PatRick Schätzberger es un ferviente seguidor del Athletic. Habitual de Pozas en las tardes de partido, se empapa del ambiente bilbaino, de ese olor a fútbol que tanto caracteriza a las calles del botxo cuando ruge San Mamés, aplaude los goles del equipo bilbaino y sacude la cabeza contrariado cuando el balón logra colarse en la portería de Iraizoz. Semana sí y semana también se enfunda la bufanda rojiblanca y, cervecita en mano, entona el himno del Athletic. O al menos lo intenta porque, aunque el castellano ya parece dominarlo, el euskera es un idioma muy complicado para un alemán. Y es que Patrick nació hace 21 años en Backnang, una localidad cercana a Stuttgart, pero su carrera de Ingeniería Industrial le ha llevado durante su año Erasmus hasta la capital vizcaina. El perfecto escenario para el idilio que desde el primer día mantuvo con el equipo de Marcelo Bielsa: "Antes de llegar a Bilbao ya sabía que el Athletic era un equipo exitoso desde hace muchos años y que, además, lo lograba solo con gente de la casa en el equipo. Siempre me ha encantado el fútbol, pero cuando llegué me enganché muy rápido con el ambiente en Pozas", reconoce.

El culpable de ello es Eder de la Peña, un deustoarra loco con el Athletic, que nada más conocer a Patrick le inculcó su amor por los colores y le enseñó la fiesta que siempre arrastran. Tan bien le mostró la doctrina rojiblanca que el joven alemán quedó prendado del conjunto bilbaino y todo lo que representa, olvidando por un momento al "equipo de mi corazón", el VfB Stuttgart. Siguiendo fielmente la pasión de Eder, Patrick tomó su rutina de seguir la actualidad de los leones, incluidos todos sus encuentros, aunque fuera por televisión. Y fue ese afán de seguidor, unido a la pasión que la Copa despierta en Bizkaia, lo que le llevó al teutón a pisar San Mamés por primera vez. Fue en los cuartos de final de la Copa contra el Mallorca, aquel partido que el Athletic venció plácidamente por 2-0 con goles de Llorente y Muniain. Una jornada perfecta para conocer La Catedral en su máximo esplendor, engalanada con los trajes de la competición del K.O., por lo que no es de extrañar que el joven alemán haya grabado la experiencia con tinta imborrable en su memoria: "El ambiente me pareció increíble. Se podía ver el orgullo del Athletic en todos lados", admira.

Después de ello Patrick pasó a representar a la perfección a aquellos viajeros que un buen día aterrizaron inocentes en Bilbao, sin ser conscientes de que, que en apenas unos días, un trozo de la villa, en forma de equipo de fútbol, estaría en ellos para siempre. Así que, enganchado ya totalmente a la adicción que genera el Athletic, este futuro ingeniero se lanzó en plancha a la marea rojiblanca y la acompañó hasta Miranda de Ebro, a la semifinal donde el conjunto de Bielsa echaría por tierra el sueño de un equipo de Segunda B. "Salí con un grupo de amigos en la tele con una entrevista muy corta en el autobús de los fans. Yo, por aquel entones, con un nivel de castellano todavía muy bajo... Pero me cortaron bien", bromea Patrick. Ahora, con unos notables avances en el idioma, el joven alemán piensa en la final contra el Barcelona, un partido donde los leones "van a correr como locos" porque, aún siendo de fuera, ya ha podido ver que entre la afición "hay un hambre increíble de ganar un título". Aún así, el joven alemán considera que el encuentro será "difícil pero no imposible" ya que "en 90 minutos todo es posible". Así que lo único que este joven tiene claro de cara al 25 de mayo es que su presencia en Madrid está mas que asegurada.

duelo con el schalke Las dudas que Patrick tiene acerca de la final de Copa se disipan por completo cuando se le habla de la Europa League. Para el joven de Backnang será mucho "más fácil" lograr el trofeo continental que tumbar al Barça de Pep Guardiola: "Con la trayectoria que está llevando el Athletic en este torneo hay que ir con confianza al partido", afirma seguro de las posibilidades de su equipo de adopción. La instantánea devoción que Patrick sintió por el Athletic se puso a prueba en la eliminatoria que el torneo europeo deparó entre el conjunto de Marcelo Bielsa y el Schalke 04. Un equipo alemán visitaba San Mamés y amenazaba con romper el corazón rojiblanco de este joven teutón en dos. Sin embargo, aunque el propio Patrick admite que se sintió "muy raro porque soy alemán y siempre apoyamos a nuestros equipos en los partidos internacionales", enseguida se disiparon sus dudas acerca de a quién animar nada más pisar Pozas y ver el ambiente que el partido había generado. Aunque igual su pequeña animadversión al Schalke tuvo algo que ver. Finalmente el tiempo le dio la razón y Patrick ya no duda en despedirse con un "Auf geht's Athletic!" -Aurrera Athletic!.