Bilbao - Rafa Alkorta lo ha dicho alto y claro: “Parece que no habrá fichajes”. El verano, por tanto, no proyectará noticias en clave Athletic en lo concerniente a este concepto, con lo que se pierde ese punto de salsa veraniega que ofrecen supuestas negociaciones, rumores, opiniones de todos los colores, declaraciones en un sentido o en otro, divagaciones dispares y demás asuntos asociados al mercadeo futbolístico. La entidad rojiblanca será ajena a este mundo de las especulaciones, un retiro que genera un cierto aroma de resignación que no suele ser habitual cuando le toca ejercer a una nueva Junta Directiva y a su director deportivo, que se entiende tiene la labor de intentar cumplir las peticiones del entrenador de cara a reforzar la plantilla. Lo cierto es que el Athletic, salvo que se dé un giro radical en las previsiones durante el último tramo del mes de agosto, no creará ilusión con fichajes externos y su masa social tendrá que depositar toda su confianza en los valores de Lezama, que sí contarán con oportunidades debido a la actual coyuntura y a la decisión de la cúpula deportiva del club, que hizo sus deberes en enero, tras solo unos pocos días en su cargo, con las operaciones que consumaron las incorporaciones de Kenan Kodro, procedente del FC Kobenhavn, y del retorno de Ibai Gómez después de militar dos temporadas y media en el Alavés. Dos actuaciones que supusieron un desembolso de cinco millones de euros. A estas hay que sumar la del guardameta Jokin Ezkieta, fichaje de la anterior Junta y que llega libre del Barcelona B, si bien no tiene asegurada su estancia en el primer equipo, que se la debe ganar en el transcurso de la pretemporada.

El proyecto para la campaña 2019-20, que liderará desde el inicio Gaizka Garitano, se argumentará en la continuidad y en un guiño a la cantera, como ha sucedido en otras situaciones similares. Sin ir más lejos en el tiempo, la etapa de Josu Urrutia como presidente de la entidad arrancó sin fichajes algunos, con la única cara nueva de Ander Herrera, una herencia que le dejó la Junta Directiva de Fernando García Macua, mientas que desde el Bilbao Athletic subieron Iñigo Pérez y Jonás Ramalho. No obstante, la apuesta fuerte del excapitán se enfocó en el banquillo, con la llegada de Marcelo Bielsa, que supuso un antes y un después en el Athletic. Se conoce lo fructífero de ese primer ejercicio del rosarino en el banquillo rojiblanco, con los subcampeonatos de Europa League y Copa, aunque la segunda fue menos exitosa y rozó el fracaso pese a los fichajes de Aritz Aduriz e Isma López, junto a los ascensos de Aymeric Laporte e Iñigo Ruiz de Galarreta.

La revolución de Valverde

Precisamente, el cierre del ciclo de Bielsa propició la segunda etapa de Ernesto Valverde al frente de los leones. El fiasco de la campaña 2012-13, en la que el Athletic se quedó sin billete europeo, supuso la entrada de aire fresco y el club tiró la casa por la ventana con una llamativa política de fichajes que se tradujo en la adquisición de seis futbolistas externos (Xabi Etxeita, Mikel Rico, Mikel Balenziaga, Iago Herrerín, Kike Sola y Beñat) y el salto de los cachorros Erik Morán, Guillermo Fernández, Enric Saborit y Unai Albizua, lo que propició una revolución en la plantilla con las diez caras nuevas. Un giro en la hoja de ruta que ocasionó un acierto a posterior, ya que aquel conjunto hizo historia con la clasificación por segunda vez en la historia a la Champions, con la guinda de la eliminación en la ronda previa del Nápoles, ya con el segundo colectivo a manos de Valverde, que solo se reforzó en esa ocasión con Borja Viguera, que llegó con el aval de su pichichi en Segunda División con el Alavés, amén de Ager Aketxe, Unai López, Iñaki Williams y Unai Bustinza, que ascendieron del Bilbao Athletic.

La Junta de Urrutia dio un nuevo salto después del subcampeonato de Copa conquistado en el Camp Nou y volvió a recurrir a la chequera para conseguir el ansiado fichaje de Raúl García a las puertas del cierre del mercado veraniego de 2015, en el que también recalaron en el Athletic Eneko Bóveda, Javi Eraso y Gorka Elustondo, futbolistas que no llegaron a cuajar y tuvieron que salir en años posteriores, lo mismo que Sabin Merino, que subió del filial junto a Iñigo Lekue, quien se mantiene en la plantilla. Kuko Ziganda solo pudo contar de inicio con el refuerzo de Kepa, que volvía tras su cesión en el Valladolid, aunque en enero llegó Iñigo Martínez con la marcha de Laporte. Y Eduardo Berizzo llegó al banquillo del Athletic con las novedades de Yuri Berchiche, Ander Capa, Dani García y Cristian Ganea.

Los meritorios en pretemporada

Son los siete que tendrán que reivindicarse para ganarse un sitio en el primer equipo. De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Ezkieta (Barça B), Oleaga, Sancet, Vivian, Larrazabal, Iñigo Vicente y Villalibre (Bilbao Athletic).