bilbao - En los prolegómenos del último partido de Liga el Athletic fue obsequiado por el Sevilla con un documento descubierto por el Departamento de Historia del club hispalense. Se trataba de un artículo publicado por el periódico escocés Glasgow Evening Post, concretamente el sábado día 3 de mayo de 1890. En él se relata la disputa de un encuentro de fútbol entre dos equipos conformados por trabajadores de Astilleros de Nervión. El equipo de investigadores liderado por Carlos Romero cree que este equipo es el verdadero origen del Athletic. “Lo realmente llamativo no es la celebración de este encuentro”, apunta Romero, “sino el hecho de que se asegure que el Athletic Club, formado por empleados de aquellos astilleros, ya había disputado un encuentro anterior al histórico partido jugado por el Sevilla F.C. y el Huelva Recreation Club en marzo de 1890”.

Este documento pone en duda la historia oficial sobre la fundación del Athletic en 1898 y que está grabada a fuego en el imaginario de cualquier aficionado rojiblanco. “Es el propio Athletic quien debe buscar la respuesta a la pregunta de cuándo fue su fundación”, reflexiona el director del Departamento de Historia del Sevilla, “aunque nosotros creemos firmemente que la entidad es muy anterior a 1898”. Para apostar por esta teoría se aferra a que han encontrado múltiples referencias a la existencia de un Athletic Club o Club Atleta desde principios de la década de 1890. “Sin embargo, no existe ni una sola referencia en la prensa de la época que haga alusión al Athletic Club en el año 1898”, advierte el historiador.

Fue José María Mateos quien situó la fundación del Athletic en 1898, “sin especificar la fuente ni aportar prueba alguna”, recalca Romero. “Es posible que la palabra Athletic y una errónea traducción de la misma hayan servido para perpetuar la versión de Mateos, quien sitúa el origen del club en el gimnasio Zamacois”, teoriza el historiador andaluz, “sin embargo, la traducción correcta de este término, en su uso como adjetivo, es deportivo, no atlético. En este sentido, el carácter deportivo de aquel Athletic Club de Astilleros de Nervión encajaría perfectamente con lo descrito en el artículo del periódico escocés”.

Esta teoría sobre la fundación del club regido desde Ibaigane la sostenía el vizcaino Josu Turuzeta en su libro El Athletic Club: Origen de una leyenda o cuando el león era aún cachorro. Carlos Romero admite que su equipo ha analizado este texto y no duda en señalar que “nos parece uno de los mejores trabajos que se hayan publicado hasta la fecha sobre el origen del fútbol español”. Asegura que la labor de Turuzeta es “realmente encomiable”: “Más aún si tenemos en cuenta que se trata de un trabajo realizado de forma individual, sin más ayuda que su propia capacidad y paciencia a la hora de investigar, recopilar datos y plasmarlos en una obra de obligada lectura para los amantes del fútbol en general y, por supuesto, del Athletic en particular”.

Carlos Romero tuvo la oportunidad de coincidir con directivos del Athletic, incluido el propio Aitor Elizegi, en el acto de entrega del artículo del Glasgow Evening Post de 1890 y asegura que estos se mostraron “muy interesados en este tema y en cómo se había descubierto”. Así que no sería de extrañar que en el corto o medio plazo el club rojiblanco arrancase con algún tipo de iniciativa para revisar su historia con detalle. Lo que se da por sentado es que ya tienen en el club la persona idónea para liderar ese trabajo: Asier Arrate, director del museo del club. “Asier es uno de los referentes para los historiadores y directores de museos del fútbol que nos dedicamos a esto”, se apresura a destacar Romero, “nosotros, en concreto, hemos viajado a Bilbao varias veces para compartir experiencias y, sobre todo, para tomar nota de su trabajo, que nos parece muy interesante, y con múltiples aplicaciones a nuestros proyectos. El Athletic tiene a un gran profesional en su apartado histórico”.

Como en casi todo lo que rodea al Athletic, cambiar una coma en la historia del club puede herir sensibilidades, pero Carlos Romero aboga por investigar sin complejos: “La verdad merece resplandecer, para bien o para mal. El revisionismo histórico, por fortuna, cuando se realiza en base a hechos contrastados y de forma totalmente objetiva, está a la orden del día. Ocurre en diversos ámbitos, incluso en la ciencia. Esto, por ejemplo, ocurre con la montaña más alta del mundo. Si hubiese usted preguntado por ella hace apenas dos siglos, no le hubiesen citado el Everest. Sin embargo, el Everest ya era la montaña más alta del mundo, aunque no estuviese en los libros, pero opiniones siempre habrá de todos los gustos, y los clubes de fútbol no estamos exentos”.