Barakaldo - Prueba superada. El Athletic se mantiene vivo en la UEFA Youth League, la denominada Champions juvenil, después de que ayer ofreciera un ejercicio de solvencia en Lasesarre frente al Oporto, al que tuvo que remontar a vuelta de vestuarios para firmar un triunfo, el segundo en esta fase, que le permite apretar la lucha por una de las dos plazas que clasifican a los octavos de la competición. Las opciones están abiertas en un grupo donde el líder es el Shakthar Donetsk, con diez puntos, mientras que le siguen Oporto, con siete, y Athletic, con seis, en tanto que el BATE Borisov, sin estrenar su casillero, ha dicho adiós. El partido que disputarán los rojiblancos el próximo día 25 en Ucrania ante el Shakthar, que venció en Lezama en el encuentro inaugural, será decisivo.

El Athletic, consciente de que solo le valía la victoria, tiró de una versión muy reconocible. Se trataba de reivindicarse en un duelo de máxima exigencia, como lo es esta atractiva competición que tan buen sabor de boca está dejando en la cúpula de Lezama, satisfecha con las prestaciones del equipo que dirigen Joseba Etxeberria y Gontzal Suances al margen de resultados. Ayer la propuesta tuvo premio. El conjunto rojiblanco fue fiel a su idea, asumió la posesión y puso todos los argumentos para sellar un éxito que le costó muchísimo, sobre todo porque su falta de pegada en la primera mitad hizo que planeara la sospecha del fiasco.

Asier Villalibre lideró la ofensiva. El de Gernika, a sus 17 años, asoma como un valor de futuro. Es un nueve al uso, con una punta de velocidad muy considerable. Villalibre lo intentó por activa y por pasiva, y generó muchísimo peligro, lo que propició que el Athletic tuviera un buen número de claras ocasiones, sin suerte en ninguna de ellas. Sobre todo, en una doble oportunidad a los siete minutos, con un disparo de Córdoba al larguero cuyo rechace lo cogió Guruzeta, que con una espectacular chilena estuvo cerca de batir a Vega. El Athletic, con un Andoni López brillante por banda izquierda secundado por Iñigo Córdoba, mandó, fabricó el mejor fútbol y llegó con asiduidad al área lusa, pero fue el Oporto el que se adelantó de penalti cometido por Xiker sobre Leonardo, que transformó este mismo. A los de Etxeberria y Suances les cayó un jarrón de agua fría, pero tuvieron la virtud de levantarse con nuevas oportunidades de Villalibre, pese a que Mancedo casi hizo el segundo con un disparo al palo.

En el segundo acto el fútbol fue justo. El Athletic, dirigido por Garai y con un Jurgi que cogió galones en su costado, se lanzó despojado de todo complejo y con una cabezonería que le premió. Villalibre, machacón, abrió la puerta del éxito al rentabilizar un barullo dentro del área, un empate que ya no paró a los cachorros, convencidos de la remontada. La entrada de Iñigo Vicente, además, aportó más músculo ofensivo. El de Derio, otra de las joyas de la corona, resolvió desde los once metros un penalti cometido por Johansen por manos y puso la guinda tres minutos después al intuir el rechace de Vega a duro disparo de Villalibre, quien incluso gozó de dos llegadas más en el tramo final.

El Athletic guardó su tesoro ante un Oporto que decepcionó, pese a que buscó un empate imposible con los cambios a la desesperada. Los rojiblancos, que sufrieron un desgaste físico considerable en un césped pesado por las fuertes lluvias, no cedieron, si bien les faltó la exquisitez con un nuevo tanto que les hubiera permitido ganar el average particular con los portugueses.