del cañón a día de hoy, pudieron verse desde la mañana y durante toda la tarde por las calles bilbainas, donde cogió vuelo un año más el Bertso Derbia desde las 20.00 horas, media hora antes de la kalejira programada por Iñigo Cabacas Herri Harmaila. Los acontecimientos, al calor del fútbol, discurrieron con absoluta normalidad y naturalidad, al igual que en el tradicional encuentro entre directivas de uno y otro club, con una comida en el San Mamés Jatetxea encabezada por los presidentes Aitor Elizegi y Jokin Aperribay.

También en La Catedral, donde el ambiente, caliente pero señorial como pudo comprobarse con los aplausos generalizados al lesionado Asier Illarramendi, estuvo a la altura del significado histórico de un encuentro al que se había encargado de echar pimienta extra durante la semana Iñaki Williams. Las declaraciones del delantero rojiblanco en relación a la apuesta del Athletic por la cantera y a la envidia que eso puede generar en la Real, unidas a su confesada afición por sacar de quicio a los donostiarras sobre el césped, se vieron reflejadas en el verde con un gol que espoleó a San Mamés en el minuto 11.

Y remiro, ¿Qué? Con exrealistas como Iñigo Martínez y Yuri Berchiche en el once inicial del Athletic y con Alex Remiro en el bando visitante, el morbo, además, estaba servido. Imanol Alguacil, sin embargo, se encargó de reducirlo al no alinear al exguardameta rojiblanco, cuya presencia, no obstante, no pasó inadvertida en las gradas. “Y Remiro, ¿qué?”, pudo escucharse como sucesión al antiguo cántico relacionado con Fernando Llorente. No hubo más menciones al de Cascante por parte de la parroquia bilbaina, que incluso pudo celebrar dos intervenciones del VAR favorables a la causa rojiblanca.