bilbao - “Me ha parado mucha gente joven para sacarse fotos conmigo, me ha sorprendido que me reconocieran, será que tienen buenos padres y les han contado quién era”. En abril de 2014, Howard Kendall hizo su última visita a Bilbao y estuvo encantado, feliz al comprobar que pese a la gran transformación de la ciudad, “la gente no ha cambiado y eso es lo fundamental para mí”. No podrá ver el campo terminado, que fue el deseo que expresó, una mera disculpa para realizar otra escapada a un destino del que estaba enamorado.

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