Bilbao - Penúltimo clasificado con una victoria, cuatro empates y seis derrotas en su haber y, lo más importante, a un solo partido de la permanencia. Esa era la realidad de Osasuna cuando Martín Monreal, a sus 60 años de edad, supo que su tiempo en el banquillo rojillo se había agotado. Desde entonces, el club navarro camina a la deriva, circunstancia a la que no resulta ajeno el técnico, quien aboga por mirar hacia delante en una semana con derbi a la vista ante el Athletic.
Han pasado cuatro meses desde su destitución. ¿Cuánto tardó en asimilar la noticia?
-Bueno, estás metido en esta vorágine del fútbol y ser destituido es algo que nos pasa a los entrenadores antes o después. No hay que mirar hacia atrás, ni darle más vueltas. Estamos en este mundo, sabemos lo que puede pasar y lo tenemos interiorizado.
Aun así, se lo comunicaron vía telefónica y casi le cuesta un disgusto en la carretera, porque se encontraba conduciendo en dirección a Madrid.
-Sí, pero no quiero volver a hablar de esa historia, porque queda muy lejos y soy un tipo que trato siempre de mirar hacia delante y de positivizar todo lo que pasa cada día no solo en el fútbol, sino en la vida. No pierdo ni un segundo en mirar hacia atrás.
Quien le llamó fue Vasiljevic, entonces director deportivo. Ahora es el entrenador, pero no ha dado con la tecla.
-La evolución de la temporada ha llevado a esto, pero yo estoy fuera del club desde noviembre y no tengo ni la más remota idea del porqué de las decisiones que se han tomado. Son historias que nada tienen que ver ya con Enrique Martín.
Lo que está claro es que el club no ha acertado en sus decisiones, porque tampoco funcionó la apuesta por Joaquín Caparrós.
-Creo que es una historia global y que no hay que focalizarla en los entrenadores. La Primera División es muy exigente y nosotros llegamos tarde a la categoría, al hacerlo después de una promoción, lo que suponía un retraso con respecto a otros equipos. El planteamiento del equipo no era precisamente el ascenso, pero los chavales lo hicieron de escándalo y se logró al final.
No quiere mirar hacia atrás, pero cuando el club prescindió de usted, Osasuna era penúltimo a tres puntos de la salvación. Lo recuerda bien.
-Uno, cuando sale, mira cómo queda aquello, pero no voy a juzgar la decisión que se tomó en aquel momento. En principio, con la distancia que había pareció un poco precipitado, pero los dirigentes tienen que tomar decisiones y a veces aciertan y otras se equivocan, como nos pasa a todos.
Habían ganado al Eibar en Ipurua y sacaron un punto de San Mamés. ¿Entiende que el club ha sido víctima de sus propias prisas?
-Bueno, yo solo puedo decir que quedé satisfecho con mi recorrido y de cómo compitió el equipo. Mis últimos recuerdos son ante Eibar, Athletic y Alavés y fueron tres partidos muy competidos, porque ganamos en Ipurua, empatamos en San Mamés y el Alavés nos ganó en casa a última hora. Nunca se sabrá lo que habría pasado si hubiera seguido.
Durante el partido contra Las Palmas dio un susto en el banquillo de El Sadar al tener que retirarse por una subida de tensión?
-La tensión pasa factura y positivizando todo lo que pasa, entiendo que mi salud ha tenido una gran recompensa con esta tranquilidad. Hubiese querido más guerra, pero las cosas fueron así y creo que mi cuerpo ha agradecido salir de la vorágine en la que normalmente estabas metido.
¿Y qué siente ahora al ver al equipo a quince puntos de la salvación?
-Me fastidia, claro, porque como osasunista siempre quieres que tu equipo esté lo mejor posible, pero sé que los chavales están dando todo lo que pueden. Aun así, quizás nos haya faltado esas piezas que nos hubiesen dado más consistencia para poder optar a la salvación.
En el plano institucional las cosas tampoco están tranquilas.
-Al final, cuando los resultados no acompañan salen historias. Lo importante es que todo el mundo se tranquilice y entre todos saquemos a Osasuna adelante. No tengo ganas de opinar más.
Tampoco querrá pronunciarse entonces acerca de la convocatoria de elecciones a la presidencia del club.
-No, no voy a decir nada. Me mantengo al margen. Lo han decidido así y lo respeto.
¿Cuál diría que es a día de hoy el mayor activo que tiene la entidad? ¿La afición?
-La afición es la pera. La gente está muy identificada con el equipo, como tiene que ser.
El sábado volverán a alentar al equipo contra el Athletic. Se trata de un partido especial además.
-Va a haber un ambientazo impresionante. Al igual que los partidos contra la Real, Eibar o Alavés son partidos muy atractivos y de rivalidad. Las aficiones de Osasuna y Athletic tienen sus diferentes puntos de vista, pero hay deportividad y una conexión bonita entre todos los equipos vascos. Es precioso ver a la gente hermanada y seguro que el sábado se ve un partido competido en El Sadar, porque los jugadores de Osasuna van a pelear como perros al tratarse además de un partido con emotividad especial para nosotros.
¿Hay más ganas en Iruñea de ganar al Athletic que a otros equipos?
-Bah, puedes encontrar de todo. Los partidos de rivalidad son bonitos por ese subidón que da ganar al vecino y tienen una connotación especial, pero lo mismo por parte de Osasuna que del Athletic.
¿Esa connotación especial que tiene el partido del sábado puede venir bien a Osasuna a la hora de afrontar el choque?
-Se puede perder, ganar o empatar, pero jugar contra el Athletic viene perfecto después de una semana sin competición en la que los jugadores habrán podido refrescarse algo mentalmente. El equipo quizás se sienta más ligero y seguro que va a dar el nivel.
¿Cómo ve al Athletic?
-Me encanta el ritmo que tienen y la intensidad con la que juegan. Me identifico con ese tipo de fútbol, porque además es un equipo que tiene un alto nivel técnico. Lo que pasa es que su intensidad resalta tanto que a veces tapa la calidad que tienen sus jugadores, pero la tienen, desde luego.
¿Qué opinión tiene sobre Valverde?
-Al margen del tema deportivo es encantador como persona. Conmigo tuvo un detallazo en San Mamés, porque después del partido me invitó a una cerveza y compartimos un rato de charla. Esa experiencia que tuve en Bilbao con Ernesto es un detalle no habitual y que para mí dice mucho de él como persona, porque lo hizo con naturalidad y después de haber empatado contra nosotros. Si ganas parece que es más fácil hacerlo, pero no fue el caso y se lo agradezco mucho, porque estuvimos a gusto y es una experiencia vital que me llevo más allá de la pelotita.
Su futuro continúa en el aire. ¿Le animaría a seguir o a probar algo nuevo?
-No sé lo que va a pasar, pero lo que está claro bajo mi punto de vista es que tanto como si sigue como si no, seguro que acierta. Y no quiero meterme en ningún tema, pero creo que el Athletic tiene ahí al lado un valor impresionante en Cuco Ziganda. Si por lo que sea Ernesto no continúa, sé que Cuco está sobradamente preparado para llevar al Athletic en cualquier momento. Lo he tenido como jugador, le he visto entrenar y la labor que está haciendo con el Bilbao Athletic es impresionante, con la cantidad de jugadores que está sacando para el primer equipo.
Hablando más allá del primer equipo, en enero se oficializó el convenio del Athletic con Oberena en Navarra. Una mala noticia para Osasuna.
-Este mundo tan mercantilizado está así. Hay que respetar y aceptar con naturalidad las decisiones de todo el mundo. Imagino que Osasuna haría una oferta, el Athletic otra y Oberena decidió que la del Athletic era más interesante. Tampoco hay que rasgarse las vestiduras, cada uno toma el camino que quiere y yo nunca he tenido ningún problema en ese sentido.
Alex Berenguer es uno de los jóvenes que más destacan ahora en Osasuna. ¿Le ve preparado para un posible desembarco en Bilbao?
-Tiene unas cualidades terribles y un descaro extraordinario en el campo, aunque tiene que ser aún más descarado, atrevido y vertical, porque es muy rápido y resistente, al poder jugar tres partidos seguidos si quiere. En San Mamés, por ejemplo, taponó muy bien a Williams y se incorporó al ataque. Tiene posibilidades de cara al futuro y en ese sentido no me cabe duda que tiene cabida en cualquier equipo.
En lo que a usted respecta, ¿le gustaría volver a los banquillos la próxima temporada?
-Con esa ilusión vivo y me meto mis kilómetros cada fin de semana. Tengo ganas de seguir entrenando y estoy viendo partidos de Primera, Segunda y Segunda B para estar informado. Espero que antes o después me espere un nuevo trayecto en un banquillo.