“Quería ser un One Club Man”
Markel Susaeta, elegante en su discurso de despedida, afirma que su marcha es “lo mejor” para las dos partes y que la controversia dada en torno a su renovación le duele “mucho”
Lezama - Veintidós temporadas después de ingresar en Lezama con la inocencia y la ilusión de un niño de nueve años, Markel Susaeta (Eibar, 1987), leyenda viva del Athletic, afrontó ayer el trago más duro que nunca llegó a imaginar: poner voz a su inminente adiós al club de su vida, en el que figura como el quinto jugador con más partidos disputados con un total de 506. Compareció, con una palpable emoción contenida, para leer un comunicado sin preguntas de por medio ante la atenta mirada de periodistas, compañeros de vestuario, cuerpo técnico, auxiliares del primer equipo y dirigentes. Entre ellos, el máximo responsable de la dirección deportiva, Rafa Alkorta, y el presidente Aitor Elizegi, sentado en la segunda fila y alejado así de la estampa protagonizada por Josu Urrutia en las salidas de otros iconos rojiblancos como Carlos Gurpegi, Andoni Iraola y Gorka Iraizoz, a quienes el expresidente acompañó en la mesa el día de sus respectivos anuncios de despedida.
José Ángel Iribar y el propio Gurpegi, tres años después de su retirada, también quisieron estar presentes en la emotiva y elegante comparecencia que protagonizó ayer el todavía capitán del Athletic. Porque Susaeta, lejos de avivar la polémica generada en torno al trato recibido por parte del club hasta que el jueves de la semana pasada, prácticamente sobre la bocina, recibió una propuesta de renovación que rechazó siquiera estudiar, no quiso separarse de “ese jugador discreto y responsable que he tratado de ser siempre, y más en los últimos años, con la responsabilidad que como capitán contraje”.
El emblema rojiblanco no ocultó, sin embargo, que “mi sueño era ser un One Club Man del Athletic, pero las circunstancias no han ayudado a que esto suceda”. “Permitidme no entrar en ellas”, puntualizó acto seguido un emocionado Susaeta, quien aseguró que “siempre pensé que solo pasaría por este momento cuando me retirara”. “Entré con nueve años en Lezama y todavía recuerdo el primer partido que jugué como alevín. Después de veintidós años en el club, doce en el primer equipo y cumplir el sueño de ganar un título con el Athletic, puedo decir que ni en mis mejores sueños imaginaba vivir todo esto, ni poder jugar más de 500 partidos con nuestro equipo”, agregó asimismo el 14 rojiblanco, a punto de cerrar un curso muy complicado a título individual.
A ello hizo referencia Susaeta al explicar que “cualquiera que me conozca un poco sabe que soy una persona discreta, a la que no le gusta dar titulares, ni la exposición mediática. Es por eso que la controversia que se ha dado esta última temporada en torno a mi renovación me duele mucho”. “Quizás el culpable sea yo por no haber dicho nunca una palabra más alta que la otra, por haber antepuesto el interés del club por encima del mío o por haber aceptado siempre el rol que me tocara, en cualquier circunstancia o momento”, ahondó el eibartarra, quien subrayó que “tras meditarlo mucho durante los últimos meses he comunicado a la dirección del club que no quiero continuar la temporada que viene y que creo que lo mejor para ambos es que no siga en el club”.
En cuanto a la manera en la que se cerró su caso, Susaeta desveló que “cuando me senté a hablar el pasado jueves con el club, transmití mi decisión de no querer ni siquiera conocer el contenido de la oferta. Es, en ese momento, cuando la dirección del club intenta que reconsidere mi postura y continúe en el equipo, lo cual agradezco”.
“SEGUIRÉ JUGANDO” Como un auténtico señor, así las cosas, dio forma a su adiós Susaeta, convencido de que, empujado por las circunstancias, “es el momento de dar un paso al lado y apoyar al club como socio y no como jugador”. Sin saber todavía “dónde estaré la campaña que viene, porque ni me lo he planteado aún”, el eibartarra, que se lleva del Athletic amigos “con los que me iría a la guerra”, quiso dar también las gracias a la afición rojiblanca y dejar claro, antes de gritar un último “Aúpa Athletic”, que “seguiré jugando al fútbol, ya que es mi pasión, lo que me gusta y sigo teniendo la ilusión de ir a entrenar y mejorar cada día”. Palabra de capitán.