Bilbao - En su primer año en el club ha tenido tres entrenadores, un indicativo de que en el plano deportivo no ha sido coser y cantar, pero su integración ha sido fácil, según comenta el central ondarrutarra, porque al margen del ambiente en el vestuario, el Athletic es un equipo que cuadra con sus características personales y futbolísticas. Asegura que en este sentido lo tenía muy claro y que está encantado con la decisión que tomó doce meses atrás.
Acaba de cumplir un año en el Athletic. ¿Cuál es su balance?
-No ha sido fácil, porque llegué a mitad de temporada y entonces el equipo no estaba en su mejor momento. Me instalé enseguida en el vestuario y en ese sentido no hubo problema, pero las cosas en el plano deportivo no nos salían y fácil no fue. Luego, el inicio de esta temporada tampoco fue como esperábamos, la verdad es que había unas expectativas altas, de andar más arriba, había ganas de hacer bien las cosas, así que cuando llegó el cambio de entrenador fue duro. Teníamos un buen trato con Berizzo y con su equipo de ayudantes, pero el fútbol es así.
Las leyes que rigen el fútbol son invariables o casi.
-Ya sabemos qué es lo que pasa cuando los resultados no llegan. Con Gaizka Garitano llevamos otra dinámica y confío en que todo siga en la misma línea.
Tres entrenadores en un año, no es algo habitual en el Athletic.
-En mi etapa en la Real tuve bastantes entrenadores y aquí me ha tocado también. Es una pena, porque coges cariño a la gente; por ejemplo, a Ziganda, estaba a gusto con él, pero? Berizzo era también una persona de quitarse la txapela y no puedo decir nada distinto de Gaizka, a quien conocía de antes. Con él nos sentimos bien y creo que se nota en el campo.
La relación entre técnico y plantilla puede ser fluida, pero no garantiza puntos, se acaba de comprobar. Le dedicaron muchas flores a Berizzo y el equipo se hundía irremisiblemente.
-No necesariamente tiene que ver la relación humana con el rendimiento. Hombre, llevarte bien en principio facilita, pero al final lo que cuenta de verdad son los resultados. Y por nuestra parte, lo que importa es dar todo lo que tenemos.
Desde fuera quizá sea más difícil de entender un cambio tan radical como el experimentado por el Athletic recientemente. Son los mismos jugadores y no lo parecen.
-La única explicación es el estilo de juego, el de ahora se amolda más a lo que es el Athletic de siempre. Con Berizzo arriesgábamos más, tanto con la posición en el campo como con el balón, y con esa forma de jugar, aunque se haga bien cinco veces, si a la sexta hay un fallo le das al rival la posibilidad de que te haga daño. Esto es algo que no se puede permitir porque cuesta caro, nos costaba muy caro en cada partido. Con Gaizka nos sentimos más protegidos todos, sabemos cuándo presionar y cuándo replegarnos. Ahí está la gran diferencia.
Esa seguridad a la que se refiere, usted y el resto de los defensas la agradecerán especialmente.
-Para un defensa es básico tener ayudas del resto de las líneas. Con Berizzo hacíamos una presión muy alta e individual, por lo que bastaba con que uno no cumpliese con su vigilancia para que hubiese problemas para todo el equipo. Ahora eso no sucede, ahora se puede apreciar lo importantes que son las ayudas que hacemos por todo el campo. Es un método bueno para el equipo, pero sobre todo para nosotros los defensas. Se está viendo lo difícil que es para los contrarios hacernos daño. Si el equipo está fuerte atrás, todo es más sencillo.
Bien, se han cambiado algunos aspectos tácticos, pero así todo resulta sorprendente lo que están logrando desde el relevo en el banquillo, porque el equipo estaba empantanado en zona de descenso.
-Estábamos en un sitio que a nadie le gusta estar, pasándolo mal, es verdad. No solo sufre el aficionado, también nosotros. Gaizka nos metió una cosa en la cabeza: teníamos que estar unidos los noventa minutos y aprovechar la mínima oportunidad. Así, empezamos a tener otras sensaciones y en cuanto sacamos un par de resultados positivos, lo notamos en la moral. Vimos que podíamos hacerle daño a cualquiera, mientras que antes todo eran dudas y con dudas no vas a ninguna parte en esta liga. A ver, la temporada es complicada para todos, estamos viendo los resultados y la tabla como está, hay mucha igualdad. Creo que después de lo que hemos vivido hasta diciembre, nosotros podemos acabar bien el año.
Han rectificado la trayectoria y se escuchan alusiones a Europa. Esto es algo muy común aquí, del negro al blanco en un suspiro, y además últimamente el entorno se ha acostumbrado a los torneos continentales.
-Cuando estábamos más abajo, parecía que no íbamos a levantar la cabeza. Se hablaba de ganar un par de partidos para darle la vuelta a aquello y no se ganaba ni uno. Ahora que hemos cogido aire no es cuestión de creer que ya está hecho. Sabemos qué hacer para terminar en la parte alta y es normal que la gente se ilusione, pero no podemos olvidar que si perdemos dos partidos estamos abajo otra vez. Toca apretar el culo, todos, y lo vamos a hacer para que el Athletic esté donde merece.
Está recibiendo muchos halagos, pero hace un año, recién aterrizado, también estuvo acertado. De hecho, acaba de recibir un galardón de Onda Vasca por lo que hizo antes del verano.
-Cuando llegué el tema estaba mal y tenía que integrarme en un estilo diferente al que conocía. Eso lleva tiempo, pero pienso que hice buenos partidos, no todos, pero es lógico. Yo quedé bastante contento, aunque siempre se puede dar algo más. Y ahora me veo con confianza y me están saliendo bien las cosas. Si todos andan bien, hasta los que juegan menos y salen del banquillo un día responden como se está viendo, entonces el equipo entero lo agradece.
Ha pasado tiempo y los ecos de su salida de la Real para firmar por el Athletic se han atenuado. Usted insiste en que hizo lo que debía.
-Cuando eres titular indiscutible en un sitio y cambias tienes que tener en cuenta eso y muchas cosas más; por ejemplo, dónde vas, en lugar de quién, etc. Por mi forma de ser, nunca he tenido miedo a nada. Sé lo que puedo aportar al Athletic. Es verdad que venía a sustituir a un jugador importante como Laporte, pero vine tranquilo a Bilbao. Sabía que podía tapar ese hueco que quedaba. Por suerte, todas esas cosas no me dieron ningún dolor de cabeza y nunca me he arrepentido de la decisión que tomé. También tengo que decir que el recibimiento que he tenido, tanto de los compañeros como de la gente en la calle, es una ayuda que uno nota.
Ha aludido a su forma de ser. Usted no engaña, es como se le ve en el campo o delante de un micrófono.
-Mucha gente me ha dicho esto mismo, por mi imagen, por lo que transmito en el campo, incluso por la forma de caminar que tengo, siempre, toda la vida ha sido así. No hay que juzgar a la gente sin conocerla. Yo vengo aquí a trabajar y a dar todo, a pelear por el Athletic.
Y se da la circunstancia de que esa personalidad encaja con las tradicionales señas de identidad de su equipo.
-Eso lo he sabido siempre. Uno ve que el equipo va con mi carácter. El Athletic siempre han sido once a tope, poniendo todo en el campo. Esto es algo que casa conmigo, con mi forma de ser, por eso sabía que me vendría bien estar aquí. Es muy importante esa forma de vivir el fútbol.
¿Qué le transmite la Real que está viendo?
-Se le ve con dudas, no están cómodos, sobre todo en Anoeta. Que esté así no quiere decir que no vaya a salir a ganar el derbi. Seguro que nos plantea problemas. La Real tiene un buen equipo, sobre todo de medio campo hacia delante. Creo que el que meta el primer gol se lleva el partido.
No se olvida así como así del derbi de San Mamés.
-Fue un día complicado para nosotros. La Real vino con muchas bajas y se pensaba que eso nos daba más opciones, pero luego no fue así. Ellos fueron mejores, pero el fútbol siempre te da la posibilidad de tomarte la revancha. Ahora la tenemos y ganando damos un salto grande en la clasificación.
Ha estado en ambos lados, ¿qué puede aclarar en torno al modo en que se vive el derbi? Toda la vida se ha dicho que es distinto el valor que se le da en cada vestuario.
-Es verdad. Desde luego, hay una cosa es igual allí y aquí: nadie quiere perder. A ver, en el Athletic el derbi es importante, pero para partido del año se coge el del Madrid, es lo que se piensa también en la calle. Allí, en Donostia, el derbi se vive mucho y hay muchísimas ganas de ganar, ya te digo yo que sí, lo he vivido muchas temporadas.
Conoce a Imanol Alguacil. Lo estará pasando mal.
-Yo le encuentro cierto parecido con Gaizka. Los dos son muy intensos, no paran quietos, nadie les supera a la hora de pelear. Son técnicos adecuados para sus equipos, para que nadie se relaje. Imanol es de la Real, tiene un sentimiento muy fuerte y en Anoeta saldrá con todo lo que tenga. Es buena persona. El año pasado cogió al equipo cuando no podía ir ni para arriba ni para abajo. Ahora no lo está pasando bien, eso seguro, pero irá para arriba.
¿Qué puede decir de los delanteros que tendrá enfrente mañana? No tienen secretos para usted.
-Januzaj, Willian José y Oyarzabal son jugadores desequilibrantes, por su nivel son futbolistas que podrían estar en cualquier equipo. Januzaj es el descaro en cada pelota que coge, ya nos hizo daño el año pasado.
El brasileño será quien más cerca tenga. Se emparejarán a menudo.
-Quitarle la pelota cuando juega de espaldas es difícil. A poder ser, a Willian José hay que tenerle lejos del área, porque si entra en zona de remate es muy completo. Le van a buscar mucho, porque tiene gol.
¿Algo que comentar del ambiente, por lo que le pueda tocar?
-Será parecido al del año anterior, será caliente, pero estamos ya muy acostumbrados a esta clase de cosas. Estoy tranquilo en este aspecto. Iremos allí y daremos todo.
Para usted no, pero para Yuri Berchiche será una experiencia nueva.
-Bueno, Yuri es un jugador al que hay que entender por su forma de ser. Es muy bueno, por algo le fichó en su día el Paris Saint Germain. Está con ganas y es un placer que esté aquí. Poco a poco va cogiendo su ritmo, es un futbolista de mucho recorrido y de carácter fuerte. Es una suerte contar con él. Le veo a gusto, es alguien a quien hay que saber llevar y en este vestuario ese tipo de cosas se hacen muy bien. En el Athletic hay un ambiente muy sano. Ya me han contado que en otros sitios no es así, pero aquí hay gente buena y eso, para el que viene de fuera, no tiene precio.