EL imprevisible mundo del fútbol provocó hace poco más de un mes la salida de Eusebio y Loren de la Real Sociedad. La Junta Directiva del conjunto txuri-urdin movió ficha para tratar de enmendar la plana debido a la mala temporada del equipo y el mismo día prescindió de su entrenador y el director deportivo. La derrota frente al Getafe por 1-2 fue el detonante, si bien la destitución de Eusebio era una cuestión de tiempo, especialmente tras la eliminación europea a manos del RedBull Salzburgo. Así, con apenas dos meses de competición por delante, el presidente Jokin Aperribay y su junta apostaron por premiar a un hombre de la casa: Imanol Alguacil (Orio, 4-VII-1971), hasta ese momento técnico del filial de la Real. El guipuzcoano dirigió su primer entrenamiento el pasado 20 de marzo y ha logrado resultados más que meritorios en los cinco encuentros que ha dirigido hasta la fecha, con la salvedad de la derrota del pasado domingo ante el Málaga. En esa media decena de partidos ha logrado tres victorias, un empate y una derrota; diez puntos de quince posibles con un bagaje de nueve goles a favor y solo dos en contra.
El de este sábado será el primer derbi en la élite para Alguacil, un técnico al que conoce bien Bittor Alkiza (Donostia, 26-X-1970), con quien coincidió durante tres temporadas en el primer equipo txuri-urdin, entre 1991 y 1994, y a quien fichó para Zubieta en 2011 cuando el exjugador del Athletic y la Real dirigía la cantera donostiarra. “Es una persona con carácter”, destaca Alkiza por encima de todo. “Digamos que tiene mala uva, se le nota cuando está enfadado, pero siempre va de cara. Es una persona que lo da todo y que se hace querer”, añade.
Una vacante en Zubieta en el verano de 2011 le abrió de nuevo las puertas de la Real a Alguacil, que aceptó gustoso. Un paso más en su aún corta carrera como entrenador que arrancó en las filas del Orioko antes de recalar en el Zarautz, de donde llegó a la factoría txuri-urdin. “Además de haber jugado con él, coincidimos en el curso de entrenadores y me constaba que había realizado un gran trabajo en su etapa en el Orioko y luego en el Zarautz. Creíamos que podía ser válido y así ha resultado ser”, explica Alkiza.
En la cantera realista fue quemando etapas poco a poco hasta llegar al Sanse -asumió la dirección del equipo en la jornada décimo quinta del curso 2014-15- y, de ahí, al primer equipo. “Ha evolucionado mucho. Ahora le tengo un poco más perdida la pista porque estamos en categorías distintas, pero de lo que no tengo duda es de que sabe muy bien cuál es su rol”, relata el que es ahora mano derecha de Jagoba Arrasate en el Numancia. En este sentido, Alkiza considera que “a favor de Alguacil juega” el hecho de que varios de los futbolistas de la primera plantilla de la Real hayan coincidido con él antes, como son los casos de Aritz Elustondo, Álvaro Odriozola, Mikel Oyarzabal, Jon Bautista o Kevin Rodrigues.
un hombre de club A tenor de las palabras del presidente Aperribay y a tenor de las últimas informaciones publicadas en Gipuzkoa, ni un pleno de victorias en los cuatro encuentros que restan le serviría para seguir al mando de la Real la próxima temporada. “Él sabe muy bien que es un hombre de club y que se debe a él”, asegura Bittor Alkiza, que recuerda el buen papel de su amigo en las filas del filial txuri-urdin, equipo que dejó en tercera posición con 55 puntos tras la disputa de 30 jornadas. Salvo sorpresa, regresará a su hábitat en verano. “Soy hombre de club, me debo al club”, admite Alguacil, un entrenador con carácter.