bilbao - El Athletic se quedó sin el ansiado regreso a la Europa League por deméritos propios. El partido definitivo resultó todo un fiasco inexplicable para el colectivo rojiblanco, que no supo, sobre todo desde el banquillo, gestionar un encuentro que ofrecía todos los condicionantes para que se saldara con unas tablas que contentaban a priori a los dos equipos. Sin embargo, la puesta en escena por la que se inclinó Gaizka Garitano fue errónea y su mensaje se volvió contra los intereses de la entidad en el Sánchez Pizjuán. El derioztarra tiró de un plan conservador con la sorprendente titularidad de Balenziaga, que delataba el único propósito con el que comparecía ante un Sevilla plagado de bajas importantes y que tampoco se dejó toda la piel en el empeño. El pacto de no agresión se rompió por la cuerda rojiblanca, por un desajuste mayúsculo que se tradujo en el tanto de Ben Yedder, que no podía perdonar un regalo tan goloso. Balenziaga ofreció pista libre a Jesús Navas y Dani García metió en un problemón a Herrerín, cuyo despeje lo sentenció el ariete sevillista.

Todo sucedió a las puertas del descanso y en el primer disparo a los tres palos del equipo de Joaquín Caparrós, si bien el Athletic se fue a vestuarios sin ni siquiera acercarse a las inmediaciones de Vaclik, un matiz sintomático de lo que había asomado el conjunto bilbaino. No es nada nuevo, se trató de un calco de la imagen que dio en Anoeta, Mestalla, Coliseum, Santiago Bernabéu, José Zorrilla? duelos que requerían de un músculo competitivo y un fútbol creíble del que carecieron los leones, que lamentan su decadencia en esta fase final, sobre todo en las últimas cuatro jornadas, en las que no han sido capaces de mantener sus rentas sobre sus más inmediatos perseguidores, con mención especial al Espanyol, que ha recortado en este tramo nada menos que seis puntos a un Athletic que debe reflexionar sobre lo ocurrido ayer y quince días atrás en Valladolid.

El bagaje de puntos de Garitano es incuestionable. Ha sumado 42 en 24 encuentros, lo que le permitió sacar al Athletic del agujero y empujarlo hacia la lucha por los puestos europeos. Y hubo voces en el vestuario que evocaban a la Champions.