bilbao - Probablemente le queda un extraño sabor de boca. Gaizka Toquero no ha llegado a tiempo para reencontrarse mañana con el Espanyol, un equipo que va cosido a su trayectoria como jugador del Athletic. Se cumplen cinco años -en concreto cinco años y un mes y medio- del debut del de Ariznabarra como león. Tuvo lugar el 4 de enero de 2009. Para él, es un momento inolvidable. Corría el minuto 62, cuando Joaquín Caparrós, su mentor, le reclutó para la causa. El Athletic perdía desde el minuto 37 por culpa del tanto del periquito Moisés Hurtado. Toquero reemplazó a Ion Vélez. Y comenzó a escribir una bonita historia personal. Tocó varios balones, hasta que llegó su instante de gloria. Intuyó un esférico suelto fuera del área, metió la cabeza y su golpeo le llegó a Andoni Iraola, que lo recogió para ejecutar una espectacular chilena que supuso el tanto del definitivo empate.

Toquero (Gasteiz, 9 de agosto de 1984) disputó el primero de los 192 partidos oficiales en los que ha participado como rojiblanco. Fue un debut exprés. Llevaba solo dos días entrenando en el Athletic y le llegó su presentación en sociedad en el mismo San Mamés, donde Caparrós se fijó en él la temporada anterior, en el derbi entre Bilbao Athletic y Sestao River, equipo en el que militaba. "Todo fue muy rápido. Quizá tenga que alquilar un piso en Bilbao". Así se manifestó en su primera entrevista concedida a DEIA el día después de su debut. No en vano, Caparrós decidió que se curtiera en el Eibar, a donde le cedió el Athletic durante cuatro meses, en los que jugó 16 partidos en Segunda División y con una tarjeta de cuatro goles.

Llegó y besó el santo. Su irrrupción se entendió como un fenómeno social. No se trataba de un futbolista talentoso, sin mucha calidad técnica, pero sí un trabajador impagable. Caló, sencillamente, entre la masa social rojiblanco. El ideario futbolístico de Caparrós le venía como anillo al dedo. Así no es de extrañar que Toquero agradezca al utrerano el paso que dio siempre que le ofrecen la oportunidad. Aquel primer medio año como león vivió un torbellino de emociones, hasta el punto de convertirse en un fijo, marcar un gol decisivo en la semifinal de Copa ante el Sevilla y avivar la llama del título durante 23 minutos en la finalísima frente al Barça en Mestalla cuando inauguró el marcador con un gol marca de la casa.

Han pasado cinco años de aquel primer partido con el Athletic de un atípico delantero hasta en el número del dorsal. Algunos, un buen número, le vaticinaban un corto recorrido como rojiblanco. Evidentemente, se equivocaron. Toquero debe tener algo diferente, inclasificable, incluso. No solo se consolidó, sino que la actual Junta Directiva le renovó su contrato hasta el 30 de junio de 2016. Lo dijo Toquero en esa primera entrevista a este diario: "En el fútbol no sabes nunca cuándo te vas a ir y cuándo vas a volver".