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Southampton, la cantera de Inglaterra

Le Tissier, el futbolista que se mantuvo fiel a unos colores, Shearer, Walcott, Bale, Oxlade-Chamberlain, Shaw, Lallana o Chambers son algunos ejemplos de la prolija factoría del Southampton, rival mañana del Athletic

Southampton, la cantera de InglaterraDeia

pOCOS, muy pocos, son los equipos que no han sucumbido a las tentaciones de un mercado, el futbolístico, que vive en su particular burbuja motivado por los astronómicos contratos televisivos y publicitarios que, quién sabe, pero es probable que más pronto que tarde -ya saben, los ciclos de la economía y esas cuestiones- terminará por reventar. Fichar barato, poner el foco en jóvenes valores de futuro y vender a precios astronómicos es el modusvivendi de muchos clubes. Sin romperse mucho la cabeza, a uno se le vienen un par de nombres a la mente: Sevilla y Oporto. Dos conjuntos que han alcanzado el éxito en los últimos años gracias a sus acertadas inversiones y que han ganado ligas, Copas, Europa Leagues e incluso una Champions, la lograda en 2004 por los lusos. Una manera de explotar los frutos del trabajo bien hecho en las categorías inferiores y también a la hora de cazar talentos. Guardando las distancias, algo similar ocurre con el Southampton, rival mañana del Athletic, que busca asentarse en los puestos nobles de la Premier. Obligado a renovarse cada año, el conjunto inglés puede presumir de tener una de las canteras más prolijas. Eso sí, ninguno sigue en el equipo.

La ciudad que vio zarpar por primera y última vez al insumergible Titanic, acogió a un futbolista con unas condiciones brutales para la práctica del fútbol que destacaba por su facilidad anotadora, una técnica envidiable y un excepcional golpeo del balón; aunque también por su particular figura, habitualmente pasada de kilos. Apodado Le God -el Dios-, Matthew Le Tissier (Guernsey, 14-X-1968) permaneció toda su carrera deportiva en el Southampton, desoyendo astronómicas ofertas por sus servicios de conjuntos de la talla de Milan, Chelsea, Manchester United, Tottenham o Juventus. Nunca se arrepintió de no haber cambiado de aires, al contrario: “Jugar en los mejores clubes es un reto bonito, pero hay un reto mucho más difícil: jugar contra ellos y ganarles. Yo me dedico a eso”.

Con Le Tissier en sus filas, entre 1986 y 2002, los saints, sobrenombre con el que se conoce al equipo británico, no lograron ningún título. Incluso a día de hoy sus vitrinas siguen vacías, pero el atacante se hizo un hueco en los miles de corazones de los hinchas que cada quince días abarrotaban el viejo estadio The Dell y de otros tantos seguidores del fútbol a lo largo y ancho del planeta.

El suyo fue un ejemplo de amor a unos colores que no procesaron otros ilustres canteranos del club. Por encima de todos ellos destacan dos futbolistas, antagónicos en su juego, pero que buscaron la gloria de la misma manera, lejos de la ciudad del sur de Inglaterra. Alan Shearer (Newcastle, 13-VIII-1970) hizo sus primeros pinitos en el mundo del fútbol en el Southampton, club al que llegó en 1986 con 16 años y en el que debutó el 9 de abril de 1988, cuando Le Tissier aún era un joven que buscaba un hueco en el once titular. Shearer abandonó el club en 1992 tentado por el Blackburn Rovers, un recién ascendido a la élite del fútbol inglés que en su tercera temporada y contra todo pronóstico conquistó el título de la Premier League.

Shearer explotó las condiciones de goleador que se le intuían en su etapa en el Blackburn, donde superó una grave lesión de rodilla en su primera campaña. Para cuando ganó la liga en el curso 1994-95, Le Tissier era ya un héroe en el Southampton y fueron muchas las preguntas que surgieron entre los seguidores de los santos, que se cuestionaban qué hubiese sido de su equipo con una dupla de atacantes de tal calibre.

el galés volador Preguntas sin respuesta. Como tampoco se sabrá nunca si el conjunto inglés hubiese ascendido a la Premier en la temporada 2006-07, en la que Gareth Bale (Cardiff, 16-VII-1989) únicamente pudo disputar el primer partido de las semifinales del play-off. Una inoportuna lesión dejó al galés fuera de combate y su equipo no pudo superar la eliminatoria ante el Derby County, club que acabaría ascendiendo.

Ese encuentro fue el último de Bale con la elástica de los santos, pues el 25 de mayo de 2007 se convirtió en nuevo jugador del Tottenham para las cuatro siguientes temporadas. Apenas un año después de debutar, el ahora futbolista del Madrid e indiscutiblemente uno de los mejores jugadores del planeta, hizo las maletas rumbo a Londres.

El de Gareth Bale es uno de los casos más claros del buen ojo de los captadores del Southampton. Se unió a su academia con tan solo nueve años y siete más tarde, con 16 años y 275 días, el 17 de abril de 2006, debutó con el conjunto del sur de Inglaterra. Un lateral izquierdo velocísimo, de largo recorrido y con facilidad goleadora que no tardó demasiado en asombrar a los aficionados al fútbol pese a que jugaba en Segunda División. Disputó otro partido más antes de finalizar esa campaña; la siguiente la inició como titular. En el primer encuentro de la 2006-07 se estrenó como goleador, repitió en la segunda y solo el palo impidió que anotara su tercer tanto de manera consecutiva. Tres lanzamientos de falta, dos de los cuales acabaron en el fondo de la red y un tercero que a punto estuvo de hacer lo propio terminaron por poner el foco sobre el jovencísimo futbolista, que fue galardonado con el Carwyn James de la BBC galesa como el mejor jugador joven de 2006. Tras su excelente campaña, en la que disputó 45 partidos, anotando 5 goles y repartiendo 11 asistencias, se marchó al Tottenham tras un desembolso de unos 14,7 millones de euros.

El galés, aún a día de hoy, nueve años después de su salida, recuerda con cariño su paso por el Southampton. Así, en más de una ocasión ha reconocido lo siguiente: “Si no hubiese llegado a jugar allí, creo que nunca habría llegado a ser lo que soy ahora mismo ni estar donde estoy hoy. Desde que tenía nueve años me cuidaron hasta que me marché. Realmente cuidan a todos los que pasan por el equipo y creo que fue la mejor educación que te pueden dar”.

bridge, walcott, Lallana... Que la academia de los saints es un buen lugar para formarse lo saben bien también otros muchos jugadores. Wayne Bridge, natural de Southampton, creció en las categorías inferiores del club y debutó en 1998, con solo 18 años. No tardó demasiado en ganarse un puesto como titular y abandonó el club en 2003 para enrolarse en las filas del Chelsea. Más traumática que la del defensor fue la salida de Theo Walcott rumbo al Arsenal. Con solo 16 años y 143 días se convirtió en el jugador más joven en debutar en la historia del club. El extremo, un puñal por banda, se estrenó en agosto de 2005 y cinco meses después, en enero, se marchó al conjunto londinense por una cifra superior a los 10 millones de euros. A día de hoy aún defiende la elástica gunner, si bien nunca ha terminado de explotar todo el potencial que se le presuponía.

Más recientemente, otros jóvenes valores formados en la exitosa cantera de los saints, como Adam Lallana, por el que el Liverpool pagó 31 millones de euros en 2014; Luke Shaw, ahora lateral izquierdo del Manchester United tras un desembolso de 37,5 millones, también en 2104; o Alex Oxlade-Chamberlain, fichado por el Arsenal en 2011 tras abonar casi 14 millones, han abandonado el club en los últimos años. Un hecho que no frenará la inagotable red de talentos que emana de la prolija cantera del Southampton. Un trampolín para muchos futbolistas, nada que ver con el amor procesado por Matthew Le Tissier, una raraavis.