bilbao. Con casi dos décadas a sus espaldas en el fútbol profesional y trece equipos después, Mario Bermejo (Santander, 1978) es uno de los viejos rockeros de la Liga. Sobre el césped, su pundonor y algunos goles decisivos le han convertido en uno de los ídolos de Balaídos. Y en el vestuario pasa por ser uno de los jefes. Dice las cosas claras. Que se lo digan a Iago Aspas y Hugo Mallo, que recibieron una reprimenda del santanderino cuando la liaron ante el Deportivo. Los códigos del vestuario son sagrados para este exrojiblanco, que llegó a Bilbao procedente del Racing a finales de la década de los 90 y que jugó un puñado de partidos en el Athletic con Luis Fernández en el banquillo. Ha llovido mucho desde entonces, pero el 9 del Celta no olvida su paso por San Mamés, donde piensa que podría haber continuado más temporadas: "Creo que podría haber estado más tiempo en el Athletic, pero jugar en Bilbao ha sido una experiencia única".
Para usted parece que no pasan los años?
Hombre, la verdad es que estar jugando en Primera con 34 años es un orgullo y muy importante. Hasta que el cuerpo aguante, como se suele decir. Me encuentro muy bien a nivel físico y a nivel mental, pues imagínate, disfrutando como el primer partido en esta categoría.
¿Qué queda de aquel chaval que debutó con 16 años en el Racing?
Ha pasado muchísimo tiempo, muchas experiencias, muchos equipos diferentes y todo esto ha hecho que haya cambiado, pero no el fondo de mi filosofía. Esa ilusión de hacer lo que me gusta, la tengo como el primer día.
¿A esa edad da tiempo a asimilar todo? Hay demasiadas flores, halagos y mucho dinero.
En mi caso no había problema de dinero, porque cuando debuté y durante los años posteriores no tenía contratos altos, ni mucho menos. Yo no soy una persona que me haya creído mucho las cosas. Al revés, me valía para venirme arriba, para trabajar más, pero, obviamente, no es fácil mantenerse porque hay muchos jugadores y, a veces, empezando tan joven te faltan algunas cosas que vas adquiriendo con el paso de los años.
¿Le pilló un poco pronto su estancia en el Athletic? Llegó como una promesa, pero no terminó de cuajar.
Joven era, pero si como jugador eres válido y tienes la fortuna de que apuesten por ti...
Pero no lo hicieron.
Hubo unos cambios radicales en la estructura del club de cuando llegué al tercer año que estuve. Cambió el entrenador del primer equipo y la dirección de Lezama, y las personas que decidían no apostaron por mí. El fútbol no es fácil y la vida uno se la busca en cualquier sitio. No he sido conformista. No le pongo peros a mi carrera, siempre he intentado mejorar y mi ambición ha sido la de llegar a Primera. Lo he logrado, me hubiese gustado estar más años, pero no me arrepiento de nada.
Su fichaje por el Athletic fue un tanto sorpresivo, porque usted es nacido y criado en Santander.
Al ser mi padre y mi familia paterna de Bilbao tuve la oportunidad, sin saberlo al principio. Fue de casualidad, porque un tío mío conocía a un directivo del Athletic, le habló del parentesco vasco que tenía y así se produjo mi fichaje por el Athletic.
¿Jugar ante el conjunto bilbaino sigue siendo especial para usted?
Cuando me he enfrentado al Athletic, indudablemente, siempre he pensado en sumar los tres puntos para mi equipo. Pero siempre he dicho que jugar en el Athletic ha sido una experiencia única y espectacular.
¿Le queda la espinita clavada de no haber tenido más oportunidades de demostrar que tal vez podía haber jugado más tiempo en Bilbao?
Es una lástima que no pudiera permanecer más tiempo, porque, sinceramente, creo que podría haber estado en el equipo dando el do de pecho y compitiendo.
¿Considera al Athletic un rival en la lucha por el descenso?
La verdad es que esta temporada se esperaba mucho más del Athletic viendo lo que hizo el año pasado. A todos los que nos gusta el fútbol disfrutamos de un equipo espectacular, majestuoso, con eliminatorias de la Europa League inolvidables. Quizá está más abajo de lo que todos esperábamos, pero creo que el Athletic no va a ser rival en la lucha por el descenso. Nuestra meta no es la de coger al Athletic, porque creo que se va a salvar con solvencia. Pero para nuestros intereses no pasa otra cosa que sumar los tres puntos el viernes.
¿Qué le ha pasado al Celta para enlazar una racha tan negativa desde que pasaron por San Mamés en la ida?
Nuestro talón de Aquiles han sido los partidos lejos de Balaídos. Fuera de casa hemos fracasado.
Han vivido un cambio de entrenador y actuaciones negativas de algunos compañeros suyos en este tiempo. Se ha acusado a la plantilla del Celta de pecar de bisoñez y falta de experiencia.
Sí, sin duda alguna. Hemos ido por los campos de nuestra Liga intentando jugar muy bien al fútbol, algo muy vistoso, de hecho la gente nos lo reconocía, pero nos íbamos con una mano delante y otra detrás. En muchos casos ha habido falta de oficio y de carácter. Somos una plantilla con gente muy joven y con un carácter muy determinado y eso nos ha venido un poco grande. No hemos sabido cambiar el chip, sacrificar en muchos momentos el buen fútbol por ser más solidarios en defensa, más rocosos. Nos hemos dado cuenta ahora, que es cuando estamos entre la espada y la pared, y queremos ser menos vistosos y más efectivos.
Fue famosa su reprimenda a Aspas y Mallo tras el esperpento ante el Depor (el primero fue expulsado por un cabezazo a Marchena y el segundo la montó en la grada junto a los Celtarras). Llegó a decir que "si te acuestas con niños te levantas mojado". ¿Captaron el mensaje?
Por supuesto. Lo dije en su momento. Iago estaba en una línea buena, pero quizá sí que le faltaba ser consciente de que el equipo necesitaba que estuviera centrado al cien por cien. El error que cometió está sobradamente pagado. Es una falta de madurez que nos ha podido pasar a todos, pero si yo me he confundido, siempre me ha gustado tener a alguien en el vestuario que me haya dado un cate y me haya corregido algo que haya podido hacer mal, porque eso es lo que me ha hecho a nivel profesional estar donde estoy.
Hay que escuchar el consejo de los veteranos.
No siempre tienes la razón, pero la experiencia de lo que has vivido te hace que puedas guiar un poco por el buen camino a jugadores que en un momento dado se están confundiendo. Seguro que a mí me ha pasado y creo que he tenido siempre gente a mi lado, no solo la familia, buenos compañeros que me han sabido decir si las cosas estaban bien o mal. Y como me gusta mucho apoyar a la gente joven, porque creo que son el futuro y porque en este país tenemos mucha gente buena en la cantera que está desaprovechada por fichajes en muchos casos estrambóticos o que no vienen a cuento, pues me gusta ayudar. Lo que me hacían a mí, hacerlo yo a los demás.
A sus 34 años, los vestuarios que encontró en el Athletic o en el Racing, por ejemplo, imagino que poco tendrán que ver con los actuales. ¿Se ha perdido respeto a las canas?
Quizá sí se ha perdido. Los chavales vienen con más carácter, pero es algo que pasa en la sociedad. Tienen más desparpajo y ese respeto a la gente veterana puede que se esté perdiendo un poco.
¿Qué tal con Abel? Su llegada a Vigo fue polémica por la elección de Salva Ballesta como su segundo. El presidente hizo caso a la afición y prescindió del ayudante de su entrenador por sus ideas políticas ¿Qué le pareció todo aquello?
No sé muy bien la historia, pero tuvo algún enfrentamiento con la grada cuando fue jugador y el presidente prefirió no echar más leña al fuego en un momento muy delicado para el Celta. Ahora mismo estamos centrados a tope en el trabajo de Abel, creo que hemos cogido su idea a tiempo.
Usted es uno de los jugadores más queridos en Balaídos. ¿Es por la casta que le pone en cada acción?
Yo creo que, independientemente de que te salga mejor o peor las cosas, la gente, no solo en el fútbol sino en cualquier trabajo, lo que exige es que des el máximo y si ven que te dejas el alma en hacer lo mejor posible tu trabajo, lo valora. En Balaídos apreciaron desde el principio que soy un jugador que lo intenta dar todo en mi trabajo, además la temporada pasada fue muy buena para mí porque metí muchos goles desde una posición más retrasada. Lo que la gente me valora es el trabajo y la honradez, que son los requisitos mínimos que se deben exigir a un futbolista.
¿Podría definirme la 'bermejiña'?
Fueron dos remates que convertí en gol ante el Granada y el Zaragoza. Los intenté rematar con una pierna y los metí con la otra, una anécdota.
Mofa o no, por lo menos hace goles...
Ojalá pueda meter de aquí a final de temporada cuatro o cinco goles con el culo que nos den la permanencia. Al final nadie se va a acordar cómo fueron los goles, lo importante es que el equipo se salve.
¿El futuro económico del Celta está garantizado si baja a Segunda?
Creo que sí. En muchos de los equipos en los que he militado he tenido problemas para cobrar, pero el Celta es un club absolutamente saneado en el asepcto económico. En alguna ocasión lo hemos hablado en el vestuario y siempre hemos dicho que somos unos privilegiados por estar en un club que paga al día. Es una muestra de lo que quizá tendrían que hacer otros clubes.
Con el final de Liga vuelve a salir el tema de las primas a terceros. ¿Haberlas haylas?
Yo siempre he dicho que a mí que me paguen por hacer mi trabajo, y aunque es ilegal por ley que te paguen por ganar, no lo veo mal. Es un aliciente más. Lo que no se pueden permitir son los maletines por perder o la típica que si jugamos el último partido se los damos a quien interese. Eso es una auténtica mierda, una lacra, que, evidentemente, en este deporte creo que lo está habiendo todos los años a final de temporada. No es justo que tú te dejes la piel en el campo luchando por lograr tus objetivos y otros lo consigan a base de pasta.
Ha estado en trece equipos, ¿se acostumbra uno y los que le rodean a no tener un domicilio fijo?
Cuando estás soltero y sin familia, coges el coche tú y la novia y te vas donde haga falta. Ahora, que tengo dos niños pequeños, es más costoso. Te planteas mucho más el cambiar de equipo, valorando el bien personal y deportivo antes que el económico.
El Athletic va a necesitar un delantero la temporada que viene con la marcha de Llorente. ¿Dejó su currículo en Ibaigane?
Mi currículo creo que ya lo conocerán, solo hay que mirar en la Wikipedia (entre risas). La verdad es que estoy muy contento en Vigo, me gustaría conseguir la permanencia y seguir aquí. Pero no depende de mí.